Eastwood y Leone: Revolución del western (II)

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“La muerte tenía un precio” (1965)

lamuerteteniaunpreciocine-600aDos caza-recompensas, el joven e impulsivo Manco (Clint Eastwood) y el Maduro y concienzudo Coronel Mortimer (Lee Van Cleef) van en busca de Indio (Gian Maria Volonté) un sádico asesino con profundos problemas psicológicos. Lo que Manco no sabe es que el coronel tiene un secreto.

Tras el avasallador éxito de “Por un puñado de dólares” era evidente que Leone iba a ir a por más. Más presupuesto, más ambición, más duración y más estrellas.

Resulta curioso que el guión de esta segunda parte de la trilogía esté tan bien escrito dado el esquematismo del primer film. Tiene a Manco/Eastwood, que sigue en la línea de la primera película, tiene al Coronel Mortimer, un personaje que en un principio parece dudoso, pero luego resulta ser el gran aliado de Manco. Tenemos a un carismático villano y tenemos más que interesantes giros argumentales, pero no quiero adelantarme.

Cuando el guión estuvo listo Leone y su productor fueron a los Estados Unidos para buscar a quien encarnaría a Mortimer, el exponente del viejo Western, perfectamente afeitado y aseado, de buen carácter y aparentemente frio, pero una fuerte motivación interior le mueve por encima del dinero, la contraposición a ese nuevo héroe que representa Eastwood, desaseado, malhablado y codicioso. Para ello intentó contactar con Henry Fonda. Ya pensó en él para Joe en “Por un puñado de dólares”, pero su caché era inviable. Ahora disponía del dinero, pero en esta ocasión no aceptó, aunque finalmente consiguió contratarle para “Hasta que llegó su hora” (1969). A la cuarta fue la vencida. Volvió a intentarlo con Coburn, pero estaba ocupado. Tras varios intentos infructuosos estaba en una cafetería desesperado pensando en que tenía que volver a Italia con las manos vacías cuando faltaba sólo una semana para empezar el rodaje. De pronto mira por la ventana del local y vio una cara familiar: Lee Van Cleef. Frente a él se encontraba un viejo conocido de los amantes del Western, ya que había sido el villano de “Sólo ante el peligro” (1952) y “El hombre que mató a Liberty Valance” (1962). Raudo Leone se apresuró a hablar con él, dinero en mano. Lo que no sabía es que Van Cleef llevaba dos años sin aparecer en ninguna película y malvivía haciendo papeles episódicos en series. De hecho estaba desesperado porque le iban a cortar la luz, cuando llegó un golpe de suerte que le permitió pagar la luz y convertirse en una estrella con 49 años.

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Para el villano volverían a contratar a Gian María Volonté un excelente actor teatral de fuerte ideología izquierdista que, salvo este par de películas, poco haría que no estuviera dentro de un contexto político. Aquí compone al antecedente directo del Joker de “El caballero oscuro” (2008) ya que es un personaje mentalmente desequilibrado, malo sin hasta la médula, capaz de matar a los miembros de su propia banda sin el más mínimo miramiento y con una risa psicótica que hiela a más de uno. Una de las particularidades del personaje es que fuma marihuana, que es un elemento prohibido en pantalla desde los años 30. Nuevamente Leone rompe reglas preestablecidas.

tumblr_manxtul4n51qbxzbvDentro de la banda hay que destacar el papel del jorobado interpretado por un aún desconocido Klaus Kinski quien tras este rol sería contratado por David Lean para “Doctor Zhivago” (1965) y de ahí a ser uno de los más grandes, e histriónicos, actores de los 70. No es baladí esta conexión con David Lean, ya que Leone estudió qué le faltaba a su anterior película y lo tenía claro: la épica del director de “Lawrence de Arabia” (1962). “Por un puñado de dólares” no dejaba de ser una entretenida serie “B” y el director romano quería hacer algo épico del estilo de su admirado John Ford. Como ya he dicho el guión estaba muchísimo más trabajado, los personajes tenían motivaciones y la trama en general estaba bien llevaba, con giro final incluido.

Ahora estaba el plano técnico. Leone acababa de ver “Lawrence de Arabia” (1962) y prestó especial atención a los largos planos en los que Peter O’Toole camina parsimoniosamente por el cálido desierto. La majestuosidad de estos, justo antes de una escena de acción, llamó poderosamente al director italiano. También prestó atención al hecho de que en el film de Lean, gracias a la influencia de la Nouvelle Vage, prescindía de los anticuados fundidos a negro y largas transiciones para cortar sin más, pero además adelantaba lo que iba a ocurrir en la escena posterior con el sonido, por ejemplo, si en la escena de después había un tren, un par de segundos antes ya estaba sonando el silbato de la locomotora. Esto encajaba perfectamente con esa concepción de cine de Leone, que empezó a verse en su primer western. Como en “Por un puñado de dólares” el sonido es impactante y estaría ampliado a la máxima expresión. Para él un revolver suena como un fusil, un fusil como un cañón y un cañón como una bomba atómica. Esto es algo que venía un poco de la comedia italiana de los 50 donde las bofetadas sonaban estruendosamente. Con todo este antecedente sonoro Leone se crece y llega a enfatizar la maldad del villano introduciendo su diabólica carcajada cuando simplemente vemos su fotografía. En 2013, gracias al videoclip y publicidad, esto es algo que tenemos perfectamente asumido y asimilado, pero hace 50 años esto era una locura desproporcionada.

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Como ya he dicho, Leone empieza a seguir los pasos de Ford y sobre todo de David Lean. Ambos cuentan con grandísimas bandas sonoras y el encorsetado Ennio Morricone del primer film de la trilogía se pierde aquí para presentarnos como el Morricone exquisito que todos recordamos. La música  sigue la pauta de la cinta anterior, pero aquí tenemos los temas de los tres personajes principales bien definidos y llegan al paroxismo en el duelo final en la era del pueblo almeriense “Los albaricoques”. Allí los tres temas se entremezclan con la música del pequeño reloj (o relojes, mejor dicho), dando además la clave del desenlace. Toda estilización es fantástica, pero he aquí que Leone, que sabía que estas películas no debía tomárselas demasiado en serio para que el espectador se quedase enganchado, nos da un chiste final con la cuenta que está haciendo “Manco”. Si no te ríes en este punto, no sabes de qué va la película.

Estamos ante un gran Western, no ya italiano (o español o alemán), sino de toda la historia, aunque aún le faltaban unos cuantos cola-caos para quedarse como uno de los grandes GRANDES.

La_muerte_tenia_un_precio-572815286-largeSe nota que me gusta y es altamente disfrutable, aunque principalmente por la audiencia masculina, porque en el apartado femenino Leone seguía siendo el italiano machista que veía a la mujer como una virgen (la madre) o una puta (las demás), como se vio en la anterior, como se ve en esta, como se verá mucho más en “El bueno, El feo, el malo” y sobre todo en “Hasta que llegó su hora”. Es un mal menor, pero suma a eso que el guión es más elaborado, pero no deja de ser simple y que, en definitiva, no consigue ser la mítica de las tres, le doy un buen 7, aunque los mitómanos quieran dispararme por no ponerle un 9,5.

Lo que tuvieron que tirarse de los pelos los productores de la primera película cuando vieron los números y por no pagarle todo su sueldo al director, este decidió hacerlo con Alberto Grimaldi. Eso si, se acordó de ellos en el título original italiano “Por un puñado de dólares… más”. Pues eso, que por un puñado de dólares más, hubieran hecho una fortuna, porque nada más que en España tuvo la friolera de 5.520.971 espectadores, recaudando 1.651.318,69 €, que eran unos 275 millones de pesetas de 1966, vamos todo un dineral.

La muerte tenía un precio costó 600.000€ recaudando en EEUU 4.300.000$ y en todo el mundo 15.000.000$. Ajustando a números de hoy, habría costado 4.400.000$, habría recaudado en EEUU unos excelentes 32.180.000$ y unos formidables 109 millones de dólares.

Título original: La muerte tenía un precio/ Per qualche dollaro in più/ Für ein paar dollar mehr

Reparto: Clint Eastwood (Manco), Lee Van Cleef (Coronel Mortimer), Gian Maria Volonté (el indio), Klaus Kinski (el jorobado)

Dirección: Sergio Leone

Guión: Sergio Leone, Fulvio Morsella, Luciano Vincenzoni, Fernando Di Leo y Sergio Donati

Producción: Arturo González, Alfredo Fraile, Alberto Grimaldi para PEA (Produzioni europee associate) y Constantin film

Año: 1965. Estreno en España: 5 de septiembre de 1966  

Duración: 130 mins.

Música: Ennio Morricone 

Presupuesto: 600.000 dólares (sin ajustar)

Taquilla: 15 millones de dólares (sin ajustar)

Redacción: Juan Pablo Pérez Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.