La obra maestra que no fue: ‘Showgirls’ de Paul Verhoeven

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Título: Showgirls. Director: Paul Verhoeven. Guión: Joe Eszterhas. Duración: 131 minutos. Año: 1995. País: EE.UU.. Género: Drama erótico. Reparto: Elizabeth Berkley, Kyle MacLachlan, Gina Gershon, Glenn Plummer, Robert Davi, Alan Rachins, Gina Ravera, Rena Riffel. Productora: Carolco Pictures. NOTA PANDORA: 8/10. No recomendada para menores de 18 años.

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Casi 20 años han pasado desde el estreno de una de las películas más polémicas de los años 90. Tras este tiempo poca es la gente que ha revisado el largo del director de “Instinto básico” (1992) y es que su fama de cine de derribo tira para atrás a muchos pero, ¿es merecida esa fama?

Nomi Malone (Elizabeth Berkley) es una chica de la América profunda que llega a Las Vegas, a donde acude con la intención de convertirse en estrella de los shows de los grandes casinos de la ciudad. Se inicia como bailarina erótica en tugurios de medio pelo, y luego, gracias a diversos avatares, va escalando puestos. En su ascenso conoce a Cristal Connors (Gina Gershon) una estrella a la que Nomi pretende suplantar en un juego de atracción y odio completado por Zack Carey (Kyle MacLachan), quien sabe y participa del juego de las bailarinas.

21992. El director holandés Paul Verhoeven acaba de estrenar “Instinto básico”, con el que hace el pleno de tres taquillazos en tres películas estadounidenses. “Robocop” (1987), “Desafío total” (1990) y la mencionada “Instinto básico” lo han petado en la taquilla mundial. Tras eso, varios proyectos muy diferentes rondan su cabeza: una biografía de Jesucristo por un lado, que dada la violencia con la que suele trabajar el director, no consigue financiación –luego Mel Gibson hizo una que seguro que es el triple de sangrienta de lo planeado por el holandés–, un film inspirado en los musicales de la Metro de los años 50 a medias con el guionista de “Instinto básico” y “Las cruzadas”, un film que iba a estar protagonizado por Arnold Schwarzenegger y que era una especie de reinvención de alto presupuesto de “Los señores del acero” (1985), la primera película rodada en inglés (aunque con financiación totalmente europea) rodada por el director. Pero el elevado presupuesto, que paralizó el resto de proyectos de Carolco pictures,  y posterior fracaso de “La isla de las cabezas cortadas” (1995) mandaron a tomar por saco el proyecto medieval, un film que prometía diversión a raudales.

Durante el largo proceso de pre-producción de “Las cruzadas” Verhoeven había comenzado a trabajar en su reinvención del musical clásico y había puesto a Joe Eszterhas a trabajar en él. Tras la caída del proyecto se centró en el film que creía que sería su ópera suma: sexo y mugre.

3Ya en “Instinto básico” director y guionista habían reinventado el típico film Noir de alto contenido sexual –para el puritano Hollywood clásico– que combinaba una trama detectivesca con la típica Femme fatal ligera de ropa, así que continuaban en la misma línea de rehacer la época dorada del cine. En la película protagonizada por Michael Douglas ya se había elevado la carga sexual –marca del director– impensable en los thrillers de los 40 en que se inspiraba el film, pero en este film el director quería ir aún más allá.  En películas como “Cantando bajo la lluvia” (1952) o “Los caballeros las prefieren rubias” (1953) teníamos a coristas que deseaban llegar a más combinado con números musicales. Pero como ya comenté cuando hablé de “Robocop”, la visión europea del director es mucho más cínica y ese rollo naïf en que al final todo el mundo con buen corazón triunfa, pues como que no, por lo que optó por una trama más sólida y oscura: la de “Eva al desnudo” (1950). Nomi y Cristal están vagamente inspiradas en los personajes de Eva y Margo del film de Joseph Leo Makiewicz. Nomi Malone es una chica de la América profunda, ambiciosa como veremos después, que quiere ser una estrella y Cristal Connors es esa estrella que por un lado admira a la advenediza y por otro ve que le puede quitar el puesto, por lo que comienza un juego de amor y odio.

Con demasiada frecuencia se critica al film por la pobreza de guión, cosa que es cierta, pero a la vez no lo es. Hay cientos de anécdotas y comentarios de coristas reales entrevistadas por Esztherhas y Verhoeven y de ahí salen esos diálogos tan imbéciles. Verhoeven quería total verismo en la plasmación de estas aspirantes a estrella. De hecho el habitualmente abierto a  propuestas Verhoeven, no permitió el cambio de ni una sola línea de guión por este motivo, porque el guión estaba perfectamente estudiado y delimitado para presentar LA visión del director.

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Tampoco voy a decir que estemos ante un film digno de Bergman, ni nada por el estilo (aunque sí que hay conexiones con la erótica felliniana) ya que el film está planteado por Verhoeven como una evidente fantasía para cualquier hombre, ya que hay puñetazos, tetas y mucho rollo lésbico. Lo que no imaginaba es que también se convertiría en un icono gay, ya que todo ese delirio camp regado por los ácidos comentarios de las muy glamurosas –pero con alma de barriobajeras– bailarinas, situarían a estos personajes cerca de los interpretados por Joan Collins en ‘Dinastía’ o Heather Locklear en ‘Melrose Place’.

Pero ese es otro rollo. La película cuenta la ascensión y caída de una estrella de la forma más hollywoodiense posible, aunque  la aspirante no es precisamente un alma caritativa y es ahí donde está la inteligencia del director que sabe sacar oro de la basura. Pero como ya dije, no todo el mundo sabe apreciar esta fina ironía.

5Y hablando del director nos centramos en su labor tras la cámara. Pese a que el director siente una afición desmedida por la carnaza y el film está regado con litros de sudor, está plagado de montones de tetas y algo de vello púbico, la planificación del director se aleja un tanto de la propia para abrazar las formas del musical clásico, con grandes grúas, planos abiertos y una cámara viva. El director de “Desafío total” sabe que en Las Vegas se ha vulgarizado totalmente el espectáculo clásico y nos muestra  la visión que hubiera hecho Vincente Minnelli o Stanley Donnen del musical, pero en una época donde la clase ha sido sustituida por mucha lentejuela y purpurina, pero en el fondo todos vienen de una ciénaga donde el mierda es tanto física como moral. Es ese el mensaje de la película y es el propio mensaje del director, detrás de todo ese brillo se esconde un pozo de perversión.

No pretendía el director ni ser elegante, en ningún film suyo lo ha intentado, ni ser discreto, así que los números musicales son de una ordinariez absoluta, los trajes rozan lo ridículo y hasta el peluquín que luce Alan Rachins, al que todo el mundo conocía por su famosa calva en la serie ‘La ley de Los Ángeles’, es tan falso como las actitudes de los personajes. La caspa del film es deliberada. Más puntos para un Verhoeven guerrero.

1Por cierto, un apunte. Como ya mencioné antes, uno de los proyectos del director es hacer una biografía de Jesucristo a su manera, pues en uno de los neones de la ciudad de Las Vegas se puede leer, “Jesús vendrá próximamente”. No sólo está la doble moralidad de los EE.UU. que en una ciudad llena de perversión moral –y no me refiero al sexo, sino a la mentira y falta de escrúpulos del que hacen gala casi todos los personajes– esté tan llena de fanáticos religiosos, sino que también nos deja pistas de lo que quiere que sea su próximo trabajo. Un crack el tío, vaya.

En cuanto a las interpretaciones, pues son mucho más destacables de lo que se ha querido ver. No sólo ya por Alan Rachins, Kyle MacLachlan o el siempre correcto Robert Davi, quienes tienen una más que destacable trayectoria, sino que las propias Berkley y Gershon sacan lo mejor de sí mismas. A la antigua intérprete de ‘Salvados por la campana’ la vemos actuar de forma eléctrica, casi permanentemente encocada, como los propios números musicales en sí. Su composición es muy diferente de como la vimos en la inocente serie televisiva o como la hemos visto posteriormente, incluso en films de Woody Allen. No porque ponga cara de no me entero de nada significa que no esté haciendo una correcta interpretación, sino todo lo contrario, está tan metida en su papel que la actriz quedó machacada por el personaje. Por otro lado Gershon pone la carne en el asador y es toda sensualidad, como suele hacer siempre, pero esto no quita para que en su composición haya a la vez lujuria y odio. Bien por las dos.

Además se puede ver claramente que entre ambas hubo un pique tremendo –alentado por el director– por lo que esa relación amor/odio presente en el film y que tan cachondo ponía a Verhoeven, está más que logrado.

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Diseccionando el film vemos que Verhoeven analizó las diferencias entre el cine europeo y el americano. Si en Europa somos más propicios a dejar de lado la trama en favor de la crítica o la composición de personajes, en EE.UU. la historia es totalmente diferente, ya que muchas veces los personajes son de una pieza tan sólo para centrarse en la trama. Aquí el holandés pervierte la trama típicamente hollywoodiense para abrazar la crítica europea. Todo estaba estudiado para que fuera un puente entre el cine típicamente de género visto por la óptica europea, un estudiado film de autor que a su vez pudiera ser disfrutado por el espectador medio. Vamos, es un antecedente directo a los exploits de autor que está haciendo Tarantino en la actualidad, con “Kill Bill” y “Django desencadenado” a la cabeza. No en vano Tarantino es uno de los máximos defensores del film, entre los que nos encontramos también a Jim Jarmusch.

Tal era la confianza en el producto que se comprometió con la productora a que el film fuera de calificación NC-17, lo que equivale a salas pornográficas en EE.UU., pensando que por un lado rompería los tabús americanos de distribución y por otro abrir nuevos caminos para los grandes estudios, pero la jugada salió mal como luego veremos.

4Valorando el film hay que decir que estamos ante uno de los mejores films del siempre interesante Paul Verhoeven, donde todo está hecho con todo lujo de detalles, todo está buscado aposta y donde el riesgo fue grande, pero no apostó el todo por el todo y eso pudo jugar en su contra. Tan centrado estaba en que el guión fuera típicamente hollywodiense que nos sabemos lo que va a pasar al dedillo. Tan centrado estaba en contentar a los pajilleros que fueran a ver el film, que descartó un poco más de complejidad en la trama, pensando que los críticos sabrían ver cuál era su apuesta.

Por otro lado, que el film se centre tan sólo en el desnudo femenino, temiendo presentar el masculino, tan propio del Verhoeven europeo –no en vano en “Vivir a Tope” (1980) el director presenta una muy gráfica violación homosexual–, da muestras de que algo de temor había en la visión del director. Si hubiera rodado el film en Europa la trama hubiera sido más compleja y completa y quizá estaríamos hablando de una obra maestra, libre de prejuicios y tapujos. Pero tan sólo se queda en una muy estimable película. Un 8 más que merecido para una película que el tiempo se está encargando de revalorizar, pese a los prejuicios de mucha gente con una demasiado oblicua mirada.

En cuanto a los números decir que son curiosos. El film costó 45 millones de dólares, unos importantes 82 millones de dólares a día de hoy, y recaudó sólo 20 en EE.UU., unos 36,5 de 2014. Podría parecer que había perdido dinero y de hecho el estigma del fracaso marca el film, pero como veremos luego, esa cifra no significó pérdidas para la productora.

3La apuesta de Verhoeven era la de romper la muy anticuada norma de calificación de películas estadounidense, que deja fuera de una distribución masiva a todos los films que él mismo dirigió en Europa para posicionarlos tan sólo en cines X. De hecho esa misma norma sitúa a films como “Átame” (1990), “Mad Max, salvajes de autopista” (1979) o “El tambor de hojalata” (1979) en cines para exhibición de porno. El problema es que la muy cerrada industria se negó a ayudarle y quien se suponía que tenía que ayudarle, la crítica, no supo ver más allá de la muy dudosa moralidad estadounidense, hundiendo el film con una serie de críticas muy miopes. Tal fue así que le dieron el Razzie –o anti Oscar– a Verhoeven quien, con inteligencia y sentido del humor, pasó a recoger. Y digo inteligencia, porque así comenzó lo que fue una campaña alternativa, de esas de  “las mejores peores películas de la historia”, que han situado a fracasos iniciales como “The Rocky Horror picture show” (1975), como uno de los films más rentables de la historia.

“Showgirls” rápidamente empezó a proyectarse en sesiones de medianoche para los fanáticos del film, comenzando así una lucrativa carrera comercial, que continuaría con los más de 100 millones de dólares en ventas que tuvo en VHS en su momento y que le convirtió en la tercera película más vendida en formato doméstico de la historia de la Metro. Es por esto que decía que realmente la productora no tuvo pérdidas de ningún tipo. De hecho, ya en su estreno internacional el film fue vendido a distribuidoras locales y no fue distribuido por la propia MGM, asegurándose así una cantidad fija. Este tipo de acuerdo, más común de lo que pueda parecer, hizo unos números cercanos a los 20 millones de dólares, así que el film, a fin de cuentas, fue un gran negocio, pero el hecho de cargar con el fracaso comercial en salas, por otro lado normal, al estar la exhibición acotada a cines X, perjudicó las carreras de Verhoeven, Eszterhas, Berkley y MacLachlan.

5Verhoeven tenía ya en preproducción “Starship Troopers: las brigadas del espacio” (1997), una vuelta a la ciencia ficción que también fue masacrada por una crítica que le había puesto en la lista negra y que carecía de la crudeza de “Desafío total” y “Robocop”, influenciado por el fracaso en taquilla del film ambientado en Las Vegas. Redescubierto con los años, en su momento también fracasó, lo que hizo que el director hiciera una muy timorata película que era “El hombre sin sombra” (2000), que terminó de hundir su carrera en EE.UU.

El guionista, que había recibido 2 millones de dólares por el guión del presente film, recibió palos hasta en el carné de identidad y atravesó una época de revelación cristiana y ahora reniega de los films del pasado.

Berkley quedó sepultada por su personaje y aunque es una intérprete solvente a la que hemos podido ver en multitud de trabajos, su Nomi fagocita cualquier interpretación.

En cuanto a MacLachlan, pasó de ser el niño mimado de David Lynch a ser habitual en telefilms de poca consideración. Afortunadamente supo auto-parodiarse y se reinventó en ‘Mujeres desesperadas’ y ‘Cómo conocí a vuestra madre’.

Aparte de esto, el film en estos años se ha convertido en una obra de culto, admirada por un cada vez más nutrido grupo de admiradores, está siendo redescubierto por una crítica mucho más abierta de miras y hasta tuvo una continuación directa a video –infecta, todo sea dicho– y hasta un musical en el Off-Broadway.

Reseña: Juan Pablo Pérez-Padial

 

 

 

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.