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Director: Paolo Sorrentino
Guión: Paolo Sorrentino, Umberto Contarello
Reparto: Toni Servillo, Carlo Verdone, Sabrina Ferilli, Carlo Buccirosso, Iaia Forte, Pamela Villoresi, Galatea Ranzi, Massimo De Francovich, Roberto Herlitzka, Isabella Ferrari
Duración: 140 minutos
Año: 2013
País: Italia
Música: Lele Marchitelli
Género: Drama / Comedia
Productora: Indigo Film
Distribuidora: Wanda Visión
En Roma, durante el verano, nobles decadentes, arribistas, políticos, criminales de altos vuelos, periodistas, actores, prelados, artistas e intelectuales tejen una trama de relaciones inconsistentes que se desarrollan en fastuosos palacios y villas. Jep Gambardella, viejo escritor y periodista dominado por la indolencia y la decepción, asiste a este desfile de personajes poderosos, pero decadentes, huecos y deprimentes.
«La Gran Belleza» es un canto a la pasión y al amor por el cine. Es desmesurada y excesiva en sus imágenes. Se ceba en su mezcla de tonos, que van desde lo satírico, cínico y amargo a lo melancólico y fantasioso. Es todo esto pero es mucho más. Es un cine tan bello, tan preciosista, que muchísimas de sus escenas te dejan sin aliento al contemplar una Roma de verano tan espléndida que es capaz de provocar desmayos entre los turistas japoneses.
Toni Servillo (“Gomorra”, 2008) interpreta, de forma brillante, a Jep Gambardella, un escritor que es lo que es (periodista de éxito y seductor innato) y no lo que pudo haber sido (escritor de grandes novelas). El peterpanismo de este nuevo Don Juan italiano llega hasta cotas insospechadas. A sus sesenta y tantos, Jep Gamberdella, sigue haciendo lo mismo que hacía antaño cuando su primera, y única novela, le dio fama y prestigio. Nunca más volvió a escribir un libro y se dedicó a vivir en los excesos. Ahora, cansado de su estilo de vida, se plantea volver a hacerlo.
Anclado entre los pensamientos de un primer amor pasado, para el protagonista de esta historia, tanto su vida como la de los demás es un tanto repulsiva o, al menos a priori, eso es lo que parece. Sin embargo, poco a poco nos vamos dando cuenta que detrás de esa actitud cínica que le lleva a ver el mundo con cierta lucidez amarga es, nada más y nada menos, que un escudo con el que protegerse.
A través de una hermosa estructura caótica, el romántico de Jep Gambardella ve la belleza en estado extremo, como si estuviera un punto por encima del resto de la humanidad. Exactamente el mismo estado en el que se encuentra su director, Paolo Sorrentino (“Il Divo”, 2008), que nos regala y nos deleita con esta magnífica y cautivadora obra con una Roma de fondo solo igualable a los grandes clásicos de Fellini.
Redacción: Antonio Garrido