«La muñeca» de Lester Padilla. Retrato de un misántropo.

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La novela

«La muñeca» es una novela corta que nos relata la rutina de un programador web con serios problemas mentales que aguardan en un rincón oscuro de su mente para salir a flote en cualquier momento…

Luis Aldana vive solo tras haber fallecido su madre, a la que estaba muy unido. Es una persona solitaria, sin amigos, incapaz de adaptarse a la sociedad y que vive centrado en su trabajo como programador mientras soporta a diario las humillaciones y el desdén de sus compañeros de trabajo.

Aldana, todavía virgen y anhelando sentir el contacto con una mujer, termina comprando por correo una muñeca hinchable de alta calidad. A partir de ahí, los engranajes de su dormida locura, comienzan a moverse… Envuelto en sus ensoñaciones, Aldana dota de vida propia a la muñeca, imaginando que es un antiguo amor platónico de adolescencia. Y, paralelamente a su despertar sexual, dos personas clave de su entorno laboral serán quienes desaten sus instintos más agresivos y vengativos, aquellos que no es capaz de sacar a flote en su día a día mientras es pasto de burlas.

«La muñeca» es un retrato psicológico muy bien elaborado y descrito acerca de un individuo antisocial, una persona enferma mental que vive de modo infeliz, manteniendo los sentimientos negativos que la sociedad le despierta (y quienes le hacen daño) a raya de cara al mundo.

Me ha gustado bastante esta novela. Me ha interesado mucho la forma de narrar del autor y su estilo, muy cuidado. Se nota que ha trabajado a fondo elaborando el perfil del protagonista, describiendo con una precisión y una claridad cristalinas cada estado de ánimo y, sobre todo, cada avance hacia la locura de la mente del protagonista, según van pasando los acontecimientos. Es un camino que va de menos a más hasta desembocar en un final frenético.

Un ritmo muy acertado, un vocabulario y un estilo de calidad y una historia que, pese a ser sencilla, a mí se me ha hecho grande por las anteriores razones comentadas.

«La muñeca» es una novela corta que te hará pasar un par de ratos entretenidos, la recomiendo.

El autor

Lester Padilla nació en Guatemala en 1975. En el año 2008, a manera de experimento personal, decide aventurarse en el mundo de la escritura con un par de relatos que más tarde publica bajo pseudónimo en un sitio Web para aficionados. Al recibir buenos comentarios de varios lectores y colegas en general, el pasatiempo de juntar letras se convierte, después de la lectura, en su principal pasión. En el 2010, luego de escribir varios textos, en su mayoría de terror y suspenso, tras inspirarse al ver un programa de televisión sobre problemas sexuales de pareja, decide escribir un relato titulado La Muñeca.

Más tarde, tras obtener más experiencia escribiendo y gracias a los ánimos de colegas literarios, decide reescribir la historia, convirtiendo La muñeca en su primera y única novela hasta el momento. También publica en su blog personal «Muerto de día» (muertodedia.blogspot.com).

Entrevista

Pandora Magazine: ¿Qué te impulsó a dedicarte a escribir?

Lester Padilla: De adolescente tenía el hobby de dibujar cómics.  Era algo que me gustaba hacer pero no me apasionaba.  Mis historias, sin embargo, eran lo suficientemente entretenidas como para mantener a mis compañeros del colegio a la expectativa.   Cuando entré a la universidad ese gusto por contar historias, al que realmente nunca le di demasiada importancia, se quedó dormido.  Décadas más tarde conseguí un trabajo en una planta de reciclaje que estaba bastante alejada de la ciudad. Se trataba de un lugar tan desolado a sus alrededores que a la hora del almuerzo no tenía sentido salir pues no había a donde ir. Por lo tanto, yo me quedaba durante ese tiempo frente al ordenador leyendo, viendo videos, investigando sobre algún tema particular o chateando.  En mis estadías descubrí un sitio de relatos “picantes” en el que prácticamente cualquiera podía publicar .  Los textos allí disponibles en su mayoría eran escuetos o estaban mal redactados. Claro, siempre había excepciones y un día me encontré con una que llamó bastante mi atención por su calidad. Era un relato que a pesar de sonar inverosímil sobresalía del montón y evidenciaba que su “autora” (de la que siempre sospeché que se trataba de un hombre con un seudónimo femenino) contaba con cierto kilometraje en cuanto a cuestiones literarias. Me gustó tanto que decidí, cosa que no había hecho antes, comunicarme con ella (siempre la traté como mujer a pesar de mis sospechas) para expresarle mi admiración.  La autora me respondió, resultó ser una persona muy agradable, con el tiempo nos hicimos amigos. Yo seguí leyendo y comentando sus relatos, me parecían buenos.  Entre nuestras conversaciones predominaba el tema sobre el gusto que a ella le provocaba escribir, de cómo fue aprendiendo a hacerlo y demás.  Paulatinamente comencé a sentirme contagiado de su pasión, se despertó mi curiosidad con respecto a las sensaciones que ella experimentaba al contar historias. Así, un día en que el aburrimiento de la hora del almuerzo se me hizo insoportable, con el consentimiento y apoyo de ella, decidí intentarlo.  Dado que a mi criterio no tenía una experiencia que valiera la pena contar opté por inventarme una. El resultado superó por mucho mis expectativas: mi relato obtuvo varios comentarios favorables y un buen número de lecturas. El deleite que sentí en ese momento, el de saber que mis ocurrencias podían resultarle entretenidas y excitantes a otros, me hizo darme cuenta que había encontrado algo que me provocaba un placer como el que no había experimentado con cualquier otra cosa. Eso fue hace cinco años, y desde entonces lo sigo intentando y sigo aprendiendo.

PM: Un autor y un libro que haya marcado un antes y un después para ti como lector y escritor.

LP: Miguel Ángel Asturias y su novela El señor presidente constituyeron para mí el antes y el después, y no solo en cuanto a mis aficiones literarias sino a mi percepción de la vida en general. No he encontrado otro autor ni otro libro con frases tan precisas y hermosas como para provocarme vibraciones hasta en el tuétano de los huesos de la misma forma en que lo logró Asturias con dicha magna obra.  Cuando lo descubrí, durante mis primeros conatos de escritura, fue como darme cuenta de lo diminuta e insignificante que puede ser inclusive la Tierra si la comparamos con el Universo.

PM: ¿Cómo surgió la idea de escribir «La muñeca»? 

LP: Pues surgió de la misma manera en la que el protagonista, Luis Aldana, sintió curiosidad por hacerse con una de estas compañeras de silicona:  una noche haciendo zapping frente al televisor me encontré un programa en el que una psicóloga, de una manera más fabricada que espontánea, ayudaba a una pareja dispareja a superar la intromisión de una “amante sintética” en su matrimonio . La descripción de la reacción inicial de  Aldana ante el tema está basada en la mía propia. Me sentí intrigado por la influencia que podría llegar a tener un objeto de esos sobre una persona.  Pensé que para un hombre con poco contacto humano, sin experiencia sexual, podría llegar a ser una situación tétrica e interesante de contar, por lo tanto me puse a investigar sobre el tema y decidí escribir un relato al respecto.

PM: ¿Por qué te decantaste por la auto-publicación?

LP: Al principio pensé en La muñeca como un relato. Mientras lo estaba escribiendo un amigo autor me avisó de un concurso literario de novela corta más o menos importante en mi país. Noté que mi relato ya contaba con la mitad de la extensión mínima que se especificaba en las bases, y dado que yo estaba tan encantado con mis personajes decidí alargarlo hasta convertirlo en una nouvelle. Como era de esperarse mi obra pasó desapercibida en el concurso. Como ejercicio, o autocastigo por mi fracaso, compré la novela ganadora cuando salió publicada y hasta en ese momento comprendí mi inmadurez y lo lejos que estaba del mundo editorial.  Investigué sobre el tema, traté de ponerme en contacto con algún editor o agente, pero en mi país la publicación en papel es algo mucho más exclusivo y difícil de lograr que en Europa. Me decepcioné, pensé que escribir novelas no era para mí y me dediqué de lleno a los relatos en el Internet. Con el tiempo fui tomando experiencia, comencé a relacionarme con personas duchas de las que aprendí mucho,  mis tentativas de escribir una novela volvieron pero todas se quedaron inconclusas.  Luego me enteré de Amazon y de las facilidades que proveían en cuanto a la auto-publicación.  La idea me encantó y decidí ponerla en práctica con la única novela que tenía terminada. Sin embargo, fue una tarea que me tomé muy en serio y por lo mismo prácticamente tuve que reescribirla, y el hacerlo me hizo darme cuenta de lo mucho que hasta el momento había avanzado y de lo ingenuo que era cuando la escribí por primera vez. El hecho de haberle puesto un precio a mi obra, que prácticamente es simbólico, me hizo sentir mínimamente recompensado por todo el trabajo que al final invertí en ella.

PM: Háblanos de tus proyectos futuros.

LP: De momento tengo al menos tres novelas comenzadas, aunque casi no he tenido tiempo, ni buenas ideas, para continuarlas. La que más promete es una historia de zombis en la que el protagonista es un adolescente con problemas psiquiátricos. Digo que promete en el sentido de que es probable que la siga, no que ofrezca algo que nadie haya leído ya en el saturado mercado de las historias de muertos andantes. Como siempre es por el simple amor al arte. Hasta terminarla, si es que la termino, decidiré el destino que le daré (mi blog, Wattpad, Amazon u ofrecerla a una editorial).

Desde TyF queremos desear la mejor de las suertes a Lester, un autor de talento al que vale la pena leer. Nos gusta apoyar a los nuevos escritores y, hoy en día, con el mercado de auto-publicación tan en auge, siempre encontramos trabajos realmente interesantes de gente que se preocupa de verdad por cuidar el lenguaje, la forma y la estética. Este, es uno de esos casos.

¡Felices lecturas!

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Redacción: Lydia Alfaro