«Donnie Brasco» de Mike Newell, de nuevo el Al Pacino mafioso

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Título: Donnie Brasco. Director: Mike Newell. Guión: Paul Attanasio (Novela: Joseph D. Pistone & Richard Woodley). Duración: 126 minutos. Año: 1997. País: EE.UU.. Género: Drama, Mafía. Reparto: Al Pacino, Johnny Depp, Michael Madsen, James Russo, Bruno Kirby, Anne Heche, Gretchen Mol, Zeljko Ivanek, Gerry Becker, Zach Grenier, Brian Tarantina, Tim Blake Nelson, Larry Romano, Paul Giamatti. Productora: Mandalay Entertaiment. NOTA PANDORA: 6/10. No recomendada para menores de 18 años.

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Quentin Tarantino dirigió en 1994 “Cuatro bodas y un funeral” y se le nota que la comedia romántica no es lo suyo, aunque el hombre lo intentó. Evidentemente esta afirmación es más falsa que la palabra de un político, pero si nos hace que tengamos una idea de lo que nos encontramos al ver “Donnie Brasco” (1997), esto es, una película sobre la mafia dirigida por Mike Newell el director de “Un abril encantado” (1991) “Cuatro bodas y un funeral” (1994) y “Harry Potter y el cáliz de fuego” (2005).

4Joe Pistone (Johnny Depp) es un agente del FBI que ha de infiltrarse en el hampa neoyorkina, haciéndose pasar por el joyero Donnie Brasco. Lefty (Al Pacino) es uno más de los soldados de la organización, que ve en Donnie un posible aliado, por lo que le acoge. Lefty va enseñándole todo el mundillo mientras Joe/Donnie va informando de las actividades delictivas del clan. Pero estar infiltrado le va a suponer el distanciamiento con su esposa Maggie (Anne Heche), quien no comprende por qué su marido puede estar hasta dos años sin verla ni a ella ni a sus hijas.

Donnie Brasco es una película olvidada. Es una de esas películas del montón que tenía todo lo necesario para ser un bombazo pero 17 años después nadie recuerda exactamente si es una peli de Mafia o sobre un bicho azul. Y digo que tenía todo lo necesario porque contaba con un director con prestigio, una historia que cruzaba “El Padrino” con “Serpico”, al actor de ambas cintas y al por entonces aún interesante Johnny Depp. Pero no, la ecuación se quedó incompleta.

El guión es portentoso, hay que decirlo. Paul Attanasio sabe el punto en que comenzar el film, describe a los personajes de forma inteligente y los hace evolucionar de igual manera. La dicotomía entre el policía que no se siente respaldado por su equipo y el mafioso que, haga lo que haga, va a contar con el respaldo de su gente está perfectamente desarrollado, por lo que ves que llegue un punto que el personaje de Donnie Brasco se está comiendo al agente Joe Pistone. Por otro lado está la ascensión en el mundo de la mafia, donde va pasando de ser el último mierda a ser la mano derecha de Sonny Negro (Michel Madsen), el jefe del grupo, en contraposición con la incomprensión por parte de su esposa, que cada vez está más distante. Pero sobre todo está esa relación paterno-filial entre Lefty y Donnie. El personaje de Lefty además está escrito con cariño. Si, es un matón, ha matado a gente, pero es un pardillo. Está divorciado, tiene cáncer y además no es de los más listos de la banda. No puede evitar gastárselo todo en apuestas, pero es que le comprendes. Con tanta mierda que ha vivido algún vicio ha de tener.

3Tengo que decir que sobre el papel la historia es excelente. Más allá del libro en que está basado y del que desconozco más detalles, la historia es la modélica ascensión y caída de un mafioso, pero en sentido inverso, por lo que comprendemos el agobio de Pistone/Depp. Además, vemos cuál fue el origen de la corrupción en Miami de los 80 y que dio pie a “El precio del poder” (1983) y “Corrupción en Miami” (1984/89). Pero hay más. Attanasio se aleja del glamour de la mafia. Aquí son lo que son, no héroes románticos ni mierdas por el estilo, son ladrones, estafadores y asesinos que tienen una cuota de dinero mensual que cubrir para la organización y a esta le dan igual tus circunstancias; si no cumples, estás muerto. Lo que es justo, es justo, aquí Atanasio merecía su nominación al Oscar, aunque finalmente Curtis Hanson por “L.A. Confidential”, otra película de cine negro, le arrebató la gloria.

Si entramos en el terreno de la dirección, ya empezamos a descubrir los puntos flacos del film. Mike Newell es de esos directores tan británicos que seguro que para el rodaje para tomar el té, aunque sea en mitad de una escena en la que se esté dando una paliza. La dirección de Newel es esforzada, incluso se le nota la intención de narrar de forma clásica el género gansteril, ya que en el film se encuentran todas las normas y trucos propios de una película de gánsteres, pero acostumbrados a la enérgica dirección de Scorsese, la brutal precisión de De Palma, la sucia embriaguez de Ferrara o la poesía violenta de Coppola, el trabajo de Newell se queda soso. Y es que Newell tiene menos energía que un pedete de Isabel Preysler. Es tan correcto, tan pulcro, tan académico… tan soso al fin y al cabo que se nos queda corto. Por eso ponía el ejemplo de Tarantino dirigiendo “Cuatro bodas y un funeral”. Me imagino a Hugh Grant imitando a Tim Roth y soltando dos millones de “Fucks” mientras intenta marcarse un baile descalzo con Andie McDowell, quien se va a casar con un mafioso… No lo ves ¿no?, pues yo tampoco. Pues ese es el problema básico del film, una dirección más propia de ‘Downton Abbey’ que de una de mafia. Y mira que Newell lo ha intentado, pero es que la acción no es lo suyo. Ahí está la catástrofe “Prince of Persia: Las arenas del tiempo”, para demostrar que lo suyo es otra cosa.

4Y vamos con el reparto. Ya que me he empeñado en llenar Pandora Magazine con mafiosos con la cara de Al Pacino, habrá que destacar a Pacino. El actor, que venía de sobreactuar en la obra maestra “Heat” y en el cagarro “City Hall”, ambas de 1995, está totalmente contenido. Aun a pesar de volver al hampa su interpretación está más cerca de la que hizo John Cazale como Fredo Corleone que de la que él ha compuesto en sus diferentes acercamientos a ese mundo, esto es, contenida y patética a partes iguales, pero sin ser introvertida. También es que el personaje lo pedía, pero el neoyorkino lo borda. Además tenemos un puente entre “El Padrino” y “El precio del poder” al presentar el escenario de uno y personajes que podrían estar en la otra.

Por otro lado tenemos a varios secundarios realmente reseñables como son Bruno Kirby (“El  Padrino. Parte II”, “Cuando Harry encontró a Sally”) y Michael Madsen (“Reservoir Dogs”, “Kill Bill”) quienes dan el toque quelite, pero a su vez la punta nostálgica a los cinéfilos amantes del cine criminal. Por ahí también está Anne Heche quien en aquel momento estaba en todas partes, pero no es que destaque demasiado. Como casi toda su carrera, vaya. Comentar también que tenemos a un joven Paul Giamatti, que poco puede lucirse en su breve papel.

2Y no, no se me olvida: Johnny Depp. En 1997 Johnny Depp todavía interpretaba en plan jovencito introvertido y aún no le había dado por interpretar como si tuviera sobredosis de café. Quizá el Depp de ahora lo hubiera bordado, pero el del 97 se queda muy corto. Demasiado nenita para hacer de tipo duro. Pasa lo mismo que con el director, está esforzado, pero no, no llega. Lo peor es que todos los que le rodean se lo comen casi sin proponérselo. Lo peor es que es el protagonista.

Director soso y actor principal también falto de un hervor. En un principio eso no tendría que ser malo, ya que Michael Mann es un director que opta siempre por la frialdad y “Enemigos públicos” contó también con Depp, pero Mann provoca la tensión interiormente. El mal rollo, el ambiente y todo, hacen que la película sobre John Dillinger sea lenta y falta de tensión para más de uno, pero siga siendo una experiencia magnífica. Y cuando digo lo de “el ambiente”, doy en el clavo del para mí, mayor fallo del film: la ambientación. Para entrar en el rollo de una película histórica tiene que haber una cuidada ambientación y la de “Donnie Brasco” no lo es. Todos parecen llevar disfraces de carnaval. Todo el mundo lleva ropa muy pulcra, no hay nada usado. No te lo crees. Hasta el bigote de Depp se nota que es falso. En fin, una pena.

5Y es una pena porque con uno de los mejores guiones sobre mafia y con el elenco de secundarios que tiene la película podría haber estado cerca de “Malas calles” o “Uno de los nuestros”, pero al ser todo tan aséptico y soso y con ese Depp totalmente equivocado se puede comprender que hoy el film esté olvidado. Un 6 y me jode darlo, porque veo que esta película podría haber dado más. De hecho en su momento el film tuvo una más que efusiva acogida crítica, pero su pronto olvido indica que estamos ante un film menor.

Como siempre, termino con los números. “Donnie Brasco” costó 35 millones de dólares de 1997, que son 57 de 2014. No es una cifra muy elevada, pero los 42 millones de dólares que recaudó en EEUU (unos 69 de hoy) dejaron una ligera sensación de fracaso. A nivel internacional recaudó otros 83 millones (135 de 2014), lo que indica lo que gusta este tipo de productos en el resto del mundo, y aunque al final de su recorrido comercial internacional sí que dio dinero, eso no evitó que la sensación de fracaso se mantuviera.

Y con esto y con “El padrino. Parte III” en el apartado de sagas (próximo miércoles), termino mi repaso a algunas de las más importantes películas de los últimos 40 años con uno de los más importantes actores de los últimos 40 años.

La semana que viene más.

Reseña: Juan Pablo Pérez-Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.