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Título: La gran estafa americana (American Hustle)
Director: David O. Russell
Guión: Eric Singer, David O. Russell
Reparto: Christian Bale, Amy Adams, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Jeremy Renner, Louis C.K., Michael Peña, Jack Huston, Alessandro Nivola, Shea Whigham, Paul Herman, Elisabeth Röhm, Saïd Taghmaoui, Adrián Martínez, Robert De Niro
Duración: 138 minutos
Año: 2013
País: EE.UU.
Música: Danny Elfman
Fotografía: Linus Sandgren
Género: Drama
Productora: Columbia Pictures / Annapurna Pictures / Atlas Entertainment
Distribuidora: Tripictures
Thriller político ambientado en los años 70 sobre un agente del FBI que investiga un caso en el que aparecen implicados algunos miembros del Congreso. El brillante estafador Irving Rosenfeld (Christian Bale) y su socia y amante, la seductora Sydney Prosser (Amy Adams) tienen que trabajar para el impetuoso agente del FBI Richie DiMaso (Bradley Cooper), que los obliga a infiltrarse en el peligroso mundo de los corredores de bolsa de Jersey.
El director neoyorquino, David O. Russel, ha realizado una comedia ambientada en los setenta con y para sus actores fetiche (Jennifer Lawrence y Bradley Cooper, “El Lado Bueno de las Cosas”; Christian Bale y Amy Adams, “The Fighter”). El resultado, como no podía ser de otra manera, es que los propios actores acaban devorando la historia quedando, inevitablemente, relegada a un segundísimo plano pero, ¿acaso importa? Para algunos seguramente sí, para otros, entre los que me incluyo, acaba convirtiéndose en un elemento poco importante.
El guión no es, ni mucho menos, una obra maestra. Es una historia a la que se le podrían atribuir semejanzas con “El Golpe” (1973). Intenta convertir al espectador en cómplice de la trama con un guión muy tramposo (no podría ser de otra manera) pero, al contrario que en la protagonizada por Redford y Newman, “La Gran Estafa Americana” no lo consigue. Acaba olvidándose de esa complicidad por el fuerte e imperante magnetismo que, sobre todo, ejerce un excelente Christian Bale que vuelve a cambiar físicamente de forma espectacular. Una estupenda y seductora Amy Adams en la primera parte. Una Jennifer Lawrence desbordante que acaba cogiéndole el relevo a Adams a partir de la segunda mitad del filme. Un Bradley Cooper que hace lo que puede (y no es que lo haga mal) al lado de estas tres bestias de la interpretación. Además de, por supuesto, el resto de grandes secundarios que también aportan buenísimas interpretaciones como en el caso del agradecido personaje que interpeta Jeremy Renner y/o la breve, pero intensísima, aparición de un Robert De Niro con un papel que le viene como anillo al dedo.
La ambientación, el vestuario y, sobre todo, la caracterización de los personajes son brutales. Si a todo esto le añadimos: escenas muy, muy hilarantes (está repleta, pero especial mención a la salida discotequera de Adams y Cooper); una historia de buscavidas estafadores como única vía de supervivencia en una época y momento con muchos ecos del ahora (empatía total con el personaje de Bale); el contexto de engaño dentro del engaño dotando al filme y a la historia de más de una lectura; un montaje de disfrute inmediato, además de una extraordinariamente bien escogida banda sonora; podemos decir, sin lugar a dudas, que estamos ante una comedia tremendamente divertida y entretenidísima, de esas de sonrisa constante. Y sí, vale, la narrativa de la estafa propiamente dicha se va desvelando e intuyendo antes de tiempo pero qué más da. El disfrute de las relaciones (que al final es de lo que trata, de esa búsqueda afectiva que todos los personajes desean) es tan deslumbrante que no importa quién acabe siendo el más listo de la clase.
Estupenda película de peinados y looks imposibles que engancha desde su inicio.
Crítica: Antonio Garrido