«El Padrino. Parte III»: la muerte de Michael Corleone (III)

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Enlace a la 1ª parte de “El Padrino” (1972)
Enlace a la 2ª parte de “El Padrino. Parte II” (1974)

El Padrino. Parte III (1990)

Dieciséis años separan el segundo y tercer capítulo de la saga de la familia Corleone. En ese periodo había pasado de todo en lo personal entre los responsables de la historia, pero sobre todo, la sociedad estadounidense había cambiado por completo, por lo tanto la pregunta era ¿aceptarían las nuevas audiencias un nuevo capítulo más de tres lustros después del anterior?, ¿estaría a la altura? Y lo que es más importante ¿era necesario?

1Michael Corleone (Al Pacino) ha seguido limpiando el nombre de su familia, aunque siempre queda la sombra de los asuntos del pasado y más cuando ve que su sobrino Vincent Mancini (Andy García) está totalmente inmerso en ese mundo del hampa del que intenta desvincularse. Cuando el Vaticano solicita ayuda de Michael para tapar un desfalco de más de 500 millones de dólares parece que la iglesia dará la bendición que tanto necesitaban tanto la familia como el propio Michael, quien vive atormentado por lo ocurrido con su hermano Fredo. A cambio de esta “donación”, los Corleone tendrían una gran parte del accionariado de una de las empresas inmobiliarias más importantes del mundo. Con lo que no contaba el cabeza de la familia es que la iglesia tuviera los mismos métodos que la mafia. Tampoco contaba con que su hija Mary (Sofía Coppola) y su sobrino se enamoraran. Ni con que la mafia neoyorkina, encabezada por Don Altobello (Eli Wallach) y Joey Zasa (Joe Mantegna) pidieran su parte del acuerdo. Y con lo que definitivamente no contaba, era con volver a reencontrarse con su antiguo amor, Kay (Diane Keaton).

La opinión popular es que estamos ante no ya el peor film de la saga, sino también un film decididamente mediocre. Yo no comparto esa afirmación, pero sí que hay que decir que no llega a la altura de los capítulos anteriores. Pero vayamos por partes, ¿Por qué un tercer capítulo tras 16 años?

¿Por qué una nueva entrega?

Tras el éxito arrollador tanto de crítica como de público de los dos Padrinos, Francis Ford Coppola sentía que tenía dicho todo lo que tenía que decir sobre los Corleone, pero Paramount Pictures quería continuar la saga a toda costa. A finales de los 70 ya se contó con Mario Puzo para escribir un borrador en el que Anthony, el hijo de Michael, era un agente de la CIA intentando derrocar a un país centroamericano. Esto tiene más que ver con lo que hizo el director de “Drácula de Bram Stoker” con “La conversación” que lo que hizo con Puzo, así que el guión siguió reescribiéndose perpetuamente. Me voy a adelantar y voy a comentar que de aquel primer guión centrado en los vástagos de los Corleone sólo quedó la escena de Vincent en la cama con una periodista (Bridget Fonda), cuando es atacado por unos sicarios.

2En los 3 lustros siguientes Coppola capeó la ruina con más pena que gloria al alternar relativos éxitos como “Apocalypse now!” (1979), “Rebeldes” (1983) y “Peggy Sue se casó” (1986) con catástrofes económicas como “Corazonada” (1982) y “Cotton Club” (1984), pero el fracaso de un encargo, “Jardines de piedra” (1987) le cerró las pocas puertas que le quedaban. Además falleció su hijo mayor en un accidente y se replanteó su vida. Decidió volver a liarse la manta a la cabeza y rodar otra historia que enlazara con la suya propia, haciéndola tan personal como “El Padrino”. “Tucker, un hombre y su sueño” (1988), es la odisea de un visionario que creó un coche perfecto en los cuarenta, pero por problemas ajenos a él, lo perdió todo.

Coppola produjo las dos primeras películas de George Lucas y ahora era el italoamericano quien le pedía un favor a Lucas, quien ahora nadaba en la abundancia con su trilogía galáctica, para poder salir a flote. Aquello salió muy mal y “Tucker” no sólo fue un fracaso –recaudó 19 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de 24– sino que además dejó tocada la amistad Lucas-Coppola. Acorralado, el director tuvo que decir finalmente que si a la petición de Paramount, pero eso sí, cual Cervantes, para asegurarse que no habría más capítulos, ni nadie que retomase “su” historia por él, decidió que Michael Corleone debería morir al final del film. Y si, acabo de hacer un chacho de Spoiler del 15 y voy a continuar así el resto del artículo, así que si no la has visto, ya puedes ir poniéndotela.

Las condiciones

3Para empezar Paramount lo tenía claro, tras 16 años el público que abarrotó los cines de los 70 no iba a ser el mismo que en 1990 estaba disfrutando de “Desafío total”, “Solo en casa”, “Pretty Woman” y “Las tortugas Ninja”, así que recortaron en todo. Al Pacino cobró 5 millones de dólares, aunque pidió 7. Robert Duval quería 2,5 millones y sólo le daban 1, por lo que abandonó. Pueden parecer cifras astronómicas, pero en aquella época Chuache cobró 20 millones por “Terminator 2” y Johnny Depp cobró casi 70 millones por la última de “Piratas del Caribe” por el tanto por ciento de taquilla. Es más, aun teniendo la posibilidad de contratar a Fran Sinatra para hacer de Don Altobello –recordar que el personaje de Johnny Fontane en el primer episodio es un remedo del propio Sinatra y que lo de la cabeza de caballo al productor recuerda en demasía a su contratación en “De aquí a la eternidad”— Paramount prefirió pasar de La Voz, porque sus exigencias salariares eran demasiado elevadas. Una oportunidad perdida. Si miramos estas cifras vemos que la cosa ya pintaba mal cuando Coppola pidió 6 millones de dólares por el guión, producción y dirección, y Paramount le sacó un cheque de un millón o nada. Evidentemente aceptó este trato humillante para quien llenó las arcas de la empresa entre el 72 y 74.

4Pero esta sólo fue la primera de las condiciones de la productora. Además la película duraría más de 140 minutos y el guión tendría que estar escrito en 6 semanas, cuando Puzzo y Coppola habían pedido 6 meses. A todo esto el director tuvo que decir que sí, pero lo que más le dolió fue no poder llamar al film “La muerte de Michael Corleone”. Obligado por la productora a seguir la línea que él mismo había trazado 16 años antes, este era el síntoma evidente de que su poder en la industria había desaparecido por completo.

La trama, sub-tramas y dirección

El guión está inspirado en el envenenamiento del Papa Juan Pablo I y el posterior colapso del banco ambrosiano, el banco del Vaticano. Al hablar sobre las posibilidades de la historia Mario Puzzo y el director vieron las posibles conexiones con la familia Borgia. Según Puzzo, la familia Corleone está inspirada en la renacentista familia de origen español, es por eso que al tratar el tema salió a colación el Vaticano.

3La trama en sí es bastante más densa que en el segundo capítulo, porque pretende acercarse más al primer episodio, donde un Padrino envejecido ha de enseñar al que va a ser su sucesor, todo lo que sabe. Esto que por un lado podría parecer lo más coherente y lo más lógico para cerrar la saga, sin embargo se muestra insuficiente. Y es que el segundo capítulo, aún a pesar de no tener tramas independientes de gran complejidad, la conjunción de ambas la elevó hasta tal punto que este tercer capítulo nos parece más de lo mismo que el primero y mucho menor que el segundo. Pero entro en harina, ya que además del evidente paso de poder entre padrinos, están las diferentes sub-tramas.

Conociendo a Coppola no podía por menos que basarse en historias que él mismo o conocía o había vivido. Así, la historia de amor entre primos es la historia de sus abuelos, la trama de Joey Zasa está inspirada en un mafioso real Joseph Colombo, quien era el capo de la mafia neoyorquina y con quien tuvieron que reunirse los productores del primer film para que pudiera llegar a rodarse, eso sí, sin mencionar en ninguna ocasión ni las palabras “mafia” ni “cosa nostra”. Pues como decía, el asesinado de Zasa está inspirado a la vez en la secuela: “El Padrino. Parte II” y en el atentado real sufrido por este hombre, en el que no murió, pero sí que quedó severamente afectado.

5Aún más destacable es esa frase de Michael Corleone, cuando dice “Cuando ya creía estar fuera, me vuelven a arrastrar hacia adentro”. Ésta afirmación está basada en su necesidad de volver a la familia Corleone. Pero la parte más desgarradora, es sin duda la parte final, cuando El Padrino pierde a su hija. Ahí el director vertió toda la rabia y todo el sentimiento provocado por la muerte de su hijo un par de años antes. Es más, el hecho de que sea su otra hija quien le de vida, eleva a otra esfera el dolor. Pero esta escena la analizo más tarde.

Otro de los puntos flojos del guión son las dos concesiones de méritos concedidos por la iglesia a Michael por su contribución. Es evidente que en el montaje del film algo faltaba y se nota que rellenaron con dos concesiones. Y es que las prisas con las que se elaboró el guión no permitieron muchas correcciones.

Entrando en el terreno de la dirección retomo este último punto, que es el de las dos distinciones eclesiásticas y la necesidad de dividirlas. Coppola empezó los dos filmes anteriores con fiestas y con otra fiesta tenía que empezar esta para cerrar el círculo, pero en la visión del film se nota que hay algo raro, actitudes y de los personajes y sobre todo, lo superfluo de la segunda concesión, hacen ver que no pudo pulir tampoco el montaje. Una pena, porque como conté en los análisis anteriores, era lo que le ponía la guinda al pastel.

9Quitando eso, vemos una gran cantidad de elaboradísimos planos, sobre todo en la masacre final, que no fue del gusto de la crítica. Recuerdo especialmente una que decía “parece un mal De Palma” con lo cual hasta me sentí ofendido porque cargaba no contra uno, sino contra dos de mis directores preferidos, y es que hay mucho crítico suelto que prefiere a los modernillos que le dan la cámara a un operador con Párkinson, antes de hacer una planificación que apoye la acción.

Obviando cegueras críticas, tenemos pinceladas de amor paterno-filial durante todo el film. Así, aún a pesar de que Anthony abandona la carrera predestinada por su familia para ser cantante de ópera (no sé si en referencia a la vocación artística de la familia Coppola o insinuando falta de masculinidad en su hijo, pero en ambos casos saliéndose del patrón marcado) Michael termina aceptándole como el buen padre que siempre quiso ser y que su obcecación por darle lo mejor a sus hijos, le impidió ser. Otra auto-referencia del propio director, quien se excusa así de sus años de “Apocalypse now!” y “Corazonada”.

7Pero también hay una sub-trama que envuelve a unos asesinos padre e hijo donde los mafiosos tratan al hijo, quien imita el rebuzno del burro, como si de un mono de feria se tratase, ante la dolorosa mirada de pena de su padre. Quizá al director no le diera tiempo a refinar su guión, pero sí que refinó su estilo. Y es que además de esos pequeños detalles, enmarca la acción dentro de una ópera, haciendo la similitud con la misma, intentando desmarcarse del bautizo de la primera y el funeral de la segunda. Y aquí es donde vuelvo a incidir en la muerte de Mary Corleone. Esta se produce con la belleza de la sangre sobre el impoluto vestido blanco, indicando que el perder su virginidad es lo que le ha llevado a su muerte. Y Michael, roto de dolor, no es capaz de articular ni un sólo sonido. Identifiquemos esto como la reacción del propio director a la muerte de su hijo, quien murió durante el rodaje de “Jardines de piedra” y el director, continuó el rodaje. No por estar en silencio, su sufrimiento fue menor.

Los actores

Y paso a los actores, que aquí hay miga. De los actores de las películas originales sólo quedan Al Pacino, protagonista indiscutible, Talia Shire, hermana del director, y Diane Keaton, quien no tiene que ser muy difícil de contratar, porque a pesar de estar en algunas de las películas más reputadas de los 70, nunca ha sido una estrella de llenar salas. Como ya he dicho Robert Duval se desentendió porque consideraba un insulto la cantidad que le ofrecían. Sinceramente, George Hamilton, que es quien asumió el papel de abogado en esta ocasión, será todo lo guaperas que quieras, pero no tiene ni la sombra del carisma de Duval. Además Coppola retoma a algunos de los actores de la parte italiana de la primera película y que no vimos en la continuación. Entre ellos destaca uno de los actores fetiche de Passolini.

6Comento sobre las incorporaciones de esta película. Ganamos con la interpretación de Eli Wallach, aunque nos quedamos con las ganas de saber qué hubiera hecho Sinatra. Curiosamente Eli Wallach rechazó el papel de “De aquí a la eternidad” por lo poco que pagaban en favor de Sinatra y ahora ocurrió al revés. También destacan aquí Joe Mantegna en uno de sus primeros papeles importantes y Andy García que parecía que tras “Los intocables de Elliot Ness” (1987) y la nominación al Oscar por este film, se iba a comer el mundo, pero al final está sumido en una mierda de subproductos B.

En cuanto a Keaton y Shire, están. Sin más. Ni destacan, ni sobran, pero pasan como fantasmas, porque la estrella indiscutible es Al Pacino. Recuperado felizmente para la pantalla, el intérprete de “Esencia de mujer”, compone a un Michael Corleone avejentado, a medio camino de su composición en la saga y la de Brando en el primer film. En todo momento vemos la culpabilidad en interpretación. La culpabilidad por haber ordenado la muerte de su hermano, la culpabilidad por haber dejado ir a su esposa e hijos y finalmente la culpabilidad por la muerte de su hija. Un buen hombre que se dejó seducir por el lado oscuro de la fuerz… esto… por el poder y se corrompió, al final descubre que eso le ha servido para alejarle de los ideales de su padre y para encontrarse sumido en la más absoluta soledad, tanto que al final muere en total soledad. Una pena que no tuviera nominación al Oscar por este papel, pero es que esta fue la forma de castigar a Coppola por no hacer la obra maestra que todo el mundo esperaba.

8Me queda una última cuestión y esta es la más peliaguda: Sofía Coppola. La hija del director fue la última opción para interpretar a Mary Corleone tras el abandono de Julia Roberts por problemas de agenda, el fallecimiento de Rebecca Schaeffer y el abandono tan sólo un par de semanas antes del rodaje de Winona Ryder, según ella, por agotamiento. Coppola le dio el papel a su hija quien ya había tenido pequeños papeles en otras películas suyas y pensando que sería recibida como en su momento fue Talia Shire, pero no, tanto el padre como la hija sufrieron un linchamiento constante por esta decisión. Sofía no era actriz profesional y se nota. Su interpretación carece de fuerza, pero por otro lado esto hace que veamos la fragilidad que el director quería transmitir para el papel de Mary. Así se explica que sea la debilidad de su familia, tanto, que hasta el guaperas Andy García se siente atraído hacia un Trol (reconozcámoslo, la Coppola es más fea que el bicho de “Depredador”). Sinceramente, se me queda corta su interpretación, pero no creo que mereciera el vapuleo generalizado que sufrió. Bueno, luego se salió con la suya al llevarse el Oscar por “Lost in translation”.

Y valoramos. “El padrino. Parte III” es una muy buena película, pero tiene un serio problema: que es la continuación de dos obras maestras. Mucho tendría que haber currado Coppola para superar a las anteriores, pero materialmente le fue imposible, por falta de tiempo y medios. La ambientación se aleja del naturalismo y opta por ser continuista con la saga, porque si realmente hubieran llevado las pintas que se llevaban a finales de los 70, no hubiera reconocido el film ni su padre. El guión, así mismo, también es continuista, porque a pesar de los años, retoma la saga en el mismo punto donde la dejó. Es un epílogo casi perfecto. Ese casi es lo que duele. No tiene la perfección de las anteriores y como comento, parece más de lo mismo. Quizá  esa cuarta parte planeada con Puzzo y que quedó a medias, contando a la vez la historia de Vincent y la de su padre Sonny, retomando el rollo de la segunda y que iba a estar interpretado por Leonardo Dicaprio, hubiera redondeado la saga. Nunca lo sabremos, porque Puzzo falleció y Coppola se negó a retomar el proyecto.

Pero me pierdo. Un 8. Como ya digo es un gran film, pero no es perfecto y la sombra de las anteriores, pesa demasiado, aunque el tiempo se ha ocupado de que la negativa recepción de su momento, se haya olvidado en su mayor parte.

Título Original: The Godfather. Part III
Reparto: Al Pacino, Diane Keaton, Andy García, Joe Mantegna, Talia Shire, Eli Wallach, Sofia Coppola, Franc D’Ambrosio, Donal Donnelly, George Hamilton, Raf Vallone, Bridget Fonda, Helmut Berger, John Savage, Mario Donatone, Franco Citti, Al Martino, Vito Antuofermo, Richard Bright
Director: Francis Ford Coppola
Guión: Francis Ford Coppola, Mario Puzo (Novela: Mario Puzo)
Productora: Paramount Pictures
Música: Carmine Coppola
Presupuesto: 55 millones de dólares (102 millones de dólares ajustados)
Taquilla: 136.5 millones de dólares (257.7 millones de dólares ajustados)

 Redacción: Juan Pablo Pérez-Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.