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Título: Por un puñado de besos
Director: David Menkes
Guión: David Menkes (Novela: Jordi Sierra i Fabra)
Reparto: Ana de Armas, Martiño Rivas, Marina Salas, Megan Montaner, Andrea Duro, Jan Cornet, Joel Bosqued
Duración: 98 minutos
Año: 2014
País: España
Música: Paco Ortega
Fotografía: Néstor Calvo
Género: Drama romántico
Productora: José Frade / Garra Producciones / ICAA / TVE / Telemadrid
Distribuidora: eOne Films Spain
Sol (Ana de Armas) es Sero Positiva. Escribe un anuncio para buscar a alguien que, como ella, tenga el VIH y Dani (Martiño Rivas) es quien responde. Lo que no sabe Sol es que Dani le está mintiendo porque es un periodista en busca de un reportaje. Lo que no sabe Dani es que va a acabar enamorado de Sol.
Hace unos meses desde Pandora Magazine nos hicimos eco del comienzo de rodaje de “Por un puñado de besos” y entrevistamos a un muy cordial Jordi Sierra i Fabra, autor de la novela en que se ha inspirado el director David Menkes para hacer el film, quien se mostraba encantado con que adaptaran su novela. Este fin de semana tenemos ya en cartel la película, ahora, ¿se seguirá sintiendo Serra i Fabra encantado tras ver el resultado?.
“Un poco de Abril, algo de Mayo, todo Septiembre” es una novela de una época y una circunstancia concreta que en principio hoy no debería ser tan controvertida como hace unos años, pero no es así. El tema VIH/SIDA todavía sigue siendo tabú en nuestra sociedad. Si bien es cierto que quien es seropositivo hoy no sufre la estigmatización de quien lo era hace unos años, aún hoy día se siente un apestado.
Esa es la historia de fondo de “Por un puñado de besos”, la del estigma que supone ser seropositivo para Sol (Ana de Armas). Pero como ya digo, es sólo la historia de fondo, porque realmente tenemos la historia de dos jóvenes, ya adultos, que se siguen portando como adolescentes enamorados.
David Menkes toma la historia de Sierra i Fabra y la despoja de profundidad para intentar darle una visión positiva. Huye de lo controvertido para centrarse en la historia de amor y esta historia de amor pretendiendo equipararla con la pureza del amor adolescente. Para ello usa frases cursis y comportamientos infantiles. En el film todo son elementos positivos, ya que todo el mundo perdona a alguien, incluso a sí mismo. Sólo así se puede seguir adelante. Debo decir que debería haberse esmerado menos ya que, por muy puros que sean los sentimientos de los jóvenes, ya tienen veintitantos. Vamos, que como se dice en mi tierra, ya tienen los huevos negros como para tanta tontería infantil. El guión trata de ser mágico, pero su excesivo empeño por simplificar le despoja de esa magia.
En cuanto a la labor de director, Menkes se ha alejado un tanto de la forma de rodar de sus films anteriores. Opta por hacer una mezcolanza entre clasicismo y modernidad. Podemos ver unas tomas clásicas, pero Menkes se ampara en la cámara en mano para hacerlos. Este es un recurso que a mí, personalmente, me parece abominable, pero eso es cuestión de gustos. El problema es que esta cámara en mano es temblorosa en exceso, casi Parkinson de lo que se mueve.
Por otro lado la estética se ha ido al rollo modernillo visualmente con planos trucados, coloreados, primeros planos tipo selfie y demás moderneces. Incluso el tono musical pretende acercarse a ese cine Indie americano, cada vez más modernillo y menos profundo. Por la edad de los personajes esto encaja, pero sí que es cierto que hay cierto envaramiento al verlo. No sé ya si es por inexperiencia de la editora o bien porque Menkes no termina de sentirse a gusto con esta forma de rodar, pero no termina de encajar todo. Tampoco la banda sonora termina de cuajar, ya que esta ha de expresar sentimiento en cada escena y alguna de las canciones elegidas parece puesta sólo para rellenar, para quedar bien.
En cuanto a los actores se nota que Menkes les ha dado total libertad para bien y para mal. Cuando el actor coge el ritmo está soberbio, pero cuando no, cae en la engolada recitación del texto. Hay momentos y actores. Algunos mejores y otros más discretos. Ninguno está mal, pero tampoco destaca ninguno.
Jan Cornet, quien podría haberse lucido, tiene demasiado buen aspecto, da demasiado buen rollo. Pasa a ser un hombre santo enfermo. Ana de Armas sabe llevar el peso y a Martiño Rivas se le notan las tablas que va tomando, pero a pesar de todo ninguno destaca.
Como decía antes no sé si Sierra i Fabra estará orgulloso del resultado final, ya que hay muy buenas intenciones, pero todo se ha quedado a medias, guión, dirección e interpretación. Incluso el mensaje queda sesgado, puesto que momentos como el del doctor interpretado por Mario Pardo, carecen de la fuerza necesaria para dar el total significado de lo que el film quiere trasladar, que es el que ser seropositivo no es tener SIDA y por lo tanto, no significa el fin de nada, sino otra forma de ver la vida, una vida que hay que saborear.
Mi nota no puede ir más allá del aprobado justo, un 5, aunque se agradece el coraje por tratar el tema y la valentía de Menkes a la hora de abrirse a nuevos espectadores.
Crítica: Juan Pablo Pérez Padial
Dos matices:
El guión de la película NO es mío. Basta con ver las informaciones publicadas o el mismo poster, porque en él queda muy claro que la película es una adaptación de mi novela.
Sí estoy feliz del resultado de la película, que resume la esencia de la novela. Apoyo a David Menkes (director y guionista, como creador).
Jordi Sierra i Fabra
Buenas tardes, gracias por comentar.
Lo del guión es culpa mía, en la web de la distribuidora en la zona de prensa ponía que el guión era tuyo, el dossier no me dio tiempo a leerlo y ahí está correctamente. Lo siento.
En cuanto a lo otro nos alegramos, a ver si pudiera sacar adelante los otros guiones que tiene adaptados de sus novelas, porque tiene novelas fantásticas para adaptarlas. A mí me encanta «Campos de fresas».
Un saludo.