Jaume Marzal Canós: «El encuentro con los demás es lo que más me inspira»

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El sábado 3 de septiembre, la Sala Mengolero de Rojales (Alicante) inauguraba la exposición «Mis Caminos«, de Jaume Marzal Canós. A través de esta muestra, que ya se ha podido visitar en la República Checa, el artista valenciano nos presenta sus experiencias tras viajar por Asia, Australia y Nueva Zelanda, en un itinerario pictórico expresivo y colorista, donde las miradas son las principales protagonistas.

Jaume Marzal Canós comenzó su trayectoria como ilustrador y dibujante de cómic. Ya desde la infancia mostró interés por este mundo, bien fuera copiando láminas de Emilio Freixas, o bien pasando tardes con sus amigos leyendo tebeos, «que por entonces se alquilaban«. Durante los años que se dedicó a esta profesión, tuvo la oportunidad de conocer a grandes figuras del mundo del cómic, como Hugo Pratt , el autor de Corto Maltés, que «era como una especie de Orson Welles, con toda su enormidad«, o al historietista español Francisco Ibáñez, que «fue la persona que me invitó a comer centollo por primera vez«.

En Pandora Magazine charlamos con él para averiguar más cosas sobre esta exposición y las vivencias que se esconden tras ella, y aprovechamos para conocer más a este artista, a quien en su tiempo libre le gusta practicar el remo y ver jugar a Rafa Nadal. Además, se confiesa gran coleccionista de lápices y pinceles, de los que asegura tener cientos.

Pandora Magazine: ¿Cómo surgió la idea de esta exposición?

Jaume Marzal Canós: Surgió después de una visita que hice a una exposición de una amiga a las Cuevas del Rodeo, y al verlas, me parecieron un espacio muy interesante, fue como un flechazo, un amor a primera vista. Entonces contacté con Jennifer —Jennifer-Virginia Rotter, una de las gestoras de la Sala Mengolero—, le comenté que me gustaría exponer allí, y me contestó que ella también hacía días que estaba pensando en hacerme una propuesta a la inversa, para exponer. Fue un encuentro feliz.

PM: ¿Cuánto tiempo estuviste trabajando en «Mis Caminos«? ¿Cómo te llegó la inspiración?

JMC: Digamos que fue a partir de un par de viajes. Hace cuatro años ya estuvimos en el Sudeste Asiático, Corea y Japón, y hace un par de años estuvimos viviendo un año en Australia, y aprovechamos para pasar por Nueva Zelanda, Tasmania, Indonesia, Malasia, Sri Lanka. Y a partir de ahí, a partir de los apuntes y de acuarelas que iba haciendo, pensé en hacer esta exposición dedicada exclusivamente a la parte asiática.

PM: ¿Qué es lo que más te inspira a la hora de comenzar una nueva obra?

JMC: Bueno, digamos que es el contacto con la gente, el encuentro con los demás, las miradas, los personajes, los ambientes. En el fondo me gusta hacer como un reportaje, como si fuese un reportaje fotográfico, pero con mis capacidades pictóricas, simplemente. Yo vengo del mundo del cómic y de la ilustración básicamente, y es un espacio donde es muy importante la mirada, y eso podría llevarnos un poco a Hugo Pratt y a Corto Maltés. Básicamente sus viñetas, sus historietas, eran miradas, que decían muchísimo más que cuatrocientos textos. Es un poco lo que se dice siempre, la mirada es el espejo del alma.

PM: ¿Cuál crees que es la obra más representativa de esta exposición?

JMC: Quizá esta que tienes en la mano, de un aborigen. O la última que he hecho, que es una cara de una mujer australiana. Es muy sencilla de trazo, es muy elemental. Pero bueno, intenté captar los cuatro trazos importantes y dejarme de adornos y de matizaciones, ir a lo simple.

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Aborigen, imagen de portada del catálogo de «Mis Caminos»

 

PM: ¿Qué momentos de este viaje recuerdas particularmente? 

JMC: Fue especial en Uluru, en el centro de Australia, donde está la famosa roca roja, estar allí, casi sin hablar, con un pintor de casi doscientos años, un aborigen, al que además lo utilizaban un poco las galerías. Me pareció un encuentro emotivo con este hombre y a la vez penoso, porque lo estaban utilizando puramente para reclamo turístico. Me gustó mucho nadar con los tiburones ballena en Filipinas. Son unas cosas enormes que te pasan rozando la piel. No te hacen nada, porque comen plancton, pero tienen unas bocas enormes. Y otro momento, estar bajo un tifón en Filipinas, en la Isla de Cebú, encerrados en el hotel hasta que pasase, y saber que en la isla de al lado había cientos de miles de muertos.

PM: ¿Con qué actitud afrontas tus viajes? ¿Intentas tener la mente abierta?

JMC: Me parece que cuando viajo no voy con mentalidad europea. No voy a buscar un hotel en el que me den pizza, paella y no sé qué, por supuesto que no. Tienes que ir con la página en blanco, abierta, y vas escribiendo lo que vas encontrando. No puedes ir con tu librito de referencias “aquí hay que hacer esto, aquí hay que hacer lo otro, y esto en Europa no pasa, o esto en España no ocurre, o en Alicante comemos otra cosa”. Lo que hay, hay. Lo que encuentras es lo que vale y lo que tienes que aceptar.

PM: Entonces, podría decirse que haces una inmersión en los lugares que visitas.

Llamémoslo así. Es lo más interesante. No vas a ir a encerrarte a un hotel de cinco estrellas, que a veces también se hace, porque cuando llevas meses y meses por ahí, necesitas un poco de relax. Pero no puedes ir pensando en transportar tu Alicante o tu España a otro país.

PM: ¿Cómo pasaste del cómic a la pintura?

JMC: La vida te lleva. Estuve muchísimos años en Barcelona haciendo cómic. Después vino un divorcio. Después del divorcio, por cuestiones de la vida, empecé a viajar por Marruecos, Argelia, Túnez. Empecé a pintar, y de ahí empecé casi de forma natural: Llegué a Mas Nou, donde vivía en ese momento, me propusieron hacer una exposición con los temas de Marruecos, y ya seguí por ahí.

PM: ¿Sigues haciendo ilustración?

JMC: Muy poco, muy poco. Lo último fue hace un año, una cosa que me pidieron en Mas Nou, que era una pequeña historia de la ciudad.

PM: ¿Lo echas de menos?

JMC: A ver, sí, en cierta manera sí, porque me gusta explicar historias. Es un mundo en el que he estado trabajando tantísimos años que a veces lo echo de menos.

PM: ¿Crees que el mundo del dibujo te ha influenciado?

JMC: Sí, incluso a veces pienso que me ha inspirado de forma, no negativa, pero que me marca quizá demasiado, me limita un poco, porque estoy todavía un poco enganchado con aquella forma de hacer, que busca siempre la perfección, que todo sea correcto, que describa mucho. Y en pintura, pues quizá no es eso lo que hace falta. Por eso intento simplificar lo máximo últimamente.

PM: Cuando entrevistamos a Perceval Graells, nos explicó que tenía que desaprender lo que había aprendido. ¿A ti también te ocurre?

JMC: Sí, un poco sí. Nunca olvidarás que eres un dibujante figurativo, y tienes ese poso, que para mí me parece que en cierta forma es básico. Pero eso ya lo tienes, ahora, ve a buscar otras cosas.

PM: Entonces, ¿consideras que es importante arriesgarse, salir un poco de tu estilo, de tu zona de confort?

JMC: Sí, de hecho, ya el viajar es salir de tu zona de confort. Y siempre intentar cosas nuevas. Puedes conseguirlas o no, pero como mínimo que tu mente esté abierta a hacer cosas nuevas.

PM: ¿Qué proyectos de futuro tienes?

JMC: Pues hay varios proyectos. Estamos intentando hacer una exposición de este tema, Australasia, en Casa Asia. También hacer una cosa que ya hice en Casa del Libro, pero a mayor escala, que era “La Siria que conocí«, que era un poco, con la excusa de mostrar la Siria que dibujé, hablar sobre la situación actual, de la guerra y de lo que le están haciendo al país. Y después, en mayo de 2017, tengo una exposición en La Nacional, en Nueva York, que es la misma galería en donde expusieron Xavi García y Perceval Graells.

PM: ¿Qué obra tienes pensada llevar a La Nacional?

JMC: En principio sería algo de lo que estoy haciendo ahora, de Australasia, pero bueno, hasta mayo igual tengo tiempo de variar.

PM: ¿Qué proyectos te gustaría llevar a cabo?

JMC: Me gustaría hacer algo, al margen de la pintura pero también un poco con la pintura, que sería “Historias y leyendas ocultas de Praga”, porque tengo mucha relación con República Checa.

Agradecemos a Jaume Marzal Canós que nos concediera esta entrevista y el tiempo que dedicó a responder a nuestras preguntas.
Imágenes cedidas por el artista.

Sobre Verónica López López

Soy periodista y vivo en Alicante. Me encanta todo lo que tenga que ver con la cultura y el arte, desde lo clásico a lo contemporáneo. Y por supuesto, soy una #catlover empedernida.