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Título: Cuando todo está perdido (All is lost)
Director: J.C. Chandor
Guión: J.C. Chandor
Reparto: Robert Redford
Duración: 106 minutos
Año: 2013
País: EE.UU.
Música: Alex Ebert
Fotografía: Frank G. DeMarco
Género: Aventuras, Drama
Productora: Lionsgate Films / Roadshow Attractions / Before The Door Pictures / Washington Square Films / Black Bear Pictures
Distribuidora: Universal Pictures Spain
Durante un viaje en solitario por el Océano Índico, un hombre del que desconocemos el nombre (Robert Redford), se despierta y descubre que hay una vía de agua en su velero de 12 metros de eslora que ha chocado contra un contenedor abandonado en alta mar. Con el equipo de navegación averiado y sin radio, el hombre no sabe que se dirige hacia una terrible tormenta. A pesar de conseguir tapar la vía de agua, su intuición de viejo marinero y una fuerza inusitada para su edad, casi no sobrevive al encuentro con la tempestad.
Únicamente con un sextante y unas cartas náuticas para saber dónde se encuentra, solo le queda esperar que las corrientes le lleven a un pasillo marítimo desde donde podrá hacer señales a otra nave. Pero el sol es implacable, los tiburones merodean y sus víveres bajan de forma alarmante. Por muy capaz que sea, no tarda en enfrentarse a la muerte.
Es increíble que a estas alturas, en que campan a sus anchas las películas repletas de sonidos mastodónticos y efectos digitales estratosféricos, aparezca está silenciosa y solitaria historia protagonizada por una de las grandes vacas sagradas del star system americano, Robert Redford.
Un único protagonista, Redford, al que le bastan tres frases y un par de gritos para demostrar que, a sus 77 años, sigue siendo uno de los actores que mejor sabe mostrarse ante la cámara. A través de su mirada y, prácticamente, despojado de todo, el actor lucha y no se rinde con una calma y un saber hacer impresionantes.
“Cuando todo está perdido” es la perfecta antítesis de “Gravity”. El tema de las dos películas es el mismo, esa soledad y lucha por la supervivencia en lugares tan peligrosos como desconocidos, pero lo que diferencia a la obra de J.C. Chandor de la de Alfonso Cuarón es, sobre todo, esa austeridad costumbrista en la manera de narrar y de acabado final que ofrece el filme del primero.
El peligro es constante e inminente pero Robert Redford lo soporta y lo encauza siempre con una serenidad y una frialdad que asustan. Incluso se afeita y se pone guapo cuando cree, realmente, que todo está perdido. No sabemos nada de él, ni siquiera su nombre, no hay flashbacks, tampoco fantasmas imaginarios ni tigres bengala con los que pueda conversar y tener una sesión psicoterapéutica. Es, simple y llanamente, el hombre contra la naturaleza. Da igual de dónde venga pero sí importa quién es porque, realmente, parece que estemos ante Robert Redford, ante el actor interpretándose a sí mismo.
Si hubiera algún referente claro, sobre todo, sería “El viejo y el mar” (John Sturges, 1958) pero, aún así, “Cuando todo está perdido” es algo más. Es un rara avis en un mar reinado y gobernado por increíbles bestias submarinas creadas gracias al CGI.
Crítica: Antonio Garrido