«La bailarina», de Ōgai Mori

  Título: La bailarina Autor: Ōgai Mori Editorial: Impedimenta Traducción: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés Introducción: Fernando Cordobés Páginas: 80 ISBN: 978-84-15130-15-4 Precio: 9’95€ Puedes comprarlo aquí   Sinopsis: Fruto del […]
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Título: La bailarina

Autor: Ōgai Mori

Editorial: Impedimenta

Traducción: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés

Introducción: Fernando Cordobés

Páginas: 80

ISBN: 978-84-15130-15-4

Precio: 9’95€

Puedes comprarlo aquí

 

Sinopsis: Fruto del viaje de Ōgai Mori a Alemania, país al que se trasladó para perfeccionar sus estudios de Medicina, La bailarina narra, casi en una imagen especular de la Madame Butterfly de Puccinni, el improbable encuentro de Toyotarō Ōta, un joven estudiante japonés, con una bailarina alemana, pobre y bellísima, que poco a poco lo va seduciendo hasta atraparlo. Toyotarō, que por educación posee un acerado sentido del honor, debe elegir entre su carrera y sus violentos sentimientos amorosos hacia la muchacha. La bailarina constituye una fábula de una sencillez pasmosa, que aúna amor, abandono y culpa. Un auténtico clásico de la literatura japonesa por fin recuperado en castellano.

 

 

Después de hablar del tsunami literario que ha llegado desde Japón hasta nuestras costas hoy traigo una recomendación de lo más interesante: La bailarina, de Ōgai Mori.

Se trata de un relato corto -de apenas setenta y cinco páginas- sobre el amor y las dificultades para conseguir la felicidad al lado de la persona a la que se quiere.

En este cuento Ōgai Mori –coetáneo de Natsume Sōseki- nos narra la historia de Toyotarō que regresa a Japón en barco después de una estancia de varios años en Alemania. Página a página nos va desvelando de forma sencilla y directa  los acontecimientos que lo han llevado hasta Alemania, algunos rasgos de su carácter, ciertos problemas existenciales por los que pasa y de cómo llega a enamorarse de Elise, una hermosa bailarina.

“Mientras caminaba me di cuenta de que había una joven sollozando apoyada contra la puerta cerrada de la iglesia. Tendría alrededor de dieciséis o diecisiete años. Su cabello dorado escapaba bajo el pañuelo que le cubría la cabeza y caía con gracia y ligereza. Sus ropas lucían inmaculadas. Sorprendida por el ruido de mis pasos, se giró. Solo un poeta podría haberle hecho justicia. (…) ¿Qué había en ella capaz de atravesar todas las defensas de mi corazón al primer vistazo?”

Toyotarō y Elise inician una relación. Ambos son felices porque se tienen el uno al otro, pero a causa de este amor a él le empiezan a ir mal las cosas en el trabajo y lo despiden. Más adelante consigue un buen puesto de traductor para un conde que hará que recupere su antiguo estatus social. Y todo gracias a la ayuda de su buen amigo Aizawa, pero la felicidad dura poco ya que este personaje será el causante de la desdicha de esta pareja.

“Cuando llegué por primera vez a Alemania, pensé que había descubierto mi verdadera naturaleza y me juré no dejarme utilizar nunca más como si fuera una simple marioneta. Quizás fuese solo el orgullo de un pájaro al que han dejado en libertad el tiempo suficiente para que pueda batir sus alas un par de veces mientras sigue atado por las patas. No había forma de librarme de mis ataduras. La cuerda con la que me sujetaban había estado en primer lugar en manos del jefe de mi departamento y, ahora, estaba en manos del conde.”

 

A pesar de que se trata de una historia triste que habla sobre el amor, la renuncia y los obstáculos que hay que superar para alcanzar la felicidad es un librito precioso que te llega al alma y su lectura es muy agradable, sobre todo por la forma en cómo está contada. Excelente historia que recomiendo que leáis.

 

 

Sobre el autor

Ōgai Mori, seudónimo de Rintaro Mori, nació en la ciudad japonesa de Tsuwano, en la antigua prefectura de Iwami, en 1862.

Su padre ostentaba el cargo hereditario de médico del señor feudal de su pueblo, y, al ser Ōgai el primogénito, se dio por hecho que seguiría la tradición familiar. En 1872, con la llegada de la Restauración Meiji, los Mori se mudaron a Tokio. Tras licenciarse en Medicina con diecinueve años, convirtiéndose así en la persona más joven en graduarse en esta especialidad en Japón, eligió la carrera de oficial médico del ejército. Pronto fue enviado a Europa, y residió en Alemania desde 1884 a 1888, experiencia que le inspiraría uno de sus relatos más conocidos, La bailarina (1890). Fue allí también donde se familiarizó con la literatura occidental. De hecho, Ōgai Mori fue el primer japonés en viajar en el Orient Express.

A su regreso a Japón se entregó a una intensa actividad como traductor de obras literarias occidentales, con tan buen oficio que algunas de sus traducciones (como las de Goethe, Schiller, Ibsen, Andersen o Hauptmann) están consideradas auténticos clásicos de la literatura japonesa. En 1899, Mori se casó con Toshiko Akamatsu, hija del almirante Noriyoshi Akamatsu, aunque se divorció al año siguiente. Se da la casualidad de que su casa, situada en el distrito tokiota de Hongo, donde escribió gran parte de sus obras tempranas, se la alquilaría más tarde al también escritor Natsume Sōseki, que compuso en ella sus primeras novelas, como Soy un gato o Botchan. De hecho, el inmueble, aún hoy en pie, se conoce como «la casa del gato». En 1907 se le reconocieron de manera oficial sus méritos médicos y militares, y Ōgai Mori fue ascendido al cargo de General Médico, el puesto más alto de su rango.

Además de La bailarina, Mori escribió algunos de los cuentos más brillantes de la moderna literatura nipona, como El ganso silvestre (1913), Sansho el camarero (1915) y La barca en el Takase (1916). Asimismo, escribió apreciables novelas, como Vita Sexualis (1909). Murió en Tokio en 1922.

Redacción: Mariona Rivas Vives

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