‘Sonrisas y lágrimas’ de Robert Wise: La película navideña que no tiene nada que ver con la navidad

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Título: The Sound of Music. Director: Robert Wise. Guión: Ernest Lehman. Duración: 172 minutos. Año: 1965. País: EE.UU. Género: Musical, Familiar. Reparto: Julie Andrews, Christopher Plummer, Richard Haydn, Eleanor Parker, Peggy Wood, Heather Menzies, Charmian Carr, Anna Lee, Marni Nixon. Productora: United Artists. NOTA PANDORA: 8.5/10. Todos los públicos.

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Cuando en Pandora Magazine se habló de comentar pelis navideñas –ver la primera recomendación hecha por María José, que es su completo e interesante estudio sobre “Eduardo Manostijeras”— me surgió la duda porque en mi entorno lo comentaba y la gente reponía sin dudar “Sonrisas y lágrimas” (1965) y yo pensaba, “a ver, ¿qué coño tiene que ver una peli de un grupo de gente escapando de los Nazis en la segunda guerra mundial con la Navidad?”. Está claro que el hecho de ser una historia familiar la ha situado como obra navideña por el imaginario colectivo. A mí me parece una obra estimable, sobre todo si se hecha un vistazo a la crítica que hice de “Star Trek. La película” donde se puede ver que me apasiona su director y aunque yo soy más de grandes clásicos navideños como “Gremlins” o “Jungla de cristal”, voy a comentar la aventura monjil de Julie Andrews.

De qué va la película es sobradamente conocido, pero voy a hacer su Sinopsis:

María es una novicia rebelde (de ahí su título en latinoamerica) que se empeña en hacer lo que le sale de… su santa voluntad. Las monjas le mandan a cuidar del capitán Von Trapp y sus 7 churumbeles. El capitán que, de estirado que es, parece que tenga un palo metido en el culo, trata a sus hijos como una pequeña tropa. Estos en realidad lo único que quieren es que su padre les trate con cariño y al llegar la medio monja empieza a fluir la comunicación. El capitán, que ve cómo sus hijos dejan de ser unos cabroncetes, olvida a la churri con la que estaba liado y se centra en la institutriz. Pero, claro, la historia no tendría chicha si no hay conflicto y este surge porque, al estar en la Austria pre Segunda Guerra Mundial –no olvidemos que es la tierra natal de Adolf Hitler– empiezan a surgir movimientos pro nazis y el capitán, que es estirado pero no tiene maldad en el fondo, se desliga de las ideas fascistas que están en ascensión en la época y aprovechando un festival de canto tirolés, los Trapp aprovechan para escapar para ser felices en la tierra de la felicidad que es Estados Unidos.

Para hablar de “Sonrisas y lágrimas” hay que hacer historia, y mucha, porque tras esta película hay muchas historias muy interesantes. Para empezar la de la familia Trapp, ya que esta historia, como dirían en cualquier telefilm de estos de sobremesa “está inspirado en hechos reales”, pero de la inspiración a lo que ocurrió realmente hay un trecho muy, muy grande… como en los telefims de sobremesa. Y esta va a ser la penúltima comparación con los telefilms. Luego diré por qué.

Y ahora voy a analizar toda esa historia que comento, la película y mucho más en siete puntos, siete como los hijos del Capitán Von Trapp.

1- La historia real

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Maria Augusta Kutschera

Maria Augusta Kutschera nació el 26 de Enero de 1905 y a los 7 años se quedó huérfana. Desde jovencita estaba obsesionada con los niños y la religión. Estudió para ser institutriz y luego se hizo postulante para ser monja. Yo creo que tenía que ser un poco cansina la señora, porque se la quitaron de enmedio en el convento en el que se postulaba y la mandaron a la casa del capitán Georg Johannes Von Trapp que había enviudado de Agatha Whitehead von Trapp cuando esta contrajo escarlatina, dejándole con sus siete hijos. Al ver lo bien que cuidaba de sus hijos, el capitán le pidió en matrimonio y ella se casó con él sin amarle, porque la madre superiora del convento le dijo que era voluntad de Dios que así lo hiciera.

Bueno, esto es lo que contaba en su autobiografía Maria, pero lo cierto es que se casó embarazada y a los tres meses tuvo el primero de los tres hijos que tuvo con Von Trapp. No digo más. Esto ocurrió en 1927 y durante los siguientes años se dedicaron a vivir y tener niños. Pero esto fue hasta 1935, cuando el capitán perdió todo su dinero por la crisis económica surgida a raiz del Crack del 29 y los fuertes aranceles que las naciones germánicas tenían que pagar tras la primera guerra mundial.

Entonces tuvieron que alquilar toda su casa, dejando sólo la parte superior de su mansión como vivienda para la familia. Mirando cómo salir de aquello, formaron un grupo musical que pronto se hizo un nombre tanto en los paises germánicos como en Estados Unidos y Canadá. En 1940, con el régimen nazi invadiendo media Europa y con “necesidades”, expropiaron la casa de los Von Trapp y estos aprovecharon un viaje para escapar e ir a EEUU para quedarse allí.

2- Las primeras películas

En 1956 Alemania aún seguía siendo considerada el enemigo mundial por lo ocurrido en la década anterior. Necesitada de un lavado de cara, Alemania occidental encontró el material ideal para hacerlo en la autobiografía de Maria Von Trapp quien, tras enviudar , se había separado de los siete hijos del capitán y seguía teniendo éxito en EE.UU. con los tres hijos que tuvo en común con Georg, como coro. Una persona con éxito en el país encargado de demonizar la nación era una buena opción para ese lavado de cara que decía antes y se produjo una película que incluía monjas y un alto cargo militar huyendo de la ideología nacionalsocialista, además de hacer alusión al folclore popular germánico. “La familia Trapp” (1956) tuvo un éxito arrollador. Fue una de las películas alemanas de más éxito de los 50 y consiguió su estreno en todo el mundo, incluido, claro está, los Estados Unidos.

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La familia Von Trapp

Aunque se estrenó dos años después una secuela titulada “Los Trapp en América”, ni tuvo tanto éxito ni cuenta dentro de la historia, así que nos olvidamos de ella.

3- El musical de Broadway

Oscar Hammerstein II y Richard Charles Rodgers eran unos exitosísimos compositores de Broadway. Habían escrito las obras “Magnolia”, “Oklahoma”, “Carrusel”, “South Pacific” (que ganó el premio Pulitzer) y “El rey y yo”. Todos ellos eran prestigiosos y rentabilísimos musicales. Es por eso que cuando la actriz y coreógrafa Mary Martin les llevó el film alemán y estos decidieron convertirlo en un musical, la expectación era tremenda. No defraudó. “El sonido de la música”, que es el título original, se estrenó en 1959 y su éxito no sólo fue instantáneo, sino que pasados casi 55 años de su estreno, todavía sigue re-estrenándose habitualmente.

The Sound of Music

Para adaptar a teatro y al gusto americano se hicieron cambios masivos en la historia que, aun conservando la vida original de Maria Von Trapp, se cambiaron hechos, fechas e hicieron más dramática la salida de Austria pasando de un confortable viaje en tren hasta Italia y posterior viaje a Londres por una huida a pie por las heladas montañas suizas. Bueno, el hecho es que esto dio resultado y todo el mundo quedó fascinado, entre ellos los de la Twentieth Century Fox.

4- 20th. Century Fox

Este es el punto más tocho y más coñazo, pero es necesario para situar. Si te aburre, puedes pasar al siguiente, pero también explica mucho de lo poco que ha avanzado el mundo del cine en 60 años.

A principios de los 50 la televisión se había instalado cómodamente en los hogares estadounidenses. Tal y como ocurre hoy día se vivía una crisis en el sector cinematográfico porque el nuevo medio le había hecho mucho la puñeta ya que el espectador medio encontraba mucho más cómodo ver cosas en su casa mientras cenaba que teniendo que ir al cine.Se buscaron muchas formas de salir de aquella crisis que estaba arruinando a los grandes magnates.

La compañía que pareció dar en el clavo era la Fox, quien tiró de un viejo experimento como forma desesperada de salir de la crisis. En 1931 se estrenó el primer largometraje de alto presupuesto de un joven llamado John Wayne, pero fue un desastre financiero. En parte el alto coste fue debido a que se rodaron dos versiones, una en formato normal y otra en formato panorámico. La película “La gran jornada” es un western atípico para la época en que se rodó ya que además de contar el viaje de unos colonos al oeste, tenía una trama de investigación por un asesinato, pero el que ninguno de sus intépretes fuera conocido, sumado al hecho de rodar en dos formatos, uno de ellos en experimentación, hizo que la película no encontrase su público.

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Cinesmascope

En el 52 la Fox decidió retomar aquel viejo sistema, pero cambiando su ancho de pantalla. No quiero perderme explicando cosas porque me descentro, pero el tamaño original de película es 1:1.33. En este sistema se rodaron todas las películas hasta 1953 y este tamaño sería el que tomaría la televisión hasta que comenzaron a surgir los televisores panorámicos hace unos 10 años. “La gran jornada” fue rodada en formato 1:1.88, que es el que tienen los televisores ahora mismo y en el que se hacen las emisiones de la gran mayoría de los países actualmente. Para combatir a la televisión, los de la Fox tomaron el cinemascope, que es el tamaño 1:2.55. Esto se hizo porque si querían emitir cualquier película en TV tendrían que recortar dos terceras partes del metraje. La formula era sumar el exitoso Technicolor con el cinemascope, esto es color y pantalla rectangular en contraposición de blanco y negro y pantalla cuadrada.

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Tamaño normal

Aquello funcionó y sus dos primeras películas en este sistema “La túnica sagrada” y “Los caballeros las prefieren rubias” tuvieron una acogida monumental. Para que nos hagamos una idea, la TV de aquellos momentos es equiparable al internet actual y el cinemascope al 3D de hoy día –aunque en aquella época ya se experimenteba con un muy rudimentario 3D–. Las películas de romanos eran equiparables a las películas de superhéroes que tanto éxito tienen y que tanto cuestan, pero que encuentran un fiel público. ¿Estamos ya situados? Bien, porque como se empieza a ver, ahora el 3D empieza a mostrar sintomas de agotamiento, en aquella época todo el mundo se sumó al carro del Cinemascope dejando pronto de ser algo novedoso y a no ser un arma de venta de entradas y ni aún haciendo continuaciones de “La tunica sagrada” en “Demetrius y los gladiadores” (1954) conseguía la Fox remontar.

Paramount Pictures decidió hacer un remake de una película de su presidente Cecil B. Demille y gastaron un fortunón con su peplum “Los 10 mandamientos” (1956). La cosa funcionó de escándalo y la Metro, en bancarrota, le copió la jugada remakeando “Ben-Hur” (1959), poniendo toda la pasta de la que disponía el estudio para hacerla e, igualmente, la cosa funcionó. Es curioso pero la Metro entró de nuevo en bancarrota hace unos años y ha repetido la jugada con “El Hobbit”. Vemos que la historia se repite.

Pero volvemos a la Fox. Viendo los dos casos señalados antes, la empresa decidió hacer una nueva versión de una película de Cecil B. Demille y contratando al protagonista de “La túnica sagrada”, Richard Burton, y contratando por una cantidad desorbitada de dinero para la época a la muy taquillera Elizabeth Taylor. La película era “Cleopatra” (1963), que aunque funcionó muy bien, no amortizó los casi 500 millones de dólares que a día de hoy hubiera costado. Me hago un poco de publicidad y remito a mi artículo “Los números de Hollywood”, donde comento que para que una película sea considerada un éxito ha de recaudar dos veces y media lo que costó, por lo que “Cleopatra” tendría que haber recaudado unas cantidades salvajes de dinero… que hizo, pero tras diversos re-estrenos hasta los 80, cuando sus pases en TV y ventas en VHS, DVD y Blu-ray la hicieron una de las películas de mayores ingresos de toda la historia, pero en 1963 parecía el fin de la compañía productora.

5- “Sonrisas y lágrimas” la película; el rodaje

3Mirando siempre a dónde conseguir una buena taquilla, y por lo tanto sanear sus arcas, en Fox vieron los números del musical de Rodgers y Hammerstein en Broadway y tras el buen resultado de la película “El rey y yo” para la compañía y del mismo equipo, decidieron comprar los derechos de “El sonido de la música”. La apuesta era arriesgada ya que para hacerla tuvieron que hipotecar bienes de la compañía, dado el estado de la misma tras el descalabro de “Cleopatra”, pero pagaron el millón de dólares por los derechos de la obra.

Volvieron a hacer lo que en la película sobre la reina de Egipto, contrataron a valores “seguros” en ese momento. Robert Wise era un viejo conocido de la productora y ganó el oscar a mejor director en 1961 por un musical “Amor sin barreras/ West side Story”, por lo que no se dudó en ofrecerle las riendas del film. Aunque en un principio lo descartó por ser demasiado empalagoso y se ocupó provisionalmente William Wyler, pronto volvió a ocupar la silla de director. A otra a quien le echaron el ojo fue a la joven Julie Andrews que acababa de terminar de rodar “Mary Poppins” (1964), por la que finalmente se llevaría el Oscar. Fue contratada en ambos musicales dado que estaba arrasando en Broadway con su portentosa interpretación de “My fair Lady”, aunque finalmente fue Audrey Hepburn quien interpretó en cine la obra.

1Curiosamente Paramount ofreció a Hepburn hacer un remake estadounidense de la película del 56, pero al rechazarlo esta, se descartó. Y hablando de descartar, para el resto del reparto se descartó a Yul Brynner para hacer el papel del capitán o a Mia Farrow el de hija. Fue finalmente Christopher Plummer quien se haría con el papel. El actor canadiense, aunque no muy conocido, tenía una gran reputación teatral y se intentó la misma maniobra que con Andrews, aprovechando el tirón de su contratación para una gran producción previa, en este caso “La caida del imperio romano” (1964), pero realmente su popularidad llegaría 45 años después con sus sucesivas nominaciones al oscar con “La última estación” (2009) y “Beginners” (2010) llevándose el premio gracias a este último título. Como curiosidad mencionar que el actor odia la película y es mejor no mencionarla… como se pudo ver en los últimos oscars, donde un chiste auspiciado por Seth Mcfarlane fue recibido con una cara de asco descomunal por Plummer.

Del rodaje mencionar varias anécdotas, como que los austríacos entraron en pánico cuando volvieron a ver simbología nazi colgada de sus balcones para el rodaje o que tardaron el doble de lo previsto en Austria ya que estaba rodando en uno de los lugares con más lluvia del mundo. También hubo problemas con el crecimiento de los niños y en los últimos estadios tuvieron que ingeniárselas para que aparentaran la misma estatura que al principio. La anécdota más curiosa sin duda es que en la boda nadie recordó llamar a un figurante para que les casara, se le pidió al Obispo de Salzburgo que les casara en pantalla. Eso y la cara de asco de Plummer fueron los sucesos más destacados de un plácido rodaje.

6- Las cifras

2La película costó 8,2 millones de dólares (de ellos 1 para los derechos) y ajustando la inflación hoy día costaría la no muy alta cifra (tras el despilfarro de “Cleopatra”) de 59 millones de dólares. En su estreno norteamericano en 1965 sin embargo, no dio todo el dinero que se esperaba, aunque internacionalmente fue donde dio el campanazo, ya que se convirtió en una de las más populares películas de la década. En España el empalagoso “El sonido de la música” pasó a ser llamado “Sonrisas y lágrimas”, en Argentina y Brasil “La novicia rebelde”, en Francia “La melodía de la felicidad” –aún más empalagoso que el original– y en Alemania, Austria y Croacia “Mi canción, Mi sueño”.

En Corea fue tal el impacto que tuvo que un cine quiso aprovechar para emitir más sesiones al día ¡cortando las canciones!. Fueron los cinco oscars que ganó, entre ellos mejor película y director, lo que acrecentó su buen recuerdo y fue en el re-estreno de de 1970 en el que la fiebre se desató. El resultado es que se ha convertido en la tercera película con mayor cantidad de espectadores de la historia en EEUU tras “Lo que el viento se llevó” (1939) y “La guerra de las galaxias” (1977) con 158,6 millones de dólares, lo que a día de hoy sería 1146,4 millones, que es más que lo que ha recaudado, por ejemplo, “Los vengadores” (2012) en todo el planeta. Y hablando de cifras mundiales 286,2 millones es la cantidad, y unos 2000 millones a día de hoy.

Evidentemente para la Fox, todo lo relacionado con el film le supuso todo un gustazo, ya que hasta la banda sonora se ha estado editando ininterrumpidamente durante los casi cincuenta años desde el estreno de la película.

7- “Sonrisas y lágrimas”, el secreto de su éxito

4Muchas veces las típicas películas familiares resultan tan empalagosas que provocan más la nausea que otra cosa, pero Robert Wise no es de la Champion del cine clásico como sí que eran John Ford, Orson Welles, Hitchcok o Billy Willer, pero sí que era un primera división, aquí supo dar el punto justo a todo.

Todo está perfectamente estudiado en un guión simple donde, si no hubiera una mano encauzadora, todo sería de una ramplonería vergonzosa, pero Wise va dejando pequeñas perlas de sutileza, con un fino e inteligente humor que deja patente que para las grandes obras se necesitan grandes autores. El manejo del color y claroscuro, aprendido de sus años en la RKO, conjugado con un sentido del encuadre y movimientos de cámara maravillosos redondean el conjunto en cuanto dirección.

Si hablamos de los intérpretes, aunque Christopher Plummer rodó la película con cara de tener juanetes, el reparto en general y Julie Andrews en particular brillan con una intensidad maravillosa.
Pero muchas veces eso no es suficiente. Julie Andrews y Robert Wise se reunieron para rodar otro musical en 1968 “Star!”, pero fracasó como el resto de musicales que auspició la Fox en el resto de la década.

Entonces, ¿cuál es el secreto? Pues además de sus extremadamente pegadizas canciones, lo que añade muchos puntos a su favor, es el estudiado guión, donde lo romántico y lo ñoño no llegan a ser nunca el peso pesado de la película presentado primero al sieso capitán, con muy mala uva. Cuando se ablanda llega la zorrupia de la condesa, que finalmente es derrotada y al final llegan los nazis.

sonrisasylagrimas1Pero eso no es todo, ya que también tiene una historia de niños que no son imbéciles, como suele ocurrir en las películas infantiles, sino que cada uno tiene una personalidad y, aun a pesar de lo esquemático de cada uno, hace que te encariñes de cada uno de ellos y cada uno con su conflicto diferente. Y ahí es donde radica el éxito, en que a pesar de que hay multitud de elementos que por separado serían insuficientes y no bien trabajados serían demasiados, el director equilibra la balanza con un ojo increible.

Como he dicho desde el principio, me parece una película más que estimable. Vamos, que el 8,5 que le doy es por algo. ¿por qué no le doy más? Pues porque aunque a la película le faltarían 45 minutos más, me gustaría que me contaran algo más del capitán, que no es mas que un personaje estiradísimo y me gustaría ver una evolución real. También creo que la condesa interpretada por la recientemente desaparecida Eleanor Parker creo que podría haber dado más de sí, aunque tal y como está, está perfecta.

Una última cosa. Al principio comentaba sobre los telefilms y “Sonrisas y lágrimas”. Bueno, pues esto es porque el éxito del film propició un remake en forma de animé en 1991 con una calidad más que notable, un mediocre telefilm griego en 1996 y hace unos días una nueva adaptación con Carrie Underwood y Stephen Moyer como María y Georg Von Trapp emitido con motivo de la Navidad, aunque, como dije en el encabezamiento, la Navidad no se menciona ni una sola vez en todo el metraje. Ni falta que le hace, porque si tenemos que poner la Navidad como excusa para volver a verla, me vale.

Redacción: Juan Pablo Pérez Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.