Crítica | “Annabelle”, o como arruinar un franquicia

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Título: Annabelle

Dirección: John R. Leonetti

Guión: Gary Dauberman

Reparto: Annabelle Wallis, Ward Horton, Alfre Woodard, Eric Ladin, Gabriel Bateman, Paige Diaz, Tony Amendola, Michelle Romano, Brian Howe, Morganna May

Género: Terror

Duración: 98 minutos

Año: 2014

País: EE.UU.

Música: Joseph Bishara

Fotografía: James Kniest

Productora: Warner Bros. Pictures / Evergreen Media Group

Distribuidora: Warner Bros. Pictures Spain

Este año el terror tenía nombre y apellidos: “Annabelle”, el esperado spin-off de “Expediente Warren: The Conjuring” (2013) producido por el propio James Wan, película que todos veíamos como una gran idea tras ver la historia a modo de introducción que entreveíamos en “The Conjuring”.

Resultado: totalmente lo contrario, una de las peores películas del género de terror de este año, con permiso de “Líbranos del mal”, claro está.

John Form (Ward Horton) encuentra el regalo perfecto para su mujer embarazada, Mia (Annabelle Wallis): una preciosa e inusual muñeca vintage que lleva un vestido de novia blanco inmaculado. Sin embargo, la alegría de Mia al recibir a Annabelle no dura mucho, ya que durante una espantosa noche, la pareja ve como miembros de una secta satánica invaden su hogar y los atacan brutalmente. No sólo dejan sangre derramada y terror tras su visita… los miembros de la secta conjuran a un ente de tal maldad que nada de lo que han hecho se compara al siniestro camino a la maldición que ahora es… Annabelle.

La película está llena de premisas buenas: la historia nos dejó con ganas de más en la película que dirigió James Wan, por lo tanto ya tenían más taquilla asegurada que una película que parte de cero. Es más, la película comienza con lo visto en “The Conjuring”, sin aparecer ni Vera Farmiga ni Patrick Wilson –según el director por falta de tiempo por parte de los actores–, cosa que para empezar se echa de menos.

Más a favor: la muñeca tiene cierto aire maquiavélico que podrían haber explotado como un gran filón, no limitarse a dejar la muñeca sentada en una silla y poco más. Podrían haberla utilizado para la hora del susto, sin embargo el director John R. Leonetti, utiliza otros elementos para intentar crear tensión, cosa que acaba disipándose como una gaseosa abierta desde hace tiempo.

Los protagonistas, tanto Ward Horton como Annabelle Wallis están más fuera de contexto que dentro, sin embargo él tiene cara de comedia romántica más que de película de terror. Por parte de Wallis, su participación va y viene. Tenemos momentos buenos, decentes y otros que dan vergüenza ajena. De aquí sólo destacaría a la secundaría Alfre Woodward, pero ¿era necesario ese final?

Creo que la película es un quiero y no puedo constante, no sólo por parte del guión de Gary Dauberman, sino la dirección de Leonetti deja ya bastante que desear viendo sus anteriores film, ¿os acordáis de “El efecto mariposa 2”? Pues sí, es el mismo director.

Por mí parte, no la recomiendo, sobre todo si esperabas algo bueno tras haber disfrutado o sufrido con “Expediente Warren: The Conjuring”, te decepcionarás hasta límites insospechados. No al estilo francés, que han tenido más de una riña en cines, pero si te arrepentirás de haber gastado de 5 a 10€ en una entrada de cine.

Crítica: María José Díaz-Maroto