«A propósito de Llewyn Davis», de nuevo la América profunda de los Coen

Print Friendly, PDF & Email
5 Votos obtenidos¡Vótame!

.

Visual ILD 68x98  (555x800)Título: A propósito de Llewyn Davis (Inside Llewyn Davis)

Director: Joel Coen, Ethan Coen

Guión: Joel Coen, Ethan Coen (Novela: Dave van Ronk)

Reparto: Oscar Isaac, Carey Mulligan, John Goodman, Garrett Hedlund, Justin Timberlake, F. Murray Abraham, Adam Driver, Ricardo Codero, Alex Karpovsky, Max Casella, Ethan Phillips, Stark Sands

Duración: 105 minutos

Año: 2013

País: EE.UU.

Género: Drama

Productora: Scott Rudin Productions / StudioCanal / Mike Zoss Productions

Distribuidora: Universal Pictures Spain

«A propósito de Llewyn Davis» describe la vida de un joven cantante de música folk durante una semana mientras recorre el barrio de Greenwich Village y la escena musical de 1961. Llewyn Davis (Oscar Isaac), acompañado por su guitarra, se enfrenta a un despiadado invierno neoyorquino y a una serie de obstáculos aparentemente insuperables, algunos creados por él mismo. Sobreviviendo gracias a la generosidad de amigos y extraños, y trabajando donde puede, las desventuras de Llewyn le conducen a una odisea desde los cafés del Village hasta un club vacío en Chicago con la esperanza de realizar una prueba para algún magnate de la música.

ILD_04483_ct (800x533)Ya son muchos los premios internacionales que han recibido Joel & Ethan por sus películas. Por algo será pero, ¿Es Lewyn Davis una muestra de ese genio que hace que se lleven premios una y otra vez? Por ahora se ha llevado el Gran premio del jurado de Cannes.

Llewyn Davis (Oscar Isaacs) es un músico que forma parte de un dúo, pero su acompañante se ha suicidado. Ahora, lleno de rabia, sin dinero, sin capacidad para entrar en el mundo de la música, teniendo que pagar un aborto y cada vez más desesperado Llewyn intenta buscar su lugar en el mundo.

Llewyn Davis lleva un gato acogido casi todo el metraje. Este gato en realidad es una personificación del héroe del relato de los Coen. Es un ser que ha huido de su familia y como Ulises ha de volver tras un largo periplo y un sinfin de rodeos, golpes y pasos en falso. Ya en “Oh, brother” (2000) se hacía una relectura de la Odisea, por lo que se deja ver que a esos hermanos les va la historia del de Ítaca. Vemos pues que los de Minnesota vuelven a sus fueros habituales en “A propósito de Llewyn Davis”, ya que los músicos que circundan la vida de que da título al film son gente que hace cosas simples, sin carisma y pensando sólo en el dinero, pero sin embargo tienen su hueco entre el espectador medio.

ILD_01359_ct (800x533)Los Coen tienen una ristra de películas estimables que no pienso enumerar, porque a estas alturas son de sobras conocidas. Es curiosa la fascinación de este par de brillantes hermanos sienten por la mediocridad. Gente mediocre, en vidas grises. Eso sí, de entre tanto oligofrénico suelto por la América profunda, surge alguien con más luces. No muchas más, pero con algo más de luces. Al final sí que voy a hacer recuento, ya que “Fargo” (1996), “El gran Lebowsky” (1998) o “El gran salto” (1994) son grandes ejemplos de ello. Eso sí, han pasado unos cuantos años desde estas películas y su rollo ha cambiado. Ahora lo toman todo con serenidad y si en “No es país para viejos” (2007) hacen una obra maestra, en “Valor de ley” (2010) se encuentran demasiado envarados, perdiendo la chispa de antaño. Y esto último se acentúa en el presente film.

Sinceramente, yo creo que a los críticos en general lo que les ha gustado de la historia es ese hecho de ser el tuerto en el país de los ciegos, pero en el presente trabajo de los Coen no hay ni la brillantez en el guión ni en la puesta en escena de sus más grandes trabajos. De hecho tienen que tirar de la imagen de un joven Bob Dylan para hacer interesante la historia de Llewyn Davis, personaje pasivo y parasitario que realmente no lucha. Es más, cuando se da cuenta que su talento musical es dependiente del de su antiguo compañero, aunque hace un amago por dar un paso adelante, no llega a luchar, simplemente se rinde. Es la aparición final la que nos indica cuan cerca ha estado, pero Llewyn se ha dado cuenta de quién es, cómo es y de dónde viene, decidiendo tirarlo todo por la borda en lugar de luchar por lo que está rozando.

ILD_00196_ct (800x533) (2)Vivimos en una etapa donde el cine ya no adopta la actitud positivista de hace unos años. Todo lo contrario, ahora los protagonistas son gente que luchan y luchan y finalmente se deciden a estancarse en la mediocridad. Así en “AzulOscuroCasiNegro” (2006) el luchador Jorge termina viviendo en aquello de lo que huía o en “El discurso del rey” (2010) otro Jorge, Jorge VI de Inglaterra termina la película siendo igual de tartamudo que como empezó la historia, pero eso sí, ahora puede hacer sus discursos por la radio porque tiene un asesor a su lado. De verdad, ¡es patético!, es cine ¡mientannos!, pero no nos presenten una sociedad tan lamentable como vivimos. Llewyn Davis es un ejemplo más de esos seres mediocres que viven últimamente en nuestras pantallas. ¿que hay qué ser realistas?, no, creo que no están enseñando a ser derrotistas y encima se premia a que no haya una generación luchadora.

Es por eso que creo que los Coen han perdido la chispa de antaño, porque se están dejando arrastrar por la marea. Siguen siendo unos grandísimos autores, pero van un tanto a la deriva. En una de las que para mí es de sus mejores obras, la ya mencionada “El gran salto” se les criticó que perdieran en cierta medida su toque. Nada más lejos de la realidad, ya que aunque era una fantasía alejada de los parámetros del cine negro de los 40 que tan bien supieron reescribir en sus cuatro primeras obras, seguían teniendo intacto ese toque semi cartoonesco que no andaba muy lejos del de Sam Raimi. Ahora, como Almodóvar o Lars Von Trier, son esclavos de su propia condición de “genios” para la crítica perdiendo su identidad por hacer algo que siga lo que se supone que tienen que hacer.

Comentaría lo bien que están los actores, pero con los Coen siempre se está bien –aunque Oscar Isaacs me resulta un poco cargante, la verdad– pero voy a pasar directamente a la nota: 6,5. Disfrutable, pero no es un film para todo los públicos. De hecho, es un film para la crítica más que para el público medio. Los Coen todavía no han hecho ninguna mierda y este no es el caso, pero no está a la altura del talento de los autores de “Barton Fink” (1991).

Crítica: Juan Pablo Pérez Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.