En 2010 se descubrió en Siberia un pequeño mamut de hace 39.000 años en perfecto estado de conservación. Su cuerpo estaba completo, con sus cuatro extremidades, la cola, la trompa e incluso el pelaje y su color. No es de extrañar que dicho descubrimiento sea conocido como “el milagro surgido del hielo”, ya que lo normal en estos casos es encontrar colmillos, restos de huesos o el esqueleto entero.
Según los expertos, el animal contaba entre 6 y 11 años de edad y se cree que cayó en una grieta antes de quedar atrapado en el hielo. Junto a Yuka también se descubrieron restos de huesos y un espécimen de un rinoceronte lanoso de hace 19.500 años, también en perfecto estado de conservación.
El descubrimiento del mamut, el rinoceronte y los demás restos fueron hallados en la república siberiana de Yakutia en verano de 2010, y no ha sido hasta principios de este mes de julio que llegaron desde Vladivostok al puerto Tottori (al norte de Japón) para pasar las inspecciones pertinentes.
Ahora Yuka se exhibe por primera vez al público en el centro de convenciones Pacífico Yokohama, en la ciudad de Yokohama (Japón).
Pero aquí no se acaba la cosa. Gracias al buen estado de conservación de Yuka, los científicos de la Universidad de Kinki (Osaka) han encontrado restos de tejidos no dañados que podrían servir para reproducir las células del mamut de cara a clonar este animal tras fecundar un óvulo de elefante. También la calidad del material extraído de la piel, el músculo e incluso la médula de Yuka ha dado un vuelco a este proyecto que, según los organizadores, esperan pueda completarse en el futuro.
Fuente: EFE
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