El aumento de los EREs con la última reforma laboral

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Después de que el actual Gobierno reformara el sistema laboral, con la excusa de que sería creadora de empleo, hemos podido comprobar que ha aumentado exponencialmente el número de despidos y en peores condiciones. En menos de dos años ha habido un aumento récord en la tasa del paro, muchos españoles han tenido que emigrar a otros países (y no precisamente por afán aventurero como nos han dicho desde el Gobierno) para poder trabajar de lo que fuera. Las condiciones de trabajo se han empobrecido y hemos retrocedido décadas en lo que habíamos logrado conseguir con mucho esfuerzo.

 

 

Ya no existen los contratos fijos. Ha pasado a la historia aquel trabajador que entraba a trabajar en una empresa con 18 años y se jubilaba en la misma, sin miedo a ser despedido cada día. Para hacer un despido masivo en una empresa, por ejemplo un ERE, el empresario ya no tiene que ser autorizado por nadie para aplicarlo, con simplemente prever que va a tener pérdidas en un futuro cercano, ya es más que suficiente para llevarlo a cabo. La cuantía que está obligado a pagar se ha reducido a la mínima expresión. Y por supuesto, ahora si un trabajador tiene que denunciar a la empresa, por el motivo que sea, deberá pagar unas tasas inasumibles en la mayoría de los casos.

 

Contratos precarios, inseguridad, explotación… son solo algunas de las consecuencias que se han derivado de las modificaciones que ha sufrido la sociedad española en temas laborales. En Europa somos de los países con el salario mínimo más bajo, con los impuestos tales como el IVA más altos, con la tasa de paro mayor pero los mejores preparados y los que menos nos quejamos. Si he de ser sincera, aquí algo no va bien.

Muchos han achacado estas reformas a la situación de crisis actual. En un primer momento mucha gente lo relacionó con eso mismo, con que eran medidas urgentes que había que tomar para cortar la sangría de paro que se estaba produciendo. Pero en frío, y viendo el conjunto de reformas acometidas, se ve claramente que no eran reformas económicas ni necesarias, sino partidistas completamente. Los amigos empresarios que tanto habían apoyado al partido actual que gobierna, se frotaban las manos viendo que cada vez asumían más poder y se abarataba el despido cada vez más. Y la situación no ha mejorado. Es más, se teme que se endurezcan las medidas antes de que finalice la actual legislatura.

 

 

Los empresarios se dan palmadas entre ellos por las buenas gestiones que están haciendo para seguir a flote. Pero hay un silencio sepulcral de a costa de qué están manteniéndose con beneficios. Nadie habla de los despidos, de las malas prácticas que se están llevando a cabo dentro de las empresas sin que las declaraciones a los distintos medios lo demuestren. Se silencia al trabajador que da guerra, que protesta, que intenta que se respeten unos derechos básicos que todo ciudadano debería de tener.

Es el caso de una conocida empresa de telemarketing en León: Telemark. Estos últimos meses han sufrido un ERE sus trabajadores. Movistar, uno de los clientes de Telemark a los que prestaba servicio desde hacía años, no quiso renovar el contrato (hay mucha especulación del por qué) y la empresa al prever que disminuirían las ganancias, decidió prescindir de parte de la plantilla. Hasta aquí no hay nada extraño. Pero en este asunto hay mucho fondo.

Los trabajadores en un primer momento se enteraron de la situación por la prensa local. Tuvieron que ser reunidos ese mismo día para explicarles lo que tenían pensado: pasar a la empresa Atento, que es donde irían a parar esos puestos de trabajo (389), sin conservar antigüedad y teniendo que firmar una baja voluntaria, por lo que firmaban la pérdida de derechos. Hubo un gran número de trabajadores que fueron a las entrevistas que se hicieron en Atento (no era contratación directa, es decir, subrogación, como sería de suponer al ir a desempeñar el mismo puesto de trabajo en el mismo proyecto, sino que había que pasar un proceso de selección, con prueba de conocimiento incluida, pero Movistar no quiso mediar en un asunto tan claro como éste, se desentendió completamente), y se llegó al acuerdo de respetar tres meses a esos trabajadores; si se prescindía antes de ellos, se les debería de pagar una «mochila» de dinero, diferente para cada trabajador. Unas cien personas, temiendo por su puesto de trabajo, firmaron la baja voluntaria y fueron admitidos en Atento, en donde a los pocos días les cambiaron de proyecto (pasaron de entrar en un proyecto de mera atención al cliente a un proyecto en el que se les exigían ventas diarias) Telemark en esta jugada magistral se había ahorrado la indemnización cuantiosa de cientos de personas, ya que hubo gente de mucha antigüedad que firmó la pérdida de sus derechos; dicho sea de paso, empujados por los «consejos» de sus superiores en Telemark. El último día de plazo que se había dado, el 31 de Enero, quince minutos antes de finalizar el primer turno, se comunicó a los empleados que se había prorrogado el contrato de forma indefinida con Telemark, por lo que al día siguiente todo el mundo tendría que acudir a su lugar de trabajo como hasta ahora. Salvo los que confiaron en quien les aconsejó que firmaran, que al día siguiente ya formaban parte de Atento.

Pero las cosas no quedaron ahí. Los trabajadores todos los días oían rumores de reubicación. Por supuesto la empresa tenía más proyectos con diversos clientes (Jazztel, Línea Directa, Universidad de Nebrija, Barclays, Cruz Roja…) y empezaron reubicar a los que quedaban. Muchos de ellos tuvieron que firmar un finiquito de 8 días por año, cuando en realidad llevaban los suficientes años en la empresa para ser indefinidos y haberles correspondido 20 días como mínimo. Pero era eso o a la calle, como se les dijo en la primera reunión a los trabajadores: «Esto es como las lentejas, si queréis las tomáis y sino…» De ahí Telemark se ahorró también bastante dinero en indemnizaciones, y mucha gente fue reubicada en distintos proyectos, temiendo los trabajadores que se cumpliera la amenaza de ERTE que se había extendido por la empresa.

 

 

En cuanto acabaron las reubicaciones (que todavía sigue sin decir la empresa los motivos de las mismas) se anunció que finalmente habría un ERE, dejando sorprendida a toda la plantilla de trabajadores que una vez más se habían fiado de sus superiores con el tema del ERTE. Todos los días seguían surgiendo rumores de cuándo acabaría el contrato con Movistar, hasta que la empresa envió a sindicatos (no sin antes varias denuncias en Inspección de Trabajo por parte de los sindicatos, ya que se negaban a facilitarles información) el contrato actual: no sin sorpresa recibieron este contrato, en el que se veía claramente que estaba firmado antes de la fecha que habían fijado primeramente como tope. La empresa ya sabía que tenía hasta el 31 de Marzo su contrato pero comunicó lo contrario a sus trabajadores.

Como en todo ERE, comenzaron las negociaciones entre sindicatos y empresa. Más irregularidades. Hubo varias reuniones que ni tuvieron lugar, ya que la empresa las aplazaba siempre. Se negaban a pactar nada, desde un principio los abogados de la empresa se cerraron en banda diciendo que no darían más de los veinte días por año que exige el ERE. Casi al final, se hizo una propuesta desde la empresa a los trabajadores: había opciones de reubicación, aparte de excluir a mayores de 49, gente con cargas familiares y con minusvalías. Podían optar por irse a Atento (pero cuando hubo trabajadores que se interesaron por esta opción, Atento les dijo primeramente que solo estaba disponible para la gente a la que le afectaba el ERE y el mismo día que les comunicaron a los trabajadores que todavía era posible esta opción, al llamar a la empresa Atento, les dijeron que no se admitían solicitudes, por lo que esta opción dada por Telemark no era ni siquiera factible), esta vez sin firmar baja voluntaria y con 8 días por año trabajado, irse quince personas a las plataformas de Madrid o quince a la de Tarragona (en la que el catalán por ejemplo en esta última era obligatorio) con las mismas condiciones que aquí, o pedir la reubicación al nuevo proyecto que se implantaría: volvía a Telemark el cliente Endesa que ya había estado hacía tiempo. Al día siguiente hubo varias personas que pasaron por el despacho para ofrecerlas Endesa, pero a muchos les indicaron que no les dirían las condiciones hasta que no finalizara el ERE. Otros muchos fueron a RRHH a apuntarse, aun siendo formadores, coordinadores, etc. pero indicaron que no les importaba trabajar de lo que fuera con tal de conservar un puesto de trabajo. A la mayoría se les comunicó que no daban el «perfil» y que serían despedidos en el ERE.

 

No fue hasta el último día que los trabajadores supieron a través de un papel que se les entregó (ni asamblea ni consulta entre sindicatos y trabajadores, cosa que extrañó bastante, ya que hasta ese momento había habido muy buena comunicación) que serían finalmente 30 días. Los trabajadores no estaban en desacuerdo con la cuantía, sino con las formas, desde el principio hasta el fin. Incluso la despedida fue no muy calurosa. La mañana del 27 de Marzo, a los trabajadores de estructuras afectados por el ERE se les informó a mitad de mañana de que se fueran sin esperar a finalizar la jornada. Los trabajadores, viendo a coordinadores, trabajadores de calidad, supervisores y formadores recoger sus cosas e irse, no dudaron en levantarse y despedirles con un gran aplauso de apoyo y dolor conjunto. Cuando ellos mismos se fueron, unos momentos después, no hubo tampoco ni un «gracias por todo» por parte de la empresa. A los del turno de la tarde directamente les habló uno de sus compañeros que iba a permanecer en la empresa para decirles que no se sentaran siquiera, que entregaran sus cosas y se fueran. Eso fue todo. Sólo lágrimas por parte de los más veteranos, que veían con impotencia la situación, y lejanía de los pocos superiores que había en ese momento allí. Una plataforma vacía con los carteles de Movistar arrancados con prisa ese mismo día por parte de los superiores.

 

Los trabajadores nos cuentan muchas irregularidades y situaciones extrañas: contratos que seguían por obra y servicio en empresas y proyectos que ya ni existían en Telemark, por tiempo superior al exigido por ley para pasar a ser indefinidos; despidos de gente durante el proceso, que estaban en la misma situación que la gente en el ERE; ocultación de documentación a sindicatos; la inmensa cantidad de empresas que engloban Telemark y por lo cual han podido, el lunes siguiente al ERE, contratar gente nueva (en vez de haber reubicado a los 111 trabajadores que finalmente fueron despedidos) pero en empresas distintas de las que se había hecho el despido; despidos de gente que ya había sido reubicada, a las pocas semanas de haberles reubicado.

La última noticia es que José Ángel Crego, Director General de Telemark, este mismo día 10 de Mayo recibirá el Premio Círculo de Oro 2013, premio que ha concedido el Círculo Empresarial Leonés por unanimidad por su trayectoria empresarial, por hacer de Telemark un referente internacional y por contribuir a la generación de riqueza en León y empleo.

Ha habido múltiples trabajadores que han colaborado en la redacción de este artículo aportando datos e información. Mucha de la información facilitada no ha podido ser finalmente publicada por poder acarrear problemas legales, ya que había cuestiones que competían directamente al ámbito judicial. Pero hemos querido traer una breve entrevista que se ha conseguido a uno de los actuales trabajadores que sigue en la compañía, uno de los pocos afortunados que sí que cumplía los requisitos que Telemark pedía. Todavía indignado por la situación y con impotencia y rabia contenidas por la marcha de sus compañeros, con muchos de los cuales llevaba años en la empresa, nos ha respondido a unas preguntas. Por motivos evidentes, su identidad permanecerá en el anonimato.

 

Pandora Magazine: En primer lugar, gracias por tu tiempo para respondernos a estas preguntas. La primera de las preguntas es si crees que había razones para el despido de parte de la plantilla.

Trabajador: Según la nueva reforma laboral sí, se perdió el proyecto principal de la empresa y por ley a día de hoy les da derecho a abrir un ERE. Hace un par de años hubiera sido inviable. El ERE según la maravillosa ley es correcto y factible, pero si tienen cabida cien personas nuevas al día siguiente del cierre del ERE, eso es que hay cien despidos injustificados y por desgracia, amparados por la ley.

 

PM: ¿Crees que hubo alguna irregularidad en el proceso?

T: Muchas. Mala fe, saltarse las fechas de negociaciones, no facilitar la documentación al comité de empresa… alguna de ellas son motivo de anulación del proceso de ERE incluso, pero no se hizo nada.

 

PM: ¿Cómo viste la actuación de los sindicatos?

T: Consiguieron un aceptable acuerdo, pero su forma de actuar fue poco clara, nula actuación radical (es decir, hubo un par de protestas nada más), sin unión entre ellos o con los trabajadores. Les manejó la empresa a su antojo finalmente.

 

PM: ¿Y la de los empresarios?

T: Mala fe sobre todo. Jugaron al desgaste, machacaron psicológicamente… y «vencieron», se deshicieron de 300 trabajadores a un módico precio.

 

PM: ¿Cómo ves en la actualidad a tu empresa?

T: Deshumanizada y guiada sin profesionalidad, ha pasado de ser un buque insignia en España en el sector de Call Center a ser una empresa del montón dentro del sector, llevada por un grupo de familia y amigos sin capacidad para ello. Es una empresa que gracias a sus trabajadores, profesionales hasta el último momento, ha llegado desde cero hasta expandirse en ocho sedes y que por la mala gestión de sus gerentes ha empezado una caída que veremos dónde llega…

PM: Muchas gracias de nuevo por habernos contestado a estas preguntas y mucha suerte.

 

Suerte a todos los trabajadores que no han podido seguir en su puesto de trabajo a causa del ERE de esta empresa o de cualquier otra. Porque aunque intenten desmoralizaros diciendo que no dais el perfil, sois personas más que válidas que pronto encontraréis un nuevo trabajo. Este artículo es por y para vosotros, porque los trabajadores aunque ahora tengamos todas las leyes en contra, todavía (todavía…) tenemos el derecho de expresión intacto. No se debería censurar la opinión de la gente solamente porque no es la misma que la de los empresarios. Los trabajadores seguimos teniendo opinión, aunque a muchos les pese… Desde Pandora seguiremos apostando por dar voz a los trabajadores de cualquier ámbito, porque la libertad de expresión debería de seguir siendo una libertad de expresión real, y no maquillada.

 

Por supuesto, hemos recogido impresiones de trabajadores y ex-trabajadores de Telemark, hemos recabado información real de la situación que se vivió para explicar desde dentro cómo era un ERE vivido por sus trabajadores, porque la visión de la empresa ya quedó sobradamente reflejada en los medios de comunicación. Pero las opiniones en sí reflejadas en el artículo son eso, opiniones. Queremos dejarlo claro ya que ha habido ya en varios medios censuras a la hora de que los trabajadores se expresaran, alegando que esas opiniones iban contra el honor de la empresa y sus dirigentes. Desde Pandora Magazine creemos que en la sección de opinión donde se enmarca este artículo, no debería de haber ese tipo de censura. Todo el mundo puede opinar y no solo las empresas, ya que si las opiniones son respetuosas como las aquí reflejadas, no dañan ni el honor ni la integridad de nadie. Por lo cual dejamos abierto este espacio por si alguien se siente aludido y quiere dejar su opinión sobre lo que sucedió, que pueda hacerlo, siempre desde el respeto y dando su punto de vista personal. Desde Pandora Magazine creemos todavía en la buena fe y esperamos que este artículo no sea censurado. Queremos también dejar claro que no es bueno generalizar aunque se haya hecho en el artículo: fueron muchos superiores los que apoyaron desde el principio a los trabajadores, la gran mayoría de sindicalistas lucharon por proteger los derechos de todos, y muchos trabajadores reubicados se lo han ganado más que a pulso. Simplemente hemos indicado las irregularidades, es decir, los casos aislados que hubo, pero que fueron decisivos para que esta situación caótica se produjera.

 

 

Redacción: Beatriz Ibán Diezhandino

 

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