Homenaje al 75º Aniversario de Batman (II): «Batman vuelve», el regreso del Caballero Oscuro

Print Friendly, PDF & Email

5 Votos obtenidos¡Vótame!

.

1

1ª Parte del ‘Especial Batman’

Voy a empezar diciendo así, sin anestesia algo con la que muchos no van a estar de acuerdo y es que “Batman vuelve” es la mejor película rodada sobre Batman hasta la fecha y sí, me parece mejor película que “El caballero oscuro”. Tengo mis razones y si quieres saberlas, vas a tener que llegar al final.

“Batman vuelve” Tim Burton (1992)

Max Shreck (Christopher Walken) es un empresario que está intentando convencer a Gotham de que necesita energía, pero la comisión de la ciudad, encabezada por Bruce Wayne (Michael Keaton) rechaza el proyecto. Enfurecido, Shreck encuentra un pelele para que sea el nuevo alcalde, el antiguo delincuente conocido como el Pingüino: Oswald Cobblepot (Danny de Vito). Pero la secretaria de Shreck, Selina Kyle (Michelle Pfeiffer) descubre que la planta del empresario no genera energía, sino que la absorbe, por lo que éste intenta matarla. Bruce Wayne como Batman, tratando de desenmascarar la intriga criminal de Shreck y Cobblepot y Selina Kyle como Catwoman, tratando de matar al empresario, comenzarán un juego de atracción y odio enfundado en cuero negro que pondrá a la ciudad de Gotham al límite.

La película de autor más cara jamás rodada

1Tras el descomunal éxito de “Batman” y la aclamada “Eduardo Manostijeras”, Tim Burton era el nuevo niño mimado de Hollywood. Por eso cuando Warner dijo de continuar la saga de hombre murciélago, dijeron que sí a todo.

– “¿Que quieres hacer un homenaje al cine mudo expresionista alemán?, pero Tim, es que …” – Ni media palabra, que me voy a Fox a hacer “Eduardo manostijeras 2” – Si, Tim. ¿Quieres sodomizarnos también?, porque nosotros pondríamos hasta el lubricante…

Algo así tuvo que ser la conversación que tuvieron los ejecutivos de Warner cuando Burton les explicó el proyecto. Y es que lo que pretendía el director no es fácil. Ni fue comprendido en su momento. Burton no sabía cómo afrontar esta continuación sin repetirse, por lo que le recomendaron que no hiciera lo mismo, que no hiciera una película de Batman, sino un film de Tim Burton. Y eso es justo lo que nos dio. Con 33 años tenía no sólo 4 películas de éxito –una de ellas entre las más taquilleras de la historia– sino además aclamadas por la crítica y veneradas por un creciente número de fans, admiradores de su única y personal visión. Tras esto es normal que te creas Dios y pienses que cualquier cosa que hagas va a resultar tan exitosa y bien recibida como lo fueron los filmes anteriores.

Burton hizo un batiburrillo increíble de referencias, ya que hay desde Orson Welles, Hitchcock, el expresionismo alemán hasta referencias a Jesucristo y Moisés. El director de “Ed Wood” hizo una muy inteligente mezcla que no fue del todo mal, pero que no era lo que se esperaba.

2Warner propuso la utilización de dos villanos, en este caso Burton se puso a rebuscar cuáles podrían ser los elegidos, como en el caso del primer Batman, el reverso tenebroso de Bruce Wayne/Batman y los encontró en el Pingüino y en Catwoman. El primero porque es la versión antitética del huérfano que representa Wayne, ya que es el monstruoso hijo de unos millonarios, quienes abandonan a su hijo por que le consideran un monstruo. Aquí es destacable la imagen pre-créditos donde el bebé-pingüino está en su celda-cuna y se come un gato. Aquí ya nos presenta su debilidad por los felinos y de camino nos presenta a Catwoman. La mujer gato representa la dualidad heroica de Batman, quien podría haber acabado cruzando la línea como hizo el alter ego de Selina Kyle. Pero tanto uno como el otro son dos personajes que van cruzando de un lado al otro de la ley, no hay una maldad absoluta, no hay un Joker o un Lex Luthor, así que Burton, Sam Hamm y Daniel Waters se sacaron de la manga a un villano malo malísimo … y aquí es donde empieza el batiburrillo de influencias.

El film de los mil homenajes

El nombre del mega-villano-que-te-cagas es Max Shreck, quien se llama –casi– como el actor que dio vida al Conde Orlock, en la primera adaptación de Drácula de la historia, “Nosferatu, el vampiro” (1922). Haciendo referencia a Nosferatu, también el maquillaje de El Pingüino remite al mítico vampiro… salvando las distancias, claro. Pero ahí no acaba la cosa. El edificio de Shreck remite directamente a la torre de Babel de “Metrópolis” (1927), como casi toda la ciudad de Gotham en sí, como la central eléctrica, que también es una maqueta réplica de la que en “Metrópolis” crea la energía y además, la imagen personal de Shreck remite directamente a Rotwang, el inventor de la mujer mecánica del famoso film de Fritz Lang… y a su vez Shrek es el culpable de la aparición de Catwoman.

3Sobre la influencia de Hitch y Welles hablo en la dirección, pero en guión hay también otro par de cosillas. Como ya he dicho, los Cobblepot, o lo que es lo mismo, los padres del Pingüino le abandonan. Esto lo hacen en un cesto que tiran al río. Por cierto, ese tipo de cesto se llama Moisés, ¿alguna idea de la referencia? Luego le acogerán unos emperadores… unos pingüinos emperadores para ser más concretos. Además, como en “Los 10 mandamientos” (1956),  Moisés manda el exterminio de todos los primogénitos de Egipto. En esta cinta el Pingüino ordena secuestrar a todos los primogénitos de Gotham. Pero hay más, pasan 33 años desde que Cobblepot es abandonado hasta que regresa a Gotham para ajustar cuentas. 33 años, los mismos que el director cuando comenzó a dirigir el film, los mismos que Jesucristo cuando llegó a Jerusalén, fue vitoreado por las masas y después vendido por quienes consideraba sus amigos.

Una última referencia cinéfila en el guión. Cuando Oswald Cobblepot renuncia a su condición de monstruo para presentarse a alcalde, reproduce aquello de “no soy un elefante, no soy un animal, soy un ser humano” que se decía en “El hombre elefante” (1980) de David Lynch, cuando dice “No soy un monstro, no soy un pingüino, soy Oswald Cobblepot”.

Un film donde todo tiene su reverso deforme

Toooooodo eso está en el guión del film, pero no se vayan todavía, aún hay más.

3Tenemos toda la corrupción política posible y su hipocresía de la mano de un alcalde pasmarote y un Shreck que busca un pelele político al que manejar para sus propios intereses. Algo en lo que se adelantó a todo lo que aparece en los periódicos hoy todos los días. Y escoge al Pingüino, al que la sociedad Gothamita recibe como si de Pablo Iglesias se tratase, como la solución a todo. Y aunque parezca que ya no cabe más en el guión, tenemos el juego de seducción de Selina Kyle y Bruce Wayne en contraposición con el odio que sienten Catwoman y Batman.

Si hasta hacen referencia a que la relación con Vicky Vale no funcionó tras la primera parte por la dualidad entre el millonario y el héroe. Y acto seguido vemos cómo Selina y Bruce ocultan sus cicatrices y corren a ponerse el traje, con las diferencias evidentes entre el coche y ropa del millonario y el escarabajo y ropa a jirones de la secretaria.

Pero, ya entrando de lleno en el terreno dirección, la escena sublime es aquella en la de la fiesta de disfraces. La plana mayor de Gotham está reunida en una fiesta de disfraces estilo veneciano, cuando llegan Bruce Wayne y Selina Kyle. Ambos llegan a la fiesta vestidos de gala, pero no disfrazados, indicando que ese es su auténtico disfraz, que la máscara es la representación más clara de su psique torturada. Y rizando el rizo llega el Pingüino en ese momento en su vehículo pato y se deshace de la única pieza de vestido que le unía con la sociedad, su sombrero de copa.

4La dirección Burton es más estática que en el film anterior, centrándose más en la psique y escenarios que en la acción, así que el público se quejó de que Batman era un muermo, sin ver la infinidad de pequeños detalles, porque Burton se empeña en  que cada villano sea un espejo deforme de cada una de las personalidades de Wayne.

Hay una gran cantidad de homenajes y referencias como por ejemplo, la guarida del Pingüino recuerda mucho a la mazmorra donde vemos por primera vez al “Drácula” (1931) de Bela Lugosi, una referencia nada casual, como veremos en el siguiente film del director. Y no acaba aquí la cosa, a diferencia del film original, los homenajes a Welles son más testimoniales que otra cosa, ya que se centran en las alcantarillas y en breve homenajes a “El tercer hombre” (1958), que sí, que no es de Welles, sino de Carol Reed, pero la presencia del orondo director está muy presente. Y hablando de directores orondos, ya al final hay una secuencia que recuerda a “Vértigo. De entre los muertos” (1958), cuando a Bruce Wayne, cual James Stewart/Scotty, vive la obsesión por la mujer perdida de tal manera que le lleva a verla sin saber muy bien si pueda o no ser real. En ese momento de homenaje a Hitchcock, hasta la música de Danny Elfman recuerda a la de Bernard Herrmann.

La música redondea el producto

Y ya que estamos, hablamos de Elfman, al que omití en el artículo anterior. ¿Por qué?, pues porque aunque compuso unos temas muy pegadizos y que cambiaron el panorama de las bandas sonoras, hasta entonces dominadas por los ritmos de John Williams, es en este film donde hace un trabajo más rico, más complejo y mejor casado con las imágenes de Burton. Siendo fiel a los heroicos temas del anterior capítulo de la saga, aquí da rienda suelta a su personalidad, con coros, campanas y otros elementos propios del compositor y que no sólo acompañan, sino que aportan aún más a cada plano compuesto por Burton. Es curioso que tras este film se pelearan y Burton decidiera hacer “Ed Wood” con Howard Shore, afortunadamente, harían las paces, pero sus colaboraciones, salvo en los films animados del director, nunca volverían a gozar de la calidad del díptico compuesto por el marido de Bridget Fonda para “Eduardo Manostijeras” y “Batman vuelve”.

7

Por otro lado el tema de la BSO ya lo trataré cuando hable de los números de la saga, pero viendo que las canciones de “Prince” en el primer film se comían la película, el director sólo permitió la canción compuesta por uno de sus grupos preferidos Siouxie and the Banshees.

Monstruos con y sin máscara

Y vamos con los actores. Tenemos a un cuarteto de actores soberbios.

6A Michael Keaton ya le habíamos descubierto en la anterior “Batman” y en “De repente, un extraño” (1990) le vimos haciendo de villano muy perturbador. Entre estas 2 y la pequeña y desconocida película para el gran público “Alcohol y coca” (1988), Keaton demostró que tenía ese lado oscuro tan propio del hombre murciélago y eso fue lo que quiso potenciar el director. Es curioso que en este film no se hable del asesinato de los padres de Wayne –sólo hay una breve referencia a que es huérfano como el Pingüino– pero tengamos al Bruce Wayne más atormentado de todas las adaptaciones que sobre el caballero oscuro se han hecho. Eso se debe en gran medida a un Keaton totalmente entregado a su personaje.

Sobre Christopher Walken debo decir que Tim Burton se sentía incómodo con la elección del actor porque, ¡este tío le acojonaba de verdad! Y es que Walken da la medida perfecta como ese villano que tras una sonrisa te puede empujar por una ventana. Maquiavélico y más monstruoso en su interior que el Pingüino en toda su deformidad.

Y pensándolo bien de Oswal Cobblepot/Pingüino, Danny de Vito no podría ser mejor elección. Un hombre bajito y rechoncho que sea una estrella y gran intérprete, la verdad es que sólo él daba el tipo, pero lo que hace aquí va más allá de lo que se esperaba del cómico. Su Oswald Cobblepot es repulsivo en todas sus facetas, pero le entendemos, sabemos por qué hace todo lo que hace. Al llegar al agónico final del villano, no nos alegramos por su muerte, sino que nos compadecemos. Lo increíble es que no tuviera ninguna nominación al Oscar ya que no sólo trabajó enormemente su rol –se metió tanto en el personaje que se pasó casi todo el rodaje gruñendo a todo el mundo, mordiendo y comiendo pescado crudo– sino que además borda su interpretación, siendo complicado igualar su composición.

5Y hablando de igualar composición… Michelle Pfeiffer/Selina Kyle/Catwoman está en la cúspide de las mejores adaptaciones de personajes de cómic. ¿Que los orígenes no son los mismos que en el cómic? ¿Y eso qué importa?, la actriz rubia compone a una mujer gato torturada, desquiciada, sexual y vulnerable, a veces todo en la misma secuencia. Parece mentira que Pfeiffer fuera una opción de última hora, ya que la actriz que iba a enfundarse el traje de cuero era Annete Bening. Como en la anterior película se buscó a una actriz en el último minuto, porque la señora de Warren Beatty se quedó embarazada y evidentemente no podría enfundarse el traje con el súper bombo. En “Batman” la protagonista de “Las brujas de Eastwick” (1987) fue sugerida, pero al estar liada con Michael Keaton, se optó por no contratarla, por si había problemas. Tres años después y rota la relación, se volvió a hablar de Pfeiffer con el abandono de Benning y ésta vez se le contrató. La actriz lo bordó y hoy día no podrías imaginarte a nadie más, apropiado para el papel. No es de extrañar que los arañazos sadomaso que sufre Batman, no le duelan especialmente. No es de extrañar que el Pingüino cuando la vea desee cepillársela. Insuperable, realmente.

Demasiado intelectual para una película de acción

Como ya dije, Burton optó por hacer más una película Burton que una película de Batman, así que aquí encontramos todas sus obsesiones, como los seres deformes y los seres monstruosos, muchas veces más monstruosos los que no son deformes.

9Tenemos al ser marginado y tenemos seres a punto de cruzar la fina línea de la oscuridad. Eso en cuanto a historia, en cuanto a lo visual, como comento, están los grandes decorados y las múltiples referencias a su cultura audiovisual.  Es tal esa influencia que deja de lado los tonos marrones y ocres que tan buen contrapunto daban a la oscuridad en “Batman”, para hacer un film expresionista en el que dominan los blancos, negros, verdes y azules, estos dos porque era los propios de los tintados de los filmes mudos.

Deja así una cinta oscura y depresiva no apta para todos los públicos. Su oscuro sentido del humor y sus evidentes referencias sexuales, así como un muy pesimista final hizo que los niños que aplaudieron al film anterior, salieran llorando de este. Por otro lado, los excesos en cuanto al diseño de producción no fueron bien vistos por la crítica, tan proclive siempre a las historias pequeñas encerradas en apartamentos. Tampoco como cinta de acción se podía vender ya que al final el héroe no es quien elimina a los villanos, siendo él un testigo de cómo éstos –sus lados oscuros, no lo olvidemos– se destruyen entre ellos. Un film demasiado racional para la gente que sólo le pedía hostias.

¿Por  qué creo que es el mejor film sobre Batman? Probablemente sea esta película en la que Burton tuvo una mayor libertad a la hora de dar rienda suelta a un mundo propio y en la que contó con un mayor presupuesto para hacerlo, pero no sólo se quedó en su mundo interior, sino que además mostró un profundo conocimiento de la psique humana, mostrando un intricado fresco donde cada uno es un reverso del otro, donde la locura y el raciocino están tocándose, donde la sexualidad, aun sin mostrar ni un sólo centímetro de piel, está mostrada a flor de piel, donde la religión en burlada y donde la sociedad burguesa vive una hipócrita podredumbre. Vamos, que contado así podría ser una película de Buñuel, con ese delirio de ciudad de personas.

10Pero además dejaría claro cuáles eran las bases de la franquicia. Queda claro que Batman necesita un villano desquiciado en contraposición a su depresiva personalidad. Aquí ese personaje desquiciado está difuminado. Sólo el Joker y Enigma entran dentro de esa descripción y eso se verá en la taquilla. También queda claro que un buen villano de Batman no quiere matar al héroe, sino que quiere destruirle y convertirle en un villano, ¿Os suena de “El caballero Oscuro”? Pues sí, ya que Nolan es fan absoluto del díptico Burtoniano y aprovechó muchos de sus hallazgos, pero en su afán por ser “realista” –un multimillonario que se disfraza de murciélago, con sus orejitas de puta y todo, y se va por ahí con un adolescente a detener criminales, no tiene trazas de ser muy realista– desechó todas las ideas psicológicas en pos de ofrecer thrillers más que correctos (sólo en los dos primeros films) que carecen del encanto de la visión Burtoniana.

Y es que al director de “Bitelchus” la realidad se la trae floja, él quiere ver la realidad desde su punto de vista artístico y por eso el que los payasos matones –risibles en cualquier otro– puedan desmontar el Batmóvil como el que no quiere la cosa, que el Pingüino vaya por ahí en un Pato-móvil gigante y que desde el punto de vista de sus ojos salga una luz que puede proyectar la sombra de un murciélago, no son más que licencias artísticas que joderá a los hiperrealistas, pero que elevan a obra maestra el film.

La única pega que le encuentro es que él disfrutó tanto haciéndola que se olvidó del público un poco y en algún momento pueda ser un film demasiado cerebral. Es por eso que no le doy el sobresaliente alto, pero su 9,5 está más que merecido.

Título Original: Batman Vuelve
Reparto: Michael Keaton, Danny DeVito, Michelle Pfeiffer, Christopher Walken, Michael Gough, Michael Murphy, Cristi Conaway, Andrew Bryniarski, Pat Hingle, Vincent Schiavelli, Doug Jones
Director: Tim Burton
Guión: Daniel Waters (Historia: Daniel Waters, Sam Hamm. Cómic: Bob Kane)
Productora: Warner Bros. Pictures, PolyGram Filmed Entertainment
Música: Danny Elfman

La semana que viene la cosa será bien diferente.

Reseña: Juan Pablo Pérez-Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.