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Título: Ocho apellidos vascos
Director: Emilio Martínez-Lázaro
Guión: Borja Cobeaga, Diego San José
Reparto: Clara Lago, Dani Rovira, Carmen Machi, Karra Elejalde, Alfonso Sánchez, Alberto López
Duración: 98 minutos
Año: 2014
País: España
Fotografía: Gonzalo F. Berridi, Juan Molina
Género: Comedia romántica
Productora: Lazonafilms / Kowalski Films / Telecinco Cinema
Distribuidora: Universal Pictures Spain
Rafa es un joven sevillano de familia adinerada que conoce a una preciosa chica vasca durante los días de la Feria de Sevilla. El chico se enamora completamente de ella y cuando regresa a su ciudad, este se da cuenta de que tendrá que viajar al norte si quiere recuperarla.
Así, emprende una loca aventura enfrentándose al miedo de un lugar desconocido, distinto a todo lo que ha visto hasta ahora. Pero las cosas no serán más fáciles una vez allí, para conseguir la aprobación del padre de la chica, Rafa tendrá que hacerse pasar por vasco, una de sus peores pesadillas.
Las diferencias entre el sur y el norte siempre han sido evidentes tanto en nuestro país como en otros. Ahí están los ejemplos más recientes de la francesa “Bienvenidos al norte” (Dany Boon, 2008) y su remake italiano “Bienvenidos al sur” (Luca Miniero, 2010). El nuevo filme de Emilio Gutiérrez-Lázaro comparte la misma premisa pero a ella se le une un detonante romántico, el protagonista sevillano nunca se hubiera desplazado hasta el País Vasco si no hubiese conocido al personaje que interpreta Clara Lago. A partir de ahí todo bien y aunque, durante todo el segundo acto hay muchísimos gags y situaciones divertidas a la película le falla algo, acaba siendo algo llana y sin chispa en muchos de sus pasajes.
La idea de la diferencia entre norte y sur, la del chiste del tópico autóctono ya sea cultural o folclórico está siempre ahí, quizás demasiado, pero aún así no podemos dejar de pensar en que si se hubiera arriesgado un poquito más, si el director se hubiera atrevido a refregarnos aún más por la cara esas diferencias (en la gran mayoría de sus casos ridículas) estaríamos ante algo que no se hubiera quedado simplemente en lo anecdótico.
El humor sobre estas diferencias acaba siendo algo cansino y redundante. Cuando parece que todo va a ir a más, cuando el crescendo se hace evidente (manifestación), la historia vuelve a bajar y continúa por la misma línea y con el mismo pulso narrativo, es decir vuelve a ser llana y pierde la chispa. Llegando a su final, vuelve a ocurrir lo mismo, cuando parece que se va liar la de dios, cuando la situación ha llegado al límite de la mentira y el engaño se hace evidente que el único posible camino a seguir es el de la explosión de la historia en desmadre cómico pero, por desgracia, vuelve a ocurrir lo mismo, nos enseñan el caramelito pero nos lo quitan de las manos.
Aún así, «8 apellidos vascos», es un filme que va a encontrar su público y que se deja ver sencillamente porque hace gracia, la sonrisa siempre está ahí. Al reparto no podemos ponerle ningún pega: Karra Elejalde extraordinario y muy creíble en su papel de vasco hasta la médula, Carmen Machi en su línea de buen saber, Clara Lago cada vez más segura y cada vez con más protagonismo y, por último, Dani Rovira entregadísimo en su papel de pijo sevillano reconvertido en vasco abertzale. Se nota el enorme esfuerzo que ha hecho para conseguir crear un personaje que acaba siendo lo mejor de la película. Si su director se hubiera esforzado tanto como el actor en crear una narrativa más a la medida del filme estaríamos ante algo mucho más interesante. Y no podemos olvidarnos de mencionar a Alfonso Sánchez y Alberto López, esos dos secundarios de lujo, esos dos creadores de la muy recomendable “El mundo es nuestro” (2012).
Me extraña que siendo un guión de Borja Cobeaga y Diego San José, creadores de filmes tan destacables como “Pagafantas” (2009) o “No controles” (2010) y, además, formados en programas como ‘Vaya semanita’ o ‘Muchachada Nui’, no hayan arriesgado más. Sin embargo, nos queda la naturalidad con la que consiguen normalizar la comedia y el chiste acerca del conflicto independiente. Esperemos que en el próximo filme que tienen entre manos, “Negociador”, vayan un paso más allá.
Crítica: Antonio Garrido
