Los Yōkai

Para este Halloween la Sección Oriental os trae un artículo de lo más especial para que engroséis vuestro catálogo de monstruos, demonios y fantasmas: una pequeña guía sobre algunos de […]
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Para este Halloween la Sección Oriental os trae un artículo de lo más especial para que engroséis vuestro catálogo de monstruos, demonios y fantasmas: una pequeña guía sobre algunos de los yōkai más famosos y sus respectivas leyendas. Pero antes de presentaros a estos seres os haré una pequeña introducción sobre los yōkai.

Yōkai. ¿A alguien le suena esta palabra? Seguro que a más de uno sí, ya que los yōkai son seres que se utilizan mucho como personajes (ya sean principales o como antagonistas) en las historias de los manga. Algunos ejemplos más famosos son Inuyasha, Nurarihyon y Kyo (el protagonista del manga Black Bird que es un yōkai Tengu).

Pero, aparte de eso, ¿qué es exactamente un yōkai? ¿Qué se sabe sobre estos seres y sus leyendas?

La palabra “yōkai” se suele traducir como “demonio” pero esta traducción se queda un poco corta  ya que esta palabra abarca una gran variedad de seres sobrenaturales del Japón feudal y de la actualidad. También se puede traducir como «apariciones», «espíritus» o «seres sobrenaturales». Son criaturas que forman parte del folklore japonés y cada una de ellas tiene su propia leyenda.

Hay muchos tipos de yōkai como por ejemplo el malvado oni, el kitsune, la Yuki-onna, etc. Algunos yōkai tienen rasgos humanos y un cuerpo de animal (como el Kappa y el Tengu). Generalmente los yōkai son mucho más fuertes y poderosos que los humanos y por este motivo suelen ser unos seres bastante arrogantes. También tienen valores y una forma de pensar muy distintos al de los humanos y muchas veces, cuando ambos bandos entran en conflicto, se convierten en enemigos.

Los yōkai suelen ser invulnerables a los ataques de los humanos. Pocas son las personas que pueden ser capaces de derrotarlos, y esas personas son los llamados exterminadores (taijiya en japonés) y los monjes budistas que derrotan a los yōkai con la bendición de Buda.

También hay yōkai que evitan el contacto con los seres humanos viviendo en áreas aisladas. De este modo evaden el problema que los humanos significan para ellos.

Sin embargo también hay otros yōkai que viven en armonía con los humanos. Incluso hay leyendas que cuentan historias de amor entre yōkai y humanos que tienen hijos han’yō o “semi-demonios” y los crían como hacen los humanos. Pero a menudo estas historias de amor acaban tristemente por culpa de los obstáculos que los enamorados tienen que superar.

 

ALGUNOS YŌKAI Y SUS LEYENDAS

Ao-andon, el fantasma de la lámpara azul

Este yōkai es un espíritu muy peligroso. En el periodo Edo (1603-1867) había una costumbre que se hizo muy popular llamada Hyakumonogatari Kaidankai (Conjunto de Cien Cuentos Sobrenaturales). Dicha práctica consistía en reunir a cien personas para contar cada una de ellas una historia de terror o sobrenatural, llevando consigo una vela para colocarla dentro de un andon de papel azul (el color azul del andon producía una atmósfera más tenebrosa, ideal para contar esas historias). Entonces cada vez que alguien narraba una historia apagaban una vela, y así continuaban hasta apagarlas todas. Y cuando el último andon se apagaba aparecía el Ao-andon en la oscuridad, un oni de color azul (ao) con grandes cuernos, colmillos afilados y garras. Se dice que si es invocado puede convertir en realidad las historias de terror.

 

Futakuchi-onna,  la mujer de dos bocas

La Futakuchi-onna es un yōkai un poco peculiar. Debido a una maldición posee dos bocas: una normal y corriente en su rostro y otra situada en la nuca debajo del cabello. Esta segunda boca tiene vida propia además de tener un apetito voraz. Si la mujer no la alimenta, ésta grita y pronuncia insultos que estremecen de dolor a la mujer. Tiene la habilidad de mover sus cabellos como si fueran tentáculos, lo cual le permite alimentar a su segunda boca.

Esta maldición se atribuye a esas mujeres malvadas que no alimentan ni cuidan de sus hijastros mientras que sí lo hacen con sus hijos naturales. Se dice que el espíritu del niño abandonado, que muere de inanición, se instala en el cuerpo de la madrastra como venganza, y de este modo la mujer se transforma en el yōkai Futakuchi-onna.

También se atribuye esta maldición a las mujeres que no comen por miedo a engordar, y que debido a su vanidad les aparece esta segunda boca, haciéndolas comer el doble.

 

Hone-onna, la mujer hueso

Anteriormente la Hone-onna fue una geisha de gran belleza y de irresistible encanto llamada Tsuyu que vendía globos de papel de seda. La historia de este yōkai es muy triste: por aquel entonces, Tsuyu tenía un novio que tenía muchas deudas y para poder saldarlas la vendió a un burdel. La geisha, desesperada, decidió escapar junto con una amiga, pero ésta la traicionó e hizo que su amante acabase con su vida para después tirar su cadáver a un lago. Y de esta forma, la pobre geisha se convirtió en el yōkai Hone-onna.

Desde entonces la Hone-onna seduce con su belleza a los hombres para llevárselos a la cama, y una vez engañados les revela su verdadero aspecto esquelético, absorbiendo así el alma de sus víctimas.

 

Kuchisake-onna,  la mujer de la boca cortada

La historia de este yōkai da un poco de escalofríos. Cuenta la leyenda que hace cientos de años había una hermosa joven casada con un samurái que solía andar con otros hombres a pesar de que su marido era muy celoso. Cuando el samurái se enteró de las aventuras de su mujer, como venganza, cogió las tijeras y le cortó la boca provocándole una herida de oreja a oreja mientras le gritaba: ¿quién va a pensar que ahora eres hermosa?

Desde entonces el espíritu de la mujer vaga por las noches oscuras y tenebrosas con una máscara quirúrgica que le tapa la boca, y cada vez que se encuentra con algún joven –normalmente estudiantes de secundaria o universitarios- le pregunta: Watashi kirei? (¿Soy hermosa?). Si el joven responde que sí ella se quitará la máscara mostrando su cara deformada y le preguntará: Kore demo? (¿Y ahora?). Lo más probable es que la víctima grite o diga que no, entonces la Kuchisake-onna se enfadará y lo matará. Si por el contrario la víctima dice que sí la mujer le cortará la boca con unas tijeras.

Sin embargo hay métodos para evitar cualquiera de los dos finales. Uno de ellos es ofrecerle dulces para apaciguarla. Otro método sería contestarle con respuestas ambiguas como “más o menos” o “pues normal” o con la misma pregunta (¿Soy hermoso?), de este modo la Kuchisake-onna quedará confundida y a la víctima le dará tiempo a escapar. También puede funcionar el decirle que uno tiene prisa y debe atender un asunto muy importante, entonces la mujer se disculpará y le dejará marchar debido a los modales japoneses.

 

Noppera-bō, el fantasma sin rostro

Los Noppera-bō acostumbran a parecerse a humanos comunes y corrientes. Normalmente utilizan la forma de una mujer bella pero a veces también cobran el aspecto de alguien familiar a la víctima para luego, cuando ésta se les acerca, hacer desaparecer su propio rostro. Esto hace que las víctimas huyan asustadas, pero aun así este yōkai es totalmente inofensivo.

 

 

 

Rokurokubi, la mujer de cuello alargado

Antaño el Rokurokubi fue un ser humano normal y corriente que se transformó en un yōkai debido al mal karma acumulado por haber quebrantado varios preceptos del Budismo en vidas pasadas. Por lo general suele tener el aspecto de una mujer joven y hermosa.

Durante el día pasan totalmente desapercibidas (hay algunas que incluso tienen marido) pero cuando llega la noche adquieren la habilidad de estirar sus cuellos a voluntad. En algunos casos incluso son capaces de transformar su rostro en el de un temible oni (ogro japonés) para asustar a sus víctimas.

Hay tres tipos de Rokurokubi: las que son inofensivas y sólo asustan, las que son auténticos demonios y asesinan a los humanos y las que ni siquiera saben que son yōkai.

Tienen una irresistible necesidad de asustar y espiar a los humanos. Algunas se aparecen ante borrachos y ciegos o cuando la gente está durmiendo, más que nada para evitar ser descubiertas y que las víctimas queden traumatizadas. Merodean por las casas acechando a sus habitantes o a las mascotas para así poder succionarles la energía vital. También subsisten lamiendo el aceite de las lámparas de andon (papel) o cazando insectos. En otras leyendas las pintan como seres más siniestros, ya que no sólo asustan a las víctimas sino que también las asesinan para beber su sangre y luego comérselas. Sus víctimas favoritas son los borrachos, adúlteros, asesinos, ladrones, corruptos, etc. o los hombres en general.

Para desenmascarar a una Rokurokubi hay que observar si en el cuello de la mujer hay unas marcas de estrías. Eso es señal de que el cuello se le ha estirado.

 

Yuki-onna, la Dama de las Nieves

La Yuki-onna es un yōkai cuyo mito se contaba para explicar la existencia de la nieve y los cuerpos congelados de los hombres que se encontraban en las montañas. Se trata de una mujer bella y pálida, de cabellos largos y negros, ataviada con un kimono blanco que puede transformarse en niebla y confundirse con la nieve. Al poder convertirse en un ente incorpóreo, puede atravesar barreras físicas y colarse por debajo de las rendijas de las puertas para entrar en las casas y congelar a sus habitantes. Con un simple roce o con su aliento puede convertir a una persona en un bloque de hielo. Habita en los montes altos y fríos y se aparece ante los montañeros que a causa de las tormentas de nieve se pierden. Una vez que la Yuki-onna se les aparece ya no pueden huir, ya que están hipnotizados por su belleza. 

También es considerada una diosa y una representación del invierno: que es bello pero frío y mortal.

Hasta el siglo XVIII la describían como si fuese el mismísimo retrato del mal, pero hoy en día la retratan como más humana y, pese a su mala fama como espíritu maligno que mata de frío a sus víctimas, en algunas historias perdona la vida a sus protagonistas dejándolos marchar. Pero en general, la Yuki-onna varía según las leyendas.

 

Estos son algunos de los yōkai más famosos. Por supuesto que hay otros muchos cuyas leyendas también son dignas de mencionar, sobre todo en una fecha tan terrorífica como Halloween.

Espero que os haya gustado este pequeño recorrido por el Japón más fantasmal a través de estas criaturas tan extraordinarias como terroríficas que son los yōkai.

¡Que paséis un feliz Halloween!

 

Redacción: Mariona Rivas Vives

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