.
Título: Monuments Men (The Monuments Men)
Director: George Clooney
Guión: George Clooney, Grant Heslov (Novela: Robert Edsel)
Reparto: George Clooney, Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Cate Blanchett, Bob Balaban, Jean Dujardin, Hugh Bonneville
Duración: 118 minutos
Año: 2014
País: EE.UU.
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Phedon Papamichael
Género: Bélico, Drama, Acción
Productora: 20th Century Fox / Columbia Pictures / Smoke House / Studio Babelsberg
Distribuidora: Hispano Foxfilm
George Clooney es ya uno de los grandes nombres de la historia del cine. Aunque ninguna de sus películas haya arrasado como en su momento lo hicieron las de Harrison Ford, Tom Cruise o Will Smith, el de Kentucky tiene un público fiel que le sigue porque es un guaperas, porque es inteligente, porque es carismático y porque es buen intérprete. Pero la cosa es que además también es buen director. Ahora Clooney se propuesto volver a demostrar todo eso en “Monuments men”.
Frank Stokes (George Clooney) es un experto en arte que, preocupado por la posible destrucción de obras de arte durante la Segunda Guerra mundial, solicita al presidente de los EE.UU. un comando para rescatar las que sean posibles. El presidente le da el beneplácito y en su misión le acompañarán una serie de viejos conocidos relacionados con el mundo del arte, entre ellos James Granger (Matt Damon), Richard Campbell (Bill Murray), Walter Garfield (John Goodman) y Jean Claude Clermont (Jean Dujardain), pero la clave de la conservación de todas esas obras está en la restauradora francesa Claire Simone (Cate Blanchett) quien está encarcela por colaboracionismo, cuando en realidad estaba tratando de salvar el legado cultural que Hitler pretendía adueñarse.
George Clooney tiene ya su reconocimiento en forma de Oscar como actor por “Syriana” (2005) y como productor por “Argo” (2012), pero también quiere el premio como director. En tal labor ha sabido ganarse el favor de la crítica con “Los idus de Marzo” (2011) y sobre todo con la muy interesante “Buenas noches, y buena suerte” (2005), demostrando que sabe estar en ambos lados de la cámara. Pero Clooney reclama el premio que, como he dicho antes, le falta. Para ello ha echado un vistazo las películas dirigidas por actores que se han llevado el Oscar a mejor director en los últimos 35 años. Si lo analizamos tenemos a Mel Gibson por “Braveheart” (1995), Clint Eastwood por “Sin Perdón” (1992) y “Million dollar baby” (2004), Kevin Costner por “Bailando con lobos” (1990), Richard Attemborough por “Ghandi” (1982), Warren Beatty por “Rojos” (1981) y a Robert Redford por “Gente corriente” (1980). Quitando a Redford y el segundo Oscar de Eastwood, todos son películas épicas y de época. Clooney, que de tonto tiene lo mismo que de fealdad, ha apostado por hacer ese tipo de cine. Además es un tío que representa el cine clásico de Hollywood traído a la modernidad, así que sólo le faltaba esa película bélica con reparto estelar, ambientada en la Segunda Guerra Mundial y bien facturada en la que brillar, como pudo ser “12 del patíbulo” para Lee Marvin, “La gran evasión” para Steve McQueen o “Los violentos de Kelly” para Eastwood.
“Monuments men” tiene todo eso, es una película bélica con reparto estelar, ambientada en la Segunda Guerra Mundial y épica. Además está el toque culto de Clooney que no quiere hacer una película más, sino que muestra un lado diferente, el del arte. A priori parecía que todo iba a estar a favor de que Clooney se llevara la estatuilla bajo el brazo este año, por eso es decepcionante ver lo que ha quedado.
Me meto en guión. El libro de Robert M. Edsel y Bret Witter cuenta las miles de obras salvadas por el equipo estadounidense durante la contienda en Europa. Evidente esto no es una batalla, ni una búsqueda ni nada que se le parezca, porque una guerra es una sucesión de escaramuzas. Para una serie de TV esto es maravilloso, pero para una película no lo es tanto. A la hora de adaptar la historia tanto Grant Heslov como Clooney optan por dividir la acción en varios equipos. Pero, claro, los actores con más nombre, que son Clooney y Damon, son los que más protagonismo tienen, quedando las escaramuzas de Bill Murray, John Goodman y Jean Dujardain muy secundarias. De hecho, siendo honestos, son totalmente prescindibles. Los personajes son interesantes por los actores que los interpretan y por el sarcasmo con el que lo hacen, no porque estén bien desarrollados.
Es más, sin desvelar nada, hay que decir que hay un par de fallecimientos, uno harto absurdo, que se supone que tienen que emocionar, pero de tan poco que se conoce a los personajes no dicen nada. La película tendría que haber tenido al menos media hora más para haber conocido bien a esos personajes secundarios y haber notado tragedia. Tras ver ambas muertes, que además estaban más que claras por lo maniqueos de los personajes, no pude evitar un “pues vale” de aburrimiento.
Por otro lado, aunque está claro que hay un villano claro que es Hitler, al ser una película bélica, necesitamos a un gran oponente. En los primeros minutos vemos el que parece ser un malo malísimo de los que al final la gente aplaude porque le han detenido. Pues bien, a mitad de película se acaba su aparición de la forma más absurda, tornando el papel de gran villano a otro personaje que, de tan breve, ni emociona.
Si hay que ser objetivos, la historia verdaderamente interesante es la de James Granger/Matt Damon y Claire Simone/Cate Blanchett. Si la cinta hubiera tratado en exclusividad de esa historia probablemente estaríamos hablando de una película no de Oscar, sino de una posible ganadora de la Berlinale, donde se presentó el film. Pero a Clooney le ha podido el ego en esta ocasión.
Si vemos el tráiler tenemos la sensación de que estamos ante un “Ocean’s eleven. Hagan juego” (2001) en la Segunda Guerra mundial, pero Clooney ha comentado que ha intentado escapar de eso. Viendo la película precisamente ese tono semi-cómico es lo que mejor funciona, y es lo único que hace que el gran público se interese por verla, ya que cuando se habla de la gran mayoría de las obras que se han rescatado, sinceramente, el vulgo las desconoce.
Si entramos en la dirección esta es correcta sin más y muy apoyada en los actores, lo cual es una gran apuesta hoy día. El problema es que el intérprete de “Batman y Robin” se da cuenta de la falta de garra de la historia en la mesa de montaje y mete unos largos discursos para intentar emocionar, consiguiendo justo lo contrario, provocar cierto agotamiento.
El punto fuerte de la película, aparte de una muy lograda ambientación, son los actores. Clooney, Murray, Goodman, Hugh Bonneville, Bob Balaban y Jean Dujardain demostrando que el Oscar no se lo han dado por su cara bonita, derrochan carisma. Como dije antes ellos son los que salvan muchos de los problemas de guión del film. Pero quedan dos actores por comentar: Matt Damon y Cate Blanchet. Mira que me cae bien Damon, pero es el que está más flojo de todo el conjunto. Su interpretación no está a la altura de la actriz que tiene delante que es la muy sobresaliente Cate Blanchett. Ya no sé si él queda tan soso por la soberbia interpretación de ella o ella está tan fantástica por lo soso de él, pero la relación entre ambos está carente de química porque se encuentran en puntos diferentes.
Hora de de hacer balance. Interpretación sobresaliente, ambientación y música notable, dirección bien pero el guión está cojo. Por mucho que me duela porque a priori a mí toda la propuesta me parecía fascinante, no puedo darle más de un 5,5. George Clooney ha gastado un cartucho muy importante en falso. Para su carrera no va a suponer nada, pero habrá que ver si tras esto podrá conseguir ese Oscar a mejor director.
Crítica: Juan Pablo Pérez Padial
