Un viaje por Inglaterra – Salisbury (cuidad)

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Vamos a empezar este especial hablando de Salisbury. Mucho hay que decir de este lugar, ya que es recomendable salir incluso de la ciudad y ver los alrededores, por lo que dividiremos en dos esta zona. Ciudad que no podíamos quitarnos de la cabeza mientras leíamos «Los Pilares de la Tierra», de Ken Follet, dadas sus similitudes tanto con su historia como con su situación entre otros.

En este primer artículo, hablaremos de la ciudad de Salisbury y su historia, sus preciosas calles empedradas, su catedral, sus zonas ajardinadas, la famosa Carta Magna… Y ya la segunda parte la dedicaremos a hablar de Stonehenge y Old Sarum, dos lugares que no puedes perderte de esta zona.

Bien porque quieras conocer Stonehenge, bien porque estés interesado en la ciudad en sí, tanto lo uno como lo otro deberían ir de la mano. Hay gente que va a conocer Stonehenge desde Londres en una excursión de un día. Entiendo que no hay tiempo a veces para mucho, pero es bastante más aconsejable que se pernocte en Salisbury y que se aproveche ese día para conocer la zona.

Desde Londres a Salisbury hay muy buena comunicación, podéis coger tren y autobús. Está a 134 km y el coste por el que te puede salir el transporte varía dependiendo de tus necesidades. Como ya hemos dicho, aconsejo quedarse en Salisbury a pernoctar, con lo cual podríais aprovechar más el viaje y el transporte podría hacerse en autobús, que es más de la mitad de barato, suele salir por unas 24 libras (unos 28 €) Pero si queréis más flexibilidad de horarios (en autobús hay muy poco donde elegir), podéis optar por el tren, claro está, algo más caro, unas 74 libras (aproximadamente 87 €) Estos precios varían dependiendo de la época del año y de la antelación con la que los saques, por lo que busca bien antes de comprarlos.

Si optas finalmente por pernoctar en Salisbury, hay muchas opciones de preciosos hoteles en donde alojarte. Nosotros vamos a recomendaros uno en el que nos hemos alojado personalmente, el Sarum College, que tiene cuatro de cinco estrellas en las puntuaciones de Tripadvisor. Está en un lugar privilegiado, justo enfrente de la Catedral de Salisbury, de hecho, muchas de las habitaciones dan directamente a la catedral, por lo que las vistas son fabulosas. Si bien puede parecer un hotel sencillo, en cuanto entramos nos asombramos de su bella recepción, con muebles antiguos y techos altos, que nos transportan a otra época al instante. Las habitaciones son preciosas. Al entrar nos dio la sensación de estar en una habitación típica victoriana inglesa: suelo enmoquetado, chimenea (cegada, lástima…) servicio de té muy variado, cama alta… Algo a lo que todos los viajeros siempre damos también mucha importancia es al baño, pues bien, en la misma habitación había un moderno cuarto de baño, algo pequeño pero con todas las comodidades necesarias, con productos de aseo incluidos. Ni un solo ruido interrumpió el descanso, y a la mañana siguiente disfrutamos de un desayuno magnífico y muy variado. Como os comentaba al principio, es una opción a tener en cuenta a la hora de alojarte en Salisbury.

Aconsejamos empezar la mañana con una visita a la Oficina de Turismo de Salisbury, ubicada en la céntrica Fish Row, en donde podrán facilitarte toda la información que necesites para tu jornada, así como guías y planos, o reservas de lugares que quieras visitar. Como nosotros elegimos la opción de visitar también Salisbury, por la mañana nos dedicamos a visitar la ciudad en compañía de una estupenda y profesional guía, Hazel Docherty, que hablaba un excelente español (¡cómo se agradecen esos momentos en los que te hablan en tu propio idioma!) Nos estuvo explicando de manera amena y divertida un poco de la historia de los lugares más emblemáticos de Salisbury. La ciudad está en el condado de Wiltshire, con un centro histórico que posee toda la belleza de una ciudad empedrada medieval, con casas que poseen sus fachadas originales, esas típicas fachadas con vigas de madera oscura. Un detalle que nos explicó fue que había casas mucho más antiguas que a simple vista no podemos ver, ya que en su día quisieron modernizarlas, y taparon esas vigas de madera con tejas, de tal forma que al colocarlas en una posición determinada, parecían ladrillos, que era lo que «se llevaba» en esa época. Es por eso que puede que a veces nos fijemos más en unas casas que en otras pensando que son más antiguas, pero no nos damos cuenta de nuestro error.

Conocimos también algo de su historia. Hazel nos contaba que fue fundada en 1220, cuando se abandonó Old Sarum como asentamiento. Pasamos por Matron’s College, de 1682, que albergaba viudas e hijas solteras del clero. Entramos al Guildhall, que es la antigua Casa de Gremios, con salas que poseen los tesoros de Salisbury, otra sala inmensa con los cuadros de todas las personalidades de la zona en la época y los rostros de cada alcalde que han tenido, incluso una sala de juicios antigua, en donde nos explicó qué tipo de juicios se celebraban allí, todos los que tenían que ver con la gente perteneciente a los distintos gremios. Ahora suelen celebrarse bodas y ceremonias similares. El Guildhall está situado en la Market Place, en donde hay mercados todas las semanas. De hecho, Salisbury fue una ciudad importante debido a los mercados que siempre albergó. Un detalle que nos explicó fue el nombre de las calles que había en el centro histórico, todas con nombres de oficios como la Fish Row o la Butcher Row.

Nos enseñó el interior de la Iglesia de St Thomas (1450), con su techo de madera tallada y una pintura del siglo XIII de un Cristo en el Día del Juicio Final. Puede sorprendernos también una zona especial reservada solamente para los niños. Hazel nos explicó el motivo: en Inglaterra, la religión quiere acercarse a todos, y los niños pueden vivir la religión desde pequeños pero lógicamente para cada edad es distinto. Por eso cuando la familia quiere asistir a misa, lleva a sus hijos, a los cuales dejan en una zona llena de juguetes en la misma nave.

Y cómo no, entramos en la Catedral de Salisbury, construida entre 1220 y 1258, toda una hazaña en cuanto a rapidez. Su aguja, la que es considerada la más alta de Inglaterra con sus 123 metros, se añadió más tarde, entre 1280 y 1310. Posee muchas particularidades, como su antiguo reloj en el interior, que data de 1386 y es el más antiguo de Europa de los que están en funcionamiento. O su original pila bautismal en el centro mismo, que es más bien una especie de fuente con sus aguas en calma, que dejan reflejar como un espejo el interior de la catedral.

Y aunque el protestantismo quiso acabar con todo el esplendor que había en cuanto al lujo en los lugares de culto, vemos que sus vidrieras siguen intactas e incluso se ha reconstruido parte del color original del techo de la catedral, para que podamos admirar mejor su pasado. Cerca del altar mayor, en el suelo, hay un agujero que sirve para saber a qué nivel está el agua que corre por debajo de la catedral. Es un método simple, podéis buscar a algún guía para que os lo enseñe: abren la trampilla, y con una especie de vara que introducen en el agujero, miden el nivel al sacar la vara y comprobar hasta dónde ha llegado la humedad.

Por supuesto, entramos en la Sala Capitular, en cuyos frisos medievales hay escenas del Antiguo Testamento. Aquí es donde se encuentra la Carta Magna, de 1215, y emitida por el Rey Juan por las presiones de los barones, en donde entre otras cosas se estipulan juicios justos o la erradicación de la esclavitud. Constituye el primer eslabón en la cadena de iniciativas para regular los derechos humanos.

 

Un bello espacio tanto por dentro como por fuera, con esa gran zona ajardinada que es poco habitual alrededor de las catedrales. Y como curiosidad, dentro de la catedral hay una especie de juego, y es que hay que buscar el mono, el grillo y el gato, ¿queréis participar en su búsqueda?

Hazel antes de terminar nuestro paseo, nos explicó un poco la historia de Stonehenge y en lo que fijarse al llegar allí. Pero de eso hablaremos en el siguiente artículo…

 

Queremos agradecer en primer lugar la profesionalidad y la ayuda que Callum McCaig nos brindó desde el principio hasta el final, facilitándonos nuestro trabajo en cuanto a reservas, horarios, alojamiento y demás detalles. Por supuesto al servicio del Sarum College por ese maravilloso alojamiento y por su hospitalidad, que incluso llegando de noche, nos atendieron con una sonrisa en todo momento, facilitándonos a la mañana siguiente toda la documentación necesaria para realizar las visitas ese día. A las personas de la Oficina de Turismo de Salisbury, por su atención y amabilidad. Y cómo no, a Hazel Docherty, una gran profesional como hemos dicho y mejor persona (y viceversa, aunque dejémoslo ahí para no entrar en un bucle infinito), que tuvo la paciencia de explicarnos cada detalle de la historia de la ciudad, de forma magistralmente amena y divertida, algo que se agradece; Hazel, te debemos un paseo guiado la próxima vez que vengas a España.

Sobre Beatriz Ibán Diezhandino

Coach profesional, personal, laboral y literario. Especialista en duelo. Directora de Pandora Magazine. Viajera infatigable, lectora empedernida. info@centro-coaching.com