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El escritor Jordi Sierra i Fabra posando para nuestro fotógrafo Juan Pablo
Jordi Sierra i Fabra es un escritor increíblemente prolífico. 400 libros es mucho decir, pero en cuanto le oyes hablar comprendes que haya escrito tanto y es que tiene mucho que decir. El tiempo que pude hablar con él, en el que repasamos muy por encima el proyecto en el que se ha basado su novela, su pasado con el mundo artístico y sobre su obra en general, pasó como un suspiro.
Sierra i Fabra tiene 66 años, pero una energía de un chaval. Ha escrito mucho de música, pero como él mismo me reconocería después, el cine es una de sus pasiones. De hecho reconoció con gran rapidez que la camiseta que yo llevaba puesta tenía una imagen de la película de Juan Padrón “Vampiros en la Habana”. Este botón de muestra ya me hizo esbozar una leve sonrisa de complicidad que el escritor iba ampliando durante toda la charla acerca de la película “Por un puñado de besos” basada en una novela suya, que en estos momentos se está rodando en Madrid con dirección de David Menkes, quien triunfó con películas como “Más que amor frenesí” (1996), “Sobreviviré” (1999) o más recientemente con “Mentiras y gordas” (2009)
La novela “Un poco de Abril, algo de Mayo, todo Septiembre” (2011) es una novela que contiene cierta polémica. El autor me comentaba que fue escrita hace 12 años y que ninguna editorial quiso publicarla hasta pasados 9 años. La razón es su complicado tema, ya que trata el tema del VIH. La idea de la novela surge de un anuncio en un periódico catalán -y que me muestra- en el que una chica que acaba de descubrir que es seropositiva quiere pasar lo que le quede de vida con alguien especial. “Es cierto que hoy en día es una enfermedad crónica” me indica Sierra i Fabra, “pero hace 12 años esto no estaba tan claro y en el fondo, todos buscamos algo o a alguien”. “Ayer vi precisamente” continuaba el autor “cómo Ana (de Armas) rodaba esa escena en la que le que le decía a su hermana precisamente esa frase ‘todos llevamos una petición en la frente pidiendo algo, sea amor, un polvo… pero algo’”.
El catalán está encantado con el director, ya que Menkes está fascinado con las “joyitas” que tiene el escritor y quiere seguir adaptando obras suyas, y por otro lado el veterano productor José Frade, del que Sierra dice que siente gran respeto y admiración, porque ahora su nombre está un tanto difuso, pero años atrás había gran cantidad de producciones asociadas a Frade, de todo tipo constantemente, desde las más comprometidas ideológicamente como “Las largas vacaciones del 36” (1976) “Un hombre llamado Flor de Otoño” (1978) a los escapismos que eran “Polvos mágicos” o “Juana la loca… de vez en cuando” ambas de 1983 y él, como cinéfilo admira esa capacidad. Es entonces cuando me cuenta que hasta en 15 ocasiones su obra ha estado a punto de llevarse al cine, con peleas entre productoras y editoriales incluidas, con grandes nombres, con muchos países produciendo, pero al final, nada. Ahora, cuando hay al fin una película basada en una novela suya se alegra especialmente. De hecho, estaba deseando que algo así ocurriera y me cuenta que incluso que él pondría a disposición de quien quisiera llevar adelante el proyecto de alguna de sus novelas sin cobrar nada hasta que todo estuviera terminado, porque “esto es cine español, tío, primero saca adelante el proyecto y luego hablamos de pasta”. Me comenta que adora el cine y revela “llevo cuarenta años escuchando que mis novelas son puro cine. ¡Coño!, porque es verdad. En mi mente tengo la imagen como si fuera una pantalla de cine antes de escribirlo”. Luego apunta “Yo escribí mis novelas ya. El director puede hacer lo que quiera con ellas”. “Me han preguntado si yo he dado mi opinión en el rodaje” prosigue “y yo respondo, ‘si no soy nadie’. ¿Yo le voy a decir a Martín Rivas o Ana de Armas lo que tienen que decir?’ bastante agradecido estoy a David (Menkes) que me haya pedido mi opinión sobre la adaptación. Aunque eso sí, sin meterme con él, le he dicho que vaya horterada de título” apunta divertido “aunque el mío también tiene tela”.
Sobre su forma de trabajo me cuenta el secreto de su prolífica obra. Escribe una novela en una semana, pero, claro, aislándose de teléfono, internet y demás distracciones “escribiendo 8 horas diarias en invierno y 5 en verano”. Tiene los deberes muy bien hechos antes de escribir, lleva toda la trama estructurada y más si es una novela policíaca, en cuyo caso ha de estar todo firmemente cerrado antes de empezar a escribir. Ahora, eso sí, el escritor me indica que él es intuitivo. No corrige. Escribe y lo envía sin leer a la editorial, porque si lo hace le entraría la neura del escritor y empezaría a hacer correcciones y no terminaría o al final acabaría escribiendo siempre la misma novela. Y retoma la máxima de Ray Bradbury “Rapidez es honestidad”. Esto, por otro lado, es completamente incompatible con lo de escribir guiones, porque él no reescribe, y lo sabe. Cuenta que hace poco le pidieron escribir un guión de TV3, pero el pone la condición cuando hace un guión que él no va a reescribir ni hacer mil versiones. “Si quieren hacer versiones” comenta con cierto tono indignado “que lo reescriban y aparezcan acreditados como coescritores, o que tiren el mío y se olviden, pero que no me pidan más versiones” y termina contándome “aquel guión se quedó como estaba, no me pidieron ningún cambio”.
Para terminar le pregunto que qué novelas suyas le gustaría ver en pantalla y comenta que para qué elegir si eso ya lo hacen otros. Puede que a él le gustase tal o cual, pero seguro que ni los Frade (José, el padre, Constantino, el hijo y Alejandra, la hija) o David Menkes iban a pensar en la misma que él y habría perdido el tiempo.
Yo como, sinceramente, no me he leído nada de él (aun así me ha perdonado) te pregunto a ti, lector/espectador, ¿qué novela suya te gustaría ver?. Escríbenos aquí en los comentarios de la revista y dinos cuál es para ti la novela de Jordi Sierra i Fabra que te gustaría ver en pantalla, mientras llega la que puede ser una de las películas más conmovedoras de 2014.
Redacción y fotografías de Jordi Sierra i Fabra: Juan Pablo Pérez Padial
