Entrevista | Juan J. Vargas-Iglesias coordinador de “Los héroes están muertos”, un libro seriéfilo por excelencia

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Reseña de “Los héroes están muertos”

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Tenemos una entrevista al escritor J.J. Vargas-Iglesias, que coordinó el libro “Los héroes están muertos” de Dolmen Editorial, que muy amablemente ha accedido a concedernos una entrevista sobre su último libro, recomendado para todos los seriéfilos.

Juan J. Vargas-Iglesias (Córdoba, 1981). Profesor de la Facultad de Comu­nicación de la Universidad de Sevilla, es autor de las monografías “Alan Moore: La autopsia del héroe” (2010) y “House: Patologías de la verdad” (2012) para Dolmen Edito­rial, así como coordinador de varias obras colectivas; ha colaborado en publicaciones como “Radiografías de una explosión” (Modernito Books, 2013), “Breaking Bad: 530 gramos (de papel) para serieadictos no rehabilitados” (Errata Naturae, 2013), “Reyes, espadas, cuervos y dragones: Estudio del fenómeno televisivo Juego de tronos” (Fragua, 2013), y en medios como El País, Diagonal, InkSide y Dolmen Europa. Actualmente coordina LifePlay.es, primera revista académica nacional en torno al videojuego.

Los demás autores de capítulos son: Miguel Á. Refoyo, Javier Alcázar, Mónica Barrientos, Diego Matos Agudo, Víctor Hernández-Santaolalla, Javier Lozano Delmar, Antonio Macarro, Ana I. Barragán, María del Mar Ramírez Alvarado, Inmaculada Gordillo, Cristina Pérez de Algaba Chicano, Óscar García, Joaquín Marín Montín, Elisa G. McCausland, Miguel Á. Pérez-Gómez, Virginia Guarinos, Luis Navarrete-Cardero, Mario Barranco Navea, Carmen Itamad Cremades Romero, Sergio Cobo Durán, Irene Raya Bravo, Francisco Javier López Rodríguez, Milagros Expósito Barea, José Patricio Pérez Rufi y José María Calvo Moreno.

Entrevista a J.J.Vargas-Iglesias

jotaPandora Magazine: ¿Cómo se os ocurrió este proyecto? ¿Fue una propuesta personal o por el contrario una invención de Dolmen Editorial?

Juan J. Vargas-Iglesias: Podría decirse que fue una mezcla de las dos. Vicente García, editor de Dolmen, me comentó que estaba pensando en la posibilidad de un proyecto sobre series de televisión y me interesé. Pero tanto él como yo mismo queríamos hacer algo especial, no el típico “libro sobre series” genérico, sino algo que no se hubiera hecho antes. De modo que empecé a darle vueltas a un posible tema de partida. Me interesa mucho la muerte del concepto tradicional de héroe (mi primer libro se titulaba “Alan Moore: La autopsia del héroe”, algo que es bastante elocuente), lo que sumado al hecho de que las series más seguidas por el gran público son las que tratan de alguna forma sobre el heroísmo, convirtió el proyecto en una apuesta tan original como segura.

PM: Tu eres el coordinador del contenido del libro, ¿cuáles son tus “obligaciones” en este terreno?

J.J.: He procurado que sea una labor muy dialéctica. Hay muchos tipos de coordinadores, yo soy de los que se toman los proyectos de forma muy personal. Además de las conversaciones previas, una vez escritos los distintos capítulos he sido muy dialéctico en el proceso de revisión. Me gusta proponer ideas y enfoques, porque entiendo que como coordinador soy quien mejor puede conocer el sentido y el discurso del libro.

PM: Siguiendo con el tema de la coordinación, ¿eliges tú las series de las que hablar o por el contrario das total libertad a todos los colaboradores para que elijan la serie que más les guste o de la que más sepan?

HIMYM (S9)J.J.: La elección de las series fue algo que medité mucho, de ahí la exactitud de la repartición en tres grandes bloques temáticos, “La forja del centinela”, “El buen villano” y “Un mundo extraño”. Es cosa mía, a excepción de alguna sugerencia que razoné e incorporé. Es el caso, por ejemplo, de ‘Cómo conocí a vuestra madre’, que al principio no acababa de asociar al antiheroísmo o a la antivillanía, pero su autora, Cristina Pérez de Algaba, me convenció con un argumento brillante. O ‘Adventure Time’, que cuando me la propuso el investigador José María Calvo Moreno, hace ya un par de años, no sabía ni que existía, y ha dado para un capítulo realmente espectacular, que es hasta donde sé la primera referencia bibliográfica en España sobre la serie.

PM: ¿Cómo lo hacéis? Me explico, sois veintiséis personas escribiendo, un estilo muy diferente pero aunado para hablar de la villanía y héroes en tres bloques definidos, ¿os conocéis? ¿Quedáis para definir ciertos parámetros? Me resulta una gran proeza coordinar tantísimas cosas.

J.J.: Definí exhaustivamente el proyecto en un documento que hice llegar a los colaboradores, y he mantenido largas conversaciones previas, en persona o por e-mail, con muchos de ellos y ellas. Es cierto que todos son de mi plena confianza y conocidos de proyectos previos o de mi ámbito profesional, la docencia y la investigación, por lo que la selección de autores fue algo sobre seguro. No obstante, efectivamente, puedo confirmar que semejante esfuerzo editorial es una gran proeza para el coordinador… de estas que uno asume por pura ignorancia. Desde luego no rechazaría un proyecto como éste si diera marcha atrás en el tiempo porque ha sido apasionante, pero dos años de trabajo implican muchas privaciones y un enorme sacrificio. Aunque sin lugar a dudas el resultado merece mucho la pena.

PM: Sois 26 colaboradores lidiando con 29 series y hoy día hay un gran número de clásicos, series actuales y canceladas antes de tiempo que merece la pena visionar, ¿por qué estas series?, ¿Por actualidad?

Los SopranoJ.J.: No tanto por actualidad, porque hay series desde el año 1999 (caso de ‘Los Soprano’) y de eso con la tontería han pasado ya 15 años… sino más bien por rigor temático: se trata de un libro sobre la muerte del concepto clásico de heroísmo tras el 11-S. Era importante entender hasta qué punto el héroe ha pasado a ser estructuralmente alambicadísimo, pero ideológicamente muy simple. No hay mucho que rascar ideológicamente en personajes que desde la base están imposibilitados para otra cosa que no sea mantener el statu quo. No existen los héroes revolucionarios en la nueva televisión, sólo los atormentados por su incapacidad, los héroes castrados.

Creo que esto tiene una fuerte relación con los problemas que vivimos actualmente. No es casualidad que estos héroes provengan precisamente de la televisión de pago, expresión audiovisual máxima del capitalismo de servicios. Si el capitalismo financiero, tal como se entiende en su deriva actual, es un anti-humanismo (porque no creo que haya nadie que pueda decir que sus consecuencias últimas no son fundamentalmente contrarias a la dignidad humana), los héroes que produce deben por lógica ser en su mayoría anti-humanos. Y también profundamente populistas, porque su moral casa con ese populismo del “si tú crees que está bien, es que está bien”, que no es más que el lado moral de la máxima empresarial “el cliente siempre lleva la razón”. Decía Guy Debord que el espectáculo nace de la perdida de unidad del mundo (a fin de cuentas el rito es el fundamento integrador de cualquier sociedad desde el nacimiento de las primeras comunidades humanas), y que su expansión gigantesca mediante la fuerza del mercado expresa la magnitud de esa pérdida.

PM: Y en tu caso, ¿Por qué elegiste hablar de ‘24’, ‘House’, ‘Dexter’, ‘Juego de Tronos’ y ‘True Detective’? La de ‘House’ era casi obligatorio tras tu libro de “House: Patologías de la verdad”.

J.J.: Son series bastante cruciales en la configuración del héroe contemporáneo, que decidí asumir como coordinador del proyecto, para marcar una cierta vertebración. ‘24’ es la derivación más evidente de los acontecimientos del 11-S: la moral situacional del contrarreloj, y la paradoja de que, mientras que lo único que hace a Jack Bauer un héroe es su humanidad, en la serie no hace otra cosa que perderla; es decir, para mantener su estatus heroico debe perder lo que le convierte en héroe. Eso es fascinante, y entronca con una forma de ver el heroísmo muy propia del viejo fascismo, que entendía que la situación ideal del héroe debía ser de absoluta destrucción en lo personal al mismo tiempo que de absoluto cumplimiento del deber.

House (1)

Portada del libro de J.J.Vargas

‘House’, como bien dices, es una serie a la que tengo un especial cariño, y de la que me quedaron por decir cosas en el libro que publiqué hace un par de años; en el capítulo, concretamente, hablo sobre las complejísimas relaciones entre razón y locura que mueven al personaje y promueven su sentido antiheroico. ‘Dexter’, como personaje en el que definitivamente se borran las huellas discursivas entre el “superhéroe” y el “asesino psicópata” me parecía también un caso digno de estudiar, y creo haber alcanzado conclusiones realmente interesantes en ese proceso.

Y ‘Juego de Tronos’ también me parece crucial como serie que definitivamente cancela el viaje del héroe y lo suspende en una mecánica de juego en el que no existe el derecho, en tanto el signo del poder corruptor (en “El Señor de los Anillos” el Anillo Único, aquí el Trono de Hierro) no debe ser destruido, sino por el contrario, conquistado.

A ‘True Detective’ le he dedicado en el libro un epílogo, en el que reflexiono sobre “la imposibilidad del epílogo”, sobre la no-detención de la discursividad e incluso sobre la verdadera importancia de que los héroes estén vivos o muertos, algo que tiene mucho que ver con la tesis de la serie sobre el eterno retorno y sobre la cualidad fundamentalmente mítica de la realidad.

PM: Sé que es difícil ganarse la vida con esto, o al menos mantenerse ahí con lo que escribes, ¿te imaginabas que algún día escribirías sobre series de televisión o únicamente esto lo ves como un hobby?

J.J.: En realidad forma parte de mi trabajo como docente e investigador en la Universidad. No creo que haya visto nunca el ejercicio analítico o crítico como un hobby, ni incluso en la época en la que cobrar por ello me parecía un sueño inalcanzable. Entiendo que el hobby es un ejercicio casual, aparcable, sustituible, y el compromiso que exige el análisis y la crítica no tiene nada que ver con eso. Sinceramente, no conozco a nadie que se tome esto como un hobby, que cumpla unos mínimos de calidad en su discurso.

Dexter (S4)Por otro lado está el tema de hasta qué punto reflexionar sobre un hobby no es un hobby en sí mismo… y aquí entramos en la legitimidad del tema de la investigación como algo más allá del hobby. Es inevitable que alguien salga con el típico “menudo chollo, tu trabajo consiste en ver series”. Ojalá fuera tan sencillo… en el fondo, y aunque esto que voy a decir pueda resultar más o menos polémico, lo único que diferencia dedicar una tesis a Joss Whedon o Fumito Ueda, de dedicársela a Richard Wagner o Goethe, es que los segundos están muertos y los primeros no. Hasta hace relativamente poco era impensable dedicar una tesis doctoral al estudio de una serie de televisión o de un videojuego. Y ojo, no es porque no hubiera videojuegos o series de interés en los 90, ni mucho menos: es sólo que como medio en el primer caso y como género en el segundo, no tenían visibilidad en el ámbito académico.

Y eso, para ser sinceros, tiene cierto aire sospechoso… da la impresión de que a estas alturas la academia sólo se interesa por determinados medios cuando estos quedan bendecidos por la varita mágica del capital… cuando son económicamente rentables, como es el caso de los dos mencionados, o del transmedia, que no deja de ser la asunción al storytelling de las lógicas del mercado… El filósofo marxista Pierre Bourdieu decía que hay algo de inmoral en el hecho de que nuestra civilización se dedique a reflexionar de forma profunda sobre sus hobbies mientras la otra mitad del mundo se muere de hambre. Y puede que tenga bastante razón. Solo que me da la impresión de que las cuestiones éticas o morales han ido muriendo, invisibilizándose, con el desarrollo del capitalismo financiero en el siglo XX, y especialmente en lo que llevamos de XXI. Que algo esté bien o mal se define cada vez más en función de si puedes o no venderlo, de si puedes o no ocultar lo que en el fondo tiene de nocivo, de si el eslogan es o no es lo suficientemente bueno.

PM: La verdad es que yo me declaro seguidora vuestra, algún capítulo me he dejado sin leer por temor a encontrarme un spoiler, pero en su mayoría me ha encantado, sobre todo el prólogo… ¿tenéis algún proyecto más de esta índole? O en tu caso particular ¿seguirás con esta temática?

J.J.: Muchas gracias por tus palabras… tengo varios proyectos, tanto inmediatos como a medio plazo, sobre esta y otras temáticas. Como investigador soy bastante inquieto: ahora mismo estoy ultimando un par de capítulos para dos libros sobre series de televisión que saldrán a finales de año, y escribiendo un libro sobre videojuegos.

PM: Ya estamos casi acabando, esta pregunta es casi obligada, sobre todo para ti que eres un autor consagrado en numerosos libros: ¿cuál es tu serie de televisión, héroe y villano favoritos de este mundo?

sherlock-poster-3e8d30Esta es una tremenda pregunta, por el riesgo de ese compromiso. Además de la dificultad que comporta (y del reduccionismo, claro), de alguna forma elegir un héroe, un villano y una serie de televisión favoritos me dejaría demasiado expuesto, así que hablaré de “tipos”. Me gustan mucho los héroes que necesitan un companion para ser entendidos: caso de ‘Doctor Who’, ‘Sherlock’ o ‘House’. Esta decisión narrativa, que ya encontrábamos en un antihéroe tan crucial para la modernidad como Don Quijote, nos habla del ser social, de que nadie es sustancia en sí sino en relación con el otro… y el otro no tiene por qué ser un villano, puede ser simplemente un compañero con quien tengas coincidencias y divergencias de opinión, un alter ego, alguien que te siga en tus correrías pero que al mismo tiempo tenga una postura crítica. Hay una complejidad en ese acercamiento al héroe, una dialéctica, que no se encuentra en absoluto en el héroe solitario.

En cuanto al villano… si una de las características del villano como arquetipo es su carácter mentiroso, estafador, calumniador, etc., mis villanos favoritos son los que llevan esa característica a sí mismos, los villanos autoengañados, los que son capaces de convencerse de que los actos más claramente venenosos y apocalípticos tienen un fin en la bondad. Son los casos de Walter White y de Light Yagami, protagonistas de ‘Breaking Bad’ y ‘Death Note’. Me seduce mucho el hecho de que la villanía pueda mirarse al espejo para dar lugar a un nuevo tipo de monstruo, que por cierto ya estaba en el Ozymandias de “Watchmen”, cómic de Alan Moore y Dave Gibbons absolutamente crucial para entender las frustraciones del heroísmo contemporáneo.

En cuanto a mi serie favorita de todos los tiempos… probablemente te estallaría la cabeza si te dijera que es ‘Apartamento para 3’, pero así es.

PM: Por último, ¿qué serie nos podrías recomendar encarecidamente a los lectores de Pandora Magazine?

orphan-black-season-2-poster8Ahora mismo estoy muy emocionado con ‘Orphan Black’. La recomiendo siempre que puedo. Hasta donde llevo visto su discurso sobre la programación y asignación de género es brillante, y nada altisonante como suele ser el caso de las series de este período televisivo tan neorromántico y dado a la pose hipster. No me opongo a la altisonancia “nietzscheana” en sí, que puede dar frutos tan brillantes como ‘True Detective’ y tan vacuos como ‘Hannibal’. Pero es cierto que la necesidad de verdaderos héroes empieza a ser urgente, tanto en la realidad como en la ficción.

Desde aquí sólo nos queda dar las gracias. Muchas gracias a Juan J. Vargas-Iglesias por dedicarnos este tiempo para contestar a nuestras preguntas. También hay que tener en cuenta a todos los autores que están detrás de J.J. Vargas y que han hecho un tremendo trabajo con las dosis de villanía y heroísmo en sus capítulos. Y por último, pero no menos importante, gracias a Dolmen Editorial por apostar por proyectos de esta índole que nosotros los podemos leer.

Reseña: María José Díaz-Maroto García

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.