«La Jungla de Cristal», las secuelas buenas (II)

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1ª parte de la Saga ‘La jungla de cristal’

«La jungla 2: alerta roja» (1990)

John McClane (Bruce Willis) vuelve a estar de visita en otra ciudad por navidades, en esta ocasión Washington D.C., y esperando el avión de su mujer Holly (Bonnie Bedelia) se vuelve a encontrar con terroristas que dejan sumido en un caos no sólo al aeropuerto, sino a toda la ciudad.

Como vimos la semana pasada “Jungla de cristal” (1988) fue un pelotazo en cierta medida inesperado. Esta película puso en el mapa tanto a Bruce Willis, como al villano Alan Rickman –asentándose como el nuevo Peter Lorre, Claude Rains o James Mason siendo el villano europeo de las grandes producciones y solvente intérprete de dramas de presupuesto medio–, como a su director John McTiernan. Era evidente que la secuela iba a llegar y justo dos años después llegó la continuación.

1En un principio el tándem Willis-McTiernan era el que se iba a hacer cargo de la película, pero al director le ofrecieron desde Paramout la oportunidad de dirigir a Sean Connery en la que sería la tercera de tres películas míticas que se han ganado su lugar entre las grandes del cine: “Depredador” (1987), “Jungla de cristal” (1988) y “La caza del Octubre rojo” (1990). Para sustituirle se miró dentro del estudio y se escogió a Renny Harlin. El finlandés venía de hacer “Pesadilla en Elm Street 4” (1988) con solvencia y por ello le dieron la dirección de “Las aventuras de Ford Fairlane”, una película de presupuesto medio alto. Tan impresionados quedaron en Fox con su trabajo y su rapidez a la hora de rodar que le ofrecieron coger las riendas de la vida de John McClane. Terminó el rodaje de las aventuras del detective Rock’nRollero y al par de semanas ya estaba dirigiendo “La jungla 2”, dejando la edición de la película protagonizada por Andrew Dice Clay para cuando terminase la fotografía principal de la protagonizada por Bruce Willis.

El guión está basado en la novela “58 minutos” de Walter Wager, donde un duro detective espera a su hija en un aeropuerto de Washington cuando un grupo de terroristas toman el recinto. Como comenté en el artículo sobre “Jungla de cristal”, en sus primeros estadios se trataba de una secuela de “Commando” donde Arnie salvaba a su hija, así que es evidente que para la primera película de John McClane se trabajara en la adaptación de las dos novelas, decantándose finalmente McTiernan por la novela de Roderick Thorp. De hecho si nos paramos a analizar la película vemos que la estructura es similar, con giros similares y hasta personajes muy parecidos. No es de extrañar, por otra parte, ya que Harlin no tuvo tiempo de trabajar en el guión, aceptando el encargo y poniéndose a rodar inmediatamente.

Voy a ponerme a hacer ese análisis de los personajes. De la primera película tenemos a los dos principales que son McClane y su mujer y tenemos también a Richard Thornburg (William Atherton), el periodista tocapelotas que hace cundir el pánico. Un policía en principio inepto, el capitán Carmine Lorenzo (Dennis Franz) luego resulta un buen profesional y finalmente hasta hace buenas migas con el detective neoyorkino. Tenemos un villano despiadado, el general Ramón Esperanza (Franco Nero), un secuaz mortal, el coronel Stuart (William Sadler), y los supuestos refuerzos que pasan de ser Johnson & Johnson de la primera película al mayor Grant (John Amos).

1Ahora paso a la estructura: John McClane + terroristas + mujer secuestrada + poli que pasa del culo de McClane. McClane avisa, porque el que avisa no es traidor, pero no, a él nadie le hace caso y se tiene que liar a tiros con un poli para que vean que está en lo cierto. Además hay un giro sorpresa por ahí que hace que todo el mundo pique el anzuelo menos McClane que es un lince y ve que se la quieren meter doblada. Finalmente el héroe más sangrante de la historia del cine sólo y con su astucia se cepilla a cuanto terrorista se le cruce por delante y acaba besando a su mujer, la cual acaba de defenestrar al periodista tocapelotas. Como se ve, todo cortado por el mismo patrón. ¡Si hasta al principio una azafata intenta ligar con él!

Lo único es que hay bastantes referencias a la peli anterior, como cuando McClane dice “Otro sótano, otro ascensor, ¿cómo puede sucederme otra vez lo mismo?”. También se depura un poco el guión para que Bruce Willis pueda lucir su vena chulesca y hay una serie de frasecitas “one-liners” que dicen los americanos, que van preparando para el “Yipe Ki yay, hijo de puta” del final. Aquí McClane y esposa no se pelean. Parece que en el Nakatomi Plaza todo quedó solucionado.

2En cuanto a la dirección del filme hay que decir que Harlin, a pesar de dirigir varias películas de gran presupuesto, siempre se ha encontrado más cómodo en la serie B. No es un director que preste atención a los pequeños detalles, él es de rodar de forma frontal y clara, nada de sutilezas. Esas, para McTiernan. Así que la dirección es plana, pero eso sí, estamos con el Renny Harlin analógico, con maquetillas por todas partes y efectos rudimentarios, que le daban vidilla a sus películas. En cuanto empezó a meter cosas digitales su cine se volvió soporífero.

Respecto a las interpretaciones, pues tenemos a Willis y Bedelia repitiéndose sin currárselo mucho y un par de actores con más caché en su momento como eran Denni Franz y Franco Nero. Hay que mencionar que está metida con calzador la presencia de Reginald Veljohnson, en una de las múltiples referencias que se hacen a la primera película y también tenemos a un breve Robert Patrick quien un año más tarde sería para James Cameron el T1000 de “Terminator 2” (1991).

Hay gente que prefiere esta a la primera, quizá porque es más grande, porque hay menos subtextos por leer y más frases chulescas, eso entra dentro de los gustos de cada uno. Para mí, claro está, esas razones precisamente son las que bajan la nota, además de que Harlin ni se acerca a la maestría de McTiernan, así que la nota es un 6, porque a pesar de todo, todavía es un gran entretenimiento con un actor carismático.

Título Original: Die Hard II (Die Hard 2: Die Harder)
Reparto: Bruce Willis, Bonnie Bedelia, Franco Nero, Dennis Franz, William Atherton, Reginald Veljohnson, William Sadler, John Amos, Colm Meaney, Robert Patrick
Director: Renny Harlin
Guión: Steven E. de Souza & Doug Richardson (Novela: Walter Wager. Personajes: Roderick Thorp)
Productora: 20th Century Fox, Gordon Company, Silver Pictures
Música: Michael Kamen
Presupuesto: 70 millones de dólares (139 millones de dólares ajustados)
Taquilla: 239 millones de dólares (475 millones de dólares ajustados)

Por otro lado el mundo tenía ganas de más aventuras de John McClane: se recaudaron 117 millones en EE.UU. y 122 en el resto del mundo, así que los 70 millones de presupuesto se rentabilizaron de sobra. Si miramos ese dinero hoy día veríamos que la película hubiera costado unos importantes 139 millones de dólares, dos veces y media lo que la primera película, lo cual explica por qué se decantaron por la novela de Roderick Thorp en cuanto Chuache dejó el proyecto: porque era mucho más barato.  Si pasamos a dólares de hoy los 239 millones que recaudó en su momento, tenemos que hizo 475 millones, lo cual significaba que pronto habría más capítulos.

«Jungla de Cristal III: La venganza» (1995)

2Nueva York se despierta con una explosión en unos grandes almacenes. Peter Gruber (Jeremy Irons) es el terrorista responsable y obliga a las autoridades de la Gran Manzana a que sigan su juego. La persona escogida para jugar a ‘Simón dice’ por media ciudad es John McClane quien, a pesar de la suspensión, debe acceder o más bombas estallarán. En su lucha por salvar la ciudad se cruza con Zeus (Samuel L. Jackson) quien se verá forzado a ayudarle.

Para sorpresa de muchos pasaron cinco años entre la jungla 2 y la 3. Lo que pasó es que la tercera jungla iba a estar situada en un barco lleno de terroristas (sic!), pero ocurrió que Steven Seagal le robó la idea en la que es su mejor película –lo cual tampoco es decir mucho– “Alerta máxima” (1992). Fox tuvo que tirar el guión por la borda (vale, el chiste no es bueno) y pensó en que la jungla, fuera una jungla real y mandarían a McClane a Centroamérica. Finalmente esto también se descartó y así, a lo tonto, habían pasado ya cuatro años.

En este período de tiempo Willis había asentado su estatus de estrella de cine de acción en la infravalorada “El último boyscout” (1991), pero este había sido su único éxito fuera de la saga iniciada en el Nakatomi Plaza. En drama se pegó una buena hostia con “Billy Bathgate” (1991), “Pensamientos mortales” (1991) y “La hoguera de las vanidades” (1990) que, por muy de mi admirado Brian De Palma que sea, es una película desastrosa. Tampoco en comedia destacó ya que  en “El gran Halcón” (1991) y en la muy recomendable “La muerte os sienta tan bien” (1992)  también se la pegó. El problema fue cuando en una de acción también fracasó, y sonaron las alarmas. La verdad es que “Persecución mortal” (1993), la peli de acción que no funcionó, es un coñazo, tiene como la chica del asunto a Sarah Jessica Parker. Normal que nadie se creyera que el héroe quería salvarla con su cara equina. En fin, que era 1994 y Willis veía cómo su carrera empezaba a perder pie, así que aceptó volver a enfundarse la camisetilla. Por cierto, a excepción de una película que hizo en el 94, todavía tendría dos fracasos más: el drama sexual que no puso cachondo a nadie “El color de la noche” y la fantasía “Un muchacho llamado Norte” donde iba vestido de conejito de pascua rosa. No digo más.

Por otro lado el director John McTiernan había repetido con Connery y Schwarzenegger en “Los últimos días del Edén” (1992) y “El último gran héroe” (1993) y ambas fracasaron así que decidió repetir con Bruce Willis, el tercero de los cinco actores con los que ha trabajado en dos ocasiones, en la que parecía la opción más segura para reflotar su carrera.

3El guión original de este nuevo capítulo estaba escrito por Jonathan Hensleigh. Se titulaba “Simón dice” y no tenía nada que ver con la franquicia. En él un psicópata obligaba a un policía a ir de cabina en cabina al más puro estilo de “Harry, el sucio” (1971). McTiernan vio las posibilidades y transformó el libreto del escritor usándolo únicamente como punto de partida.  Evidentemente no he leído ese escrito, pero viendo que su autor es el mismo de esos “grandes clásicos” que son “El santo” (1997),  “Armageddon” (1998),  “El castigador” (2004) y “Next” (2007), creo que queda bien claro McTiernan supo hacerlo bien. Este cambio queda bien diferenciado a la hora de ver la película, ya que el juego sólo se ve en el primer tercio de la cinta, momento en el que, cual Alfred Hitchcock en “Psicosis” (1960), nos cambia la película por completo… para contarnos de nuevo “Jungla de cristal”, pero en cambiando un edificio por un escenario mucho más grande: la ciudad de Nueva York. A diferencia de la segunda parte y las siguientes, aquí el punto de partida es diferente y es mucho más interesante, ya que partimos de la idea de que John McClane se enfrenta a la venganza del hermano de Hans Gruber, el terrorista del primer episodio.

Como ya dije en el estudio de “Jungla de cristal”, John McTiernan es un director dotado para la acción y aquí lo demuestra plenamente. Ya desde el primer momento empezamos con una explosión; desde ahí podemos esperar ya cualquier cosa. Aunque en este guión esté mejor trabajado que en la segunda parte el personaje de John McClane, no existe una descripción de personajes tan cuidada como en el trabajo anterior del director en la franquicia, así que da rienda suelta a la acción y a la diversión, todo sea dicho. McTiernan sabe imprimir mayor dinamismo a la cinta haciendo no solo travellings laterales, sino que ahora experimenta con todo el movimiento. Como ejemplo en la secuencia en que McClane sale disparado por el agua y se produce un tiroteo,  opta directamente por la cámara al hombro y aún así la cosa quedaba demasiado limpia y el propio director empujaba a los cámaras para acelerar esa sensación de verosimilitud documental. Es claramente el antecedente de la forma de rodar la acción actual, aunque ahora se ha llegados a extremos de farragosidad tan desproporcionada como es la película “Capitán Philips” (2013).

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Gracias a las fanfarronadas del segundo capítulo, aquí se ha de subir la apuesta y ya no hay un intento de acción real. Se hiperboliza el tono de la acción gracias al incipiente mundo digital y así tenemos una riada en CGI, una caída a un barco desde una altura descomunal o incluso un cartel que dice “odio a los negros” que tuvo que ponerse a posteriori porque rodar en medio de Harlem con ese cartel, por muy película que fuese, era jugarse la vida.

Para hablar de las interpretaciones voy a volver un poco atrás en el análisis de esta tercera entrega. Como decía, hasta 1994 Willis coleccionó una serie de fracasos, cuando accedió a hacer una cinta de presupuesto limitado de la que no sé si alguien se acuerda: “Pulp fiction” (1994). Sarcasmos aparte,  la película de Tarantino levantó las carreras de Willis y John Travolta, pero también le dio la popularidad a Samuel L. Jackson. Sólo necesitaba asentarla y McTiernan le dio el vehículo necesario. Willis, con su peluquín y con su cara de tener “una resaca de puta madre”, tiene una química descomunal con el actor. Se nota y se disfruta tanto que el espectador espera una nueva puya entre ambos. Jackson sabe llevar y apoyar el carisma de Bruce Willis, tanto que su participación en “Jungla de cristal III. La venganza” fue su pasaporte a una fama de secundario de lujo que aún hoy conserva con fiereza. También se convertiría en el quinto actor con el que McTiernan repetiría, en la sosa “Basic” (2003).

MSDDIHA FE021Ah, para quien tenga curiosidad, el cuarto actor con el que repitió McTiernan fue Pierce Brosnan que hizo para el director “Nómadas” (1986) y “El secreto de Thomas Crown” (1999).

Por otro lado como el villano tenemos a Jeremy Irons quien, bueno, no se le curra mucho, pero está tan brillante como siempre, tanto que consigue hacerse un hueco entre Willis y Jackson, por muy complicado que pueda parecer dado el buen entendimiento entre ambos.

Finalmente ya no tenemos a Holly McClane en lo que es una evidente evolución de lo ocurrido en la primera parte, pero sí tenemos a un brillante plantel de policías con los que uno empatiza. Aquí el casting no pudo ser más acertado. En cuanto al resto de villanos,  tenemos una chica que mata con una danza mortal con puñales que creo que no diga nada… bueno, no es trascendente, pero se queda en la retina.

Valoración. Ya no tenemos una trama detectivesca como tal, sino una película de acción con ligeros toques de suspense y McTiernan se lanza a ello de cabeza con su habitual talento. Suple en esta ocasión la endeblez del guión con una buena descripción de personajes pero es evidente que el nivel no es el mismo del de la película del 88. Un 7 para un entretenimiento palomitero de primer orden.

Título Original: Die Hard with a Vengeance
Reparto: Bruce Willis, Samuel L. Jackson, Jeremy Irons, Graham Greene, Colleen Camp, Larry Bryggman, Anthony Peck , Nicholas Wyman, Sam Phillips, Kevin Chamberlin, Sharon Washington
Director: John McTiernan
Guión: Jonathan Hensleigh (Personajes: Roderick Thorp)
Productora: 20th Century Fox, Silver Pictures
Música: Michael Kamen
Presupuesto: 90 millones de dólares (172 millones de dólares ajustados)
Taquilla: 264 millones de dólares (697 millones de dólares ajustados)

En cuanto a cifras, esta película costó 90 millones de dólares recaudando en EEUU sólo 100, por lo que hubo una injusta sensación de relativo fracaso, y digo injusta porque en el resto del planeta recaudó 264, porque hasta el estreno de “El último samurái” las recaudaciones internacionales no se tenían en cuenta a la hora de hacer balance de cara a la prensa. Desde el estreno de la película de Cruise, se hizo evidente que en cuanto a la acción, la taquilla internacional es mucho más importante que la de norte América y eso es lo que está manteniendo la saga, como veremos en el próximo artículo. Por ahora me despido terminando el trabajo, comentando como siempre hago qué es lo que hubiera costado hoy “La jungla de cristal III. La venganza” y lo que hubiera recaudado. A día de hoy la película hubiera costado la salvajada de 172 millones de dólares, pero hubiera recaudado 697 millones. Y todavía hay quien piensa que fue un relativo fracaso…

Redacción: Juan Pablo Pérez Padial

Sobre Maria José Díaz-Maroto García

Cinéfila empedernida buscando la serie perfecta. Combino mi pasión por el cine con las series y los libros. Redactora Jefe de Cine de esta gran comunidad que es Pandora Magazine y propietaria de un pequeño blog donde extiendo mi pasión por el cine, la literatura, las series y etcétera: 'Delirios, Literatura, Cómics y Películas'.