Cómo viajar barato (de verdad) – Pensando en el lugar de destino: actividades y transporte

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Una vez que ya tenemos hecha la reserva del vuelo y del hotel, tenemos que comenzar a pensar en lo que nos puede ir surgiendo en nuestro viaje. Vale que lo más costoso ya está solucionado, pero hay cosas que puede que se nos descontrolen si no tenemos cuidado.

Si vamos a un hotel de playa estilo «todo incluido», no tendremos más que hacer, son hoteles de los que no hace falta salir en todas las vacaciones. Es más, en algunos lugares se recomienda no salir de allí, ya que pueden estar en zonas poco seguras para los turistas.

Pero si lo que queremos es aprovechar al máximo nuestra estancia conociendo una ciudad en concreto, lo mejor que podemos hacer es llevar las ideas claras.

Vamos a ir explicando desde que bajas del avión hasta que vuelves a subir para regresar a casa después de unas geniales y baratas vacaciones.

 

Llegar al hotel desde el aeropuerto

Ya hemos comentado que puede salirnos caro llegar a un aeropuerto o estación alejada del hotel en donde hemos reservado. Pero a veces, aunque esté bastante lejos, hay opciones para poder ahorrar.

Intentaremos evitar taxi o coche de alquiler. Suelen salir más caros que el transporte público. Y digo suelen, porque hay ciudades como Budapest en los que ir hasta la misma puerta de tu hotel desde el aeropuerto puede salir por menos de 30 euros, así que si vais varias personas, puede incluso merecer la pena. Pero por lo general, tener que depender del tráfico en un taxi o gastar una cantidad elevada por ir en coche, no suele merecer la pena si queremos ahorrar algo de dinero.

Las opciones más utilizadas son el metro si lo hubiera (cuidado, no en todas las ciudades ni mucho menos hay metro hasta el aeropuerto), los trenes y los autobuses. Hay tarifas especiales en cada uno de ellos si los compras con la vuelta incluida. La variedad es demasiada en cada ciudad del mundo como para especificar aquí. Lo que sí te podemos decir es que no subestimes los transportes que pueden parecer incómodos o con un viaje más largo como el autobús. Hay ciudades como Dublín que ya disponen de una flota de autobuses que no tienen nada que envidiar al Alsa Supra, y además de cómodos, con aire acondicionado y calefacción, espacio de sobra para movernos y con wifi gratis, nos saldrá mucho más económico que ir en tren.

Por supuesto, reservar con antelación si se puede (ya que hay transportes que no permiten esta opción, por ejemplo los Aerobús, que conectan la ciudad de Barcelona con su aeropuerto), para evitar colas y que cuando llegues, ya esté lleno. Aparte, suele haber ofertas reservando antes. No cuesta nada imprimirte los billetes antes de irte de viaje y poder ir tranquilamente al llegar al aeropuerto a buscar directamente la parada de autobús por ejemplo, que incluso en la web donde has reservado ya venían las indicaciones necesarias para llegar sin complicación. Mucho mejor que llegar cansada y con ganas de visitar todo cuanto antes, y ponerte a buscar una forma de llegar al hotel.

 

¿Y las entradas a las atracciones?

En casi todas las webs que hemos mencionado antes, hay un apartado en donde puedes comprar tickets y reservar por anticipado. Incluso en las mismas webs de las atracciones turísticas tienen un apartado de este tipo. Pero, ¿es realmente aconsejable?

Por lo general, sí que suele serlo, ya que la mayoría de las veces te ahorras una gran cola, o por lo menos por reservarlo con antelación, hay un pequeño descuento (y ya hemos dicho que todo descuento es bienvenido). Además así sabes a ciencia cierta que no vas a quedarte sin entrar, ya que a veces llegas al lugar y te comunican que no hay más entradas, algo que sienta verdaderamente mal si vas con una agenda vacacional muy apretada.

De hecho, muchos de los lugares que hay para ver en cada destino, es únicamente posible visitarlos si has comprado con antelación tu entrada.

En cuanto a atracciones turísticas la verdad es que en las ciudades más típicas de destino, hay una especie de tarjeta que puedes comprar o bien on-line o en las oficinas de turismo. Incluyen en el precio descuentos de todo tipo, entradas a museos… Se pueden elegir también por días para visitar. Si vamos a estar solamente un día, nos saldrá más barato que si cogemos la tarjeta para tres días. Hay que valorar el dinero que vas a gastarte en esa tarjeta y lo que te gastarías en cada atracción. A veces nos sorprende comprobar que realmente no vamos a visitar tantas atracciones como la tarjeta nos ofrece, o bien porque no vamos a tener tiempo o porque nuestras preferencias son otras. Con lo cual nos saldrá más barato coger directamente las entradas sólo a aquellos sitios que sepamos que vamos a poder y querer conocer.

 

El transporte durante nuestra estancia

Puede parecer que no tiene importancia, y muchas veces no nos damos cuenta hasta que no echamos cuentas al volver, pero no prever el tema de cómo movernos por la ciudad que vamos a visitar, puede hacer que acabemos gastando más de lo que teníamos pensado.

Si vamos a una ciudad grande, tipo Londres o París, siempre habrá opciones económicas y opciones más caras para desplazarse por ellas. Podemos utilizar taxis o coches de alquiler, sí, pero no saldrá rentable ni mucho menos. Tenemos que tener en cuenta que los taxis siempre son caros, y los coches de alquiler por ejemplo en Londres, tendrán que pagar tasas especiales si quieres entrar dentro de la ciudad, y ya no digamos aparcar. Por lo que en este caso, si son ciudades grandes, podremos utilizar el metro o los autobuses para movernos mejor y de forma más barata.

En cuanto a autobuses, la oferta es bastante variada, ya que es una forma de conocer la ciudad rápidamente si no hay mucho tiempo para verla completa sino. Están los famosos autobuses «Hop On Hop Off» en casi todas las grandes ciudades, aunque su coste suele ser algo caro, pero tienen la ventaja de que puedes utilizarlo las veces que quieras durante un día y pasan por los sitios turísticos más importantes, pudiéndote subir y bajar a tu antojo.

Pero lo más usual es utilizar el metro. Siempre habrá ofertas de un día o de varios días para poder ahorrar. En Madrid por ejemplo tenemos el abono turístico de un día, en Barcelona nos saldrá más económico coger un bono de 10 viajes para utilizar sin límite de tiempo, en París hay algo parecido que además podemos pedir por internet, para no tener que hacerlo al llegar si no nos apañamos bien con el francés, y en Londres tenemos la Oyster, esa maravillosa tarjeta que se puede recargar, para la que no hace falta que seas residente, y que ajusta el precio del billete dependiendo de las veces que lo cojas al día para que salga más económico. Puedes también pedirla por internet, con una recarga inicial incluida. Como ves, dependiendo del sitio al que vayas, hay muchas opciones para que no tengas ni que gastar mucho por moverte, ni que destrozarte los pies yendo a todas partes andando para ahorrar el transporte.

Pero también puede ser que en el lugar donde vas a ir, haya otro tipo de transportes. No está de más que compruebes el transporte por los canales. Muchas ciudades los tienen no solo para dar una vuelta por ellos, y pueden resultarte económicos para viajar a ciertas zonas de la ciudad. Los tranvías suelen seguir operativos todavía en alguna ciudad, y Ámsterdam es el ejemplo, es barato y te lleva por toda la ciudad. Y por supuesto el alquiler de bicicletas. No todos los países son como España, y muchos de ellos tienen especial cuidado con ese medio de transporte, que sale muy barato y es muy ecológico. En zonas como Bélgica y Holanda es el mejor medio de transporte que puedes utilizar.

 

 

 Consejos generales

. Los días antes del viaje, comprueba que toda la documentación está en orden. Tu DNI no caducará durante tu viaje, tienes la tarjeta sanitaria europea o alguna otra de un seguro privado en tus manos, has facturado en línea y has imprimido los billetes, tienes todas las direcciones que vas a necesitar allí (hoteles, paradas de metro y bus…), has comprobado que la moneda que se utiliza allí es la tuya o has pedido con tiempo a tu banco un cambio de divisa y todo ese tipo de documentación necesaria para comenzar el viaje.

.  Antes de reservar, comprueba si en esos días vas a poder visitar todo lo que te gusta. A veces las atracciones cierran algún día de la semana o en algún momento del año. Comprueba esos detalles antes de que sea tarde.

. Visitar la web de las oficinas de turismo de los lugares a los que vamos a viajar. Suelen darnos ideas en cuanto a atracciones o museos que ver y explicarnos el tema del transporte. Incluso podremos reservar una cosa y la otra desde allí.

. Siempre es preferible reservar todo antes de salir de viaje, para evitar colas y disgustos por encontrarnos que ya no quedan entradas.

. Enterarte bien del coste del transporte del lugar de destino, cuál es el más barato y el más útil para el tipo de viaje que vas a hacer.

. Organizar tu estancia. Es frecuente que quieras visitar todos los lugares de interés en el tiempo que vayas a estar allí, pero hay que ser realistas: todo va a ser imposible de hacer. Por lo que te aconsejamos que cojas bolígrafo y papel, y organices por días lo que puedes ver. Así te harás una idea mejor del tiempo que dispones y las preferencias que tienes. Si vas a conocer un fin de semana París, puede que no te dé tiempo a verlo todo, por ello hay que tener clara la lista de prioridades.

. Ten en cuenta los imprevistos. Es fundamental que sepas que algo puede surgir. Se te pierde tu abono de transporte, te roban el DNI, se te rompen los zapatos… Lleva siempre un remanente de dinero, un pasaporte que guardes en un lugar seguro, unos zapatos de repuesto.

 

Redacción: Beatriz Ibán Diezhandino

 

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