«Robocop» Vs. «Robocop»: El sueño americano visto por un holandés y por un brasileño.

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«Robocop» (1987) Vs. «Robocop» (2014)

En 1987 el holandés Paul Verhoeven debutaba en un largometraje con total financiación estadounidense en una película serie B titulada “Robocop” consiguiendo un éxito moderado, un icono del cine y el respeto de Hollywood. Veintisiete años después el brasileño José Padhila rehace el film del holandés con un gran presupuesto y un montón de estrellas. Comparemos ambos filmes.

La sinopsis a simple vista es similar: El agente Alex Murphy sufre heridas del tal calibre que su única salvación es mantenerle de forma artificial. Este hecho es aprovechado por la corporación OCP para construir un robot con un humano en su interior que pueda combatir el crimen en la peligrosa ciudad de Detroit. Con lo que no contaba la OCP es que Murphy empieza a coger las riendas de la máquina y empieza a unir cables (vale es un chiste malo) descubriendo conexiones entre el crimen en la ciudad y la corporación.

En 1985 Paul Verhoeven acaba de estrenar su ambiciosa pero fallida “Los señores del acero” (1985) con la que esperaba desembarcar en el cine Hollywoodiense, pero el fracaso de esta le hacía ver un futuro más bien poco halagüeño. Sin embargo surgió la posibilidad de rodar una película de serie B y ciencia ficción que fue inmediatamente descartada por el director. Fue su esposa quien rescató el guión de la basura y le hizo ver las posibilidades de la historia.

ADurante el estreno de “El libro negro” (2006) Verhoeven reconoció que Hollywood le enseñó la importancia de tener una historia bien definida con la que seducir al público y partiendo de ahí ya poder introducir lo que quieras. “Robocop” es la clásica historia del héroe americano visto mil veces en centenares de Westerns: el héroe llega a una ciudad, se ve metido en un fregado importante en el que sale mal parado y regresa para ir cepillándose uno por uno a los malvados. Esto lo vimos en por ejemplo “Por un puñado de dólares”, pero no sólo se veía en el oeste, ya que en los ochenta hubo variaciones como ‘El coche fantástico’ en que en cada episodio se repetía esta estructura. La estructura de “Robocop” además es clavada a la de “Superman”, en la que vemos el origen del personaje, caída y posterior resurrección en forma de héroe. Tras esto hay una serie de breves sucesos en los que se demuestra la capacidad heroica del protagonista –tengo que señalar la cara de vicio que ponen las mujeres que son rescatadas por el macho alfa mecánico– para posteriormente entrar de lleno en la búsqueda del antagonista. Puesto así podría haber sido un subproducto más, pero el director de “El cuarto hombre” (1983) se encarga de darle a cada fotograma su toque.

He mencionado la resurrección deliberadamente ya que Verhoeven, cristiano convencido, convirtió a este ser mecánico en la versión americana de Cristo, que muere por los demás. Esta muerte se produce cuando está tumbado y en forma de cruz, con estigmas en la mano y en la cabeza y posteriormente tendría una lanza clavada en el costado. Tras esta muerte resucita a los noventa días (3 meses en vez de 3 días) siendo un ser puro que incluso llega a caminar por encima de las aguas. Eso sí, este Jesucristo hace filigranas con la pistola como en el viejo oeste que hemos comentado antes.

1Cuando un director europeo se introduce en el sistema de Hollywood suele ser cínico en cuanto a la cultura americana. Así Fritz Lang o Billy Wilder presentaban, cada uno a su manera, el lado oscuro del sueño americano. Verhoeven sigue en esa tradición y la visión de la América de los 80 está llena de gente arribista, sin escrúpulo alguno, mucha coca y mucho sexo. La policía está controlada por las grandes corporaciones y la corrupción es moneda habitual. Dicho así no hemos cambiado nada en 30 años, ¿no?

Pero Verhoeven no sólo aporta su visión cínica de la cultura americana, sino que además salpica cada fotograma con su sello personal. De niño no me gustaron ni “Delicias turcas” (1973), ni “Los señores del acero” (1985), ni “Robocop” (1987), ni “Desafío total” (1990), todas del holandés, ¿por qué? porque todas presentan un violencia visceral y muy explícita con grandes salpicones de sangre, un sexo nada glamuroso y sobre todo, mucha suciedad en pantalla. Claro, si te has criado con las limpias películas hollywodienses esto te choca. Sólo con el paso de los años comprendí que ese es su estilo autoral más allá de una correcta planificación.

A Verhoeven le gusta presentar sociedades corruptas tanto por fuera como por dentro, donde la suciedad moral se da la mano con la suciedad en la que se vive. De hecho es muy habitual ver duchas –muchas veces públicas y hasta mixtas– en las películas de Verhoeven, pero también es habitual ver heces y orines y esto no es sólo su afición al cuerpo desnudo y al sexo, sino que también expresa la dualidad del ser humano, que se debate entre la pulcritud pública y suciedad interior. Un momento cumbre es la escena en “El libro negro” en que hace ambas cosas a la vez. Brutal.

BJosé Padhila es un brasileño que tiene en su haber varios documentales y el díptico “Tropa de élite” (2007/10). Si analizamos sus films, su estilo de rodar a medio camino entre el documental y la ficción, algo que ahora está muy en boga. No hay más que ver el exitoso cine de Paul Greengras para darse cuenta por dónde va el cine actual. Estaba claro que si encontraban a alguien así, los magnates de las grandes productoras perderían el culo por ficharle, por la tanto era cuestión de tiempo que le reclamaran desde la Meca del cine. Y finalmente ha ocurrido; al olor del éxito de su díptico es la Metro, que andaba desde hace casi una década tratando de resucitar la franquicia del policía robótico, quien le ha llamado.

La visión de Detroit del brasileño es impersonal. Lo mismo puede ser Detroit que Vigo, por decir algo, pero lo que queda claro es que el futuro según Padhila es aséptico e impersonal. No sé si porque nos quiere indicar que las corporaciones se empeñan en limpiar la fachada de todo o porque el CGI no es capaz de duplicar la mierda. Uno de los grandes aciertos de “La guerra de las galaxias” (1977) y “Alien, el octavo pasajero” es que nos mostraban un futuro usado y sucio, sin embargo desde que la informática se ha adueñado del cine, todos ejemplos de filmes futuristas son impolutos. Incluso en la precuelas de estos ejemplos que he dicho antes “Star Wars. Episodio I, la amenaza fantasma” (1999) y “Prometheus” (2012),  ambas dirigidas por los directores originales,  todo era de una pulcritud pasmosa. Y decepcionante también, por cierto. Es por eso que no me queda tan clara la visión de Padhila. Por otro lado sus esfuerzos se dirigen a intentar hacer realista la historia del humano encajado en el robot, dando  especial importancia a los datos fisiológicos.

2En cuanto a su labor como director curiosamente no se deja llevar tanto como era de esperar por la vena pseudo-documental y hace una dirección efectiva, pero rutinaria, muy esclavizada por los efectos digitales.  A diferencia del veterano director de “Instinto básico” (1992), es muy pronto para analizar los rasgos estilísticos del Padhila, así que no voy a decir mucho más de su dirección y voy a pasar a comparar.

El “Robocop” de Verhoeven tenía montones de pequeñas referencias, como las católicas que he dicho antes, pero también vemos una vieja comisaría rodeada de grandes y modernos edificios de cristal, que son un trasunto del propio robot, que tras toda esa fachada, en el centro tiene un “anticuado” corazón humano. En la de Padhila, como digo, todo es digital y lo destacable es aquello de… “me gusta, ¿lo tienen en negro?” o algo así, que es un indicativo de las oscuras intenciones de la compañía.

En cuanto a guión Verhoeven se decanta por una narración lineal, sin tratar de situarse por encima del espectador, dejando una trama fácil de seguir y bien hilvanada, eso sí, salpicada de su particular visión. En ella la percepción de los ejecutivos es absolutamente despiadada ya que nadie está libre de pecado. Por otro lado el robótico héroe pierde todo y va recuperándolo todo hasta el momento final en el que, tras su borrado de personalidad, afirma que es Murphy.

Robocop 013

En la película de Padhila se desechan casi todas las ideas de la película del 87. Sólo se mantienen Murphy, su esposa, hijo y la compañía OCP. Lo curioso es que aun intentando ser más realistas su visión es más maniquea ya que hay buenos vestidos de blanco y malos con ropa oscura. En cuanto al personaje de Murphy, subidas y bajadas en la personalidad, en la relación con la familia y en cuanto a la empresa, todo ello mucho más farragoso que lo expuesto previamente. Se toman prestadas tramas tanto de “Robocop” (1987), como de “Robocop 2” (1990) y dando más importancia a lo familiar frente a la visión crítico/cínica de Verhoeven.

Interesante es la utilización de los programas de televisión y los anuncios durante todo el film, exponiendo a un tiempo la realidad del futuro a los espectadores, pero demostrando también que la televisión llega a hacer triviales cosas tan terribles como las explosiones nucleares o las matanzas.  Esa televisión, por desgracia, ya la tenemos aquí. Verhoeven volvería a utilizar este recurso de forma menos exitosa y como archivos web en “Starship Troopers: las brigadas del espacio” (1997). Padhila utiliza una especie de telepredicador que es Samuel L. Jackson también como programa de TV, pero este elemento más que aportar algo, es una reminiscencia innecesaria del film original.

En cuanto a los intérpretes en la película de protagonizada por Paul Weller destacaba la ex esposa de Brian De Palma, Nancy Allen, quien tras el divorcio del director tenía una carrera más bien mediocre. Aquí, con algún kilo más y con su larga melena cortada, hace de la dura compañera de Murphy. Este personaje, fundamental en la visión de los 80, ha sido totalmente eliminado en el film de 2014. El resto de intérpretes, desde Weller a Ronny Cox, el villano del film, como Kutwood Smith, Miguel Ferrer y Ray Wise son secundarios muy activos y que a todos nos suenan, pero no grandes nombres.

Joel Kinnaman and Abblie Cornish star in Columbia Pictures' "Robocop."Joel Kinnaman and Abblie Cornish star in Columbia Pictures' "Robocop."Joel Kinnaman and Abblie Cornish star in Columbia Pictures' "Robocop."En la película de Padhila tenemos a Samuel L. Jackson, Gary Oldman, Michael Keaton y Jackie Earle Haley, secundarios de lujo que dan vidilla al conjunto.

En ambos casos estamos ante buenos actores que cumplen a la perfección su cometido. Quizá en la de Verhoeven todo el mundo esté un poco más sobreactuado, pero dado que la intención era hacer una serie B disfrutable, esto forma parte de la diversión. En la de Padhila, sin embargo estos han sido escogidos para dar un poco de vida al monstruo de CGI que ha acabado resultando. Como digo, están escogidos para aportar algo a tanto efecto digital.

Destacable también es excelente tema compuesto por Basil Poledouris para el inicio de la franquicia y retomado aquí por Pedro Bromfman. Poleodouris era un músico con gran sentido del ritmo y la épica que compuso este gran tema, pero que es más que conocido gracias a su composición de “Conan, el bárbaro” (1982). Es curioso que un tema compuesto hace 27 años brille muy por encima de la actual composición, aunque como se puede ver no es lo único que está por encima.

Recapitulemos. “Robocop” (1987) es una joya de serie B, totalmente entretenida y con un mensaje mucho más interesante de lo que en su momento se vio. Su guión, pese a estar trufado de clichés, se sobrepone para erigirse como demoledora crítica de la sociedad de consumo. “Robocop” (2014) es un producto de muchos efectos especiales, en que la  pasta y acción están por encima del tibio mensaje.

La película de Padhila es un pasable entretenimiento de corta vida que podría haber pasado sin pena ni gloria por las pantallas pero como le pasó a “Desafío total” (2012) –y como le pasará al planeado remake de “Starship Troopers: las brigadas del espacio”— su anodina propuesta no hace sino engrandecer el trabajo de un autor consagrado al sexo y la inmundicia, tanto física como humana, que es Paul Verhoeven.

“Robocop” (2014) no pasa del 5, sin poder llegar ni a la altura de los zapatos al 8 de “Robocop” (1987).

La semana próxima comentaré las otras dos películas de la saga y los detalles económicos de todas, incluida la estrenada este año.

Redacción: Juan Pablo Pérez-Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.