El XVIII Salón del Manga: el evento más esperado del año por los otakus

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Del 1 al 4 de noviembre se celebró el XVIII Salón del Manga, un evento tan sumamente esperado como importante que este año ha cambiado su emplazamiento tradicional de La Farga de l’Hospitalet a la Fira de Barcelona. En este gran evento se reúnen fans del manga y el anime, cosplayers, editoriales, distribuidoras de anime y videojuegos… y eso sin contar también con la presencia de restaurantes japoneses y esos pequeños comercios dedicados a difundir la cultura nipona y que venden todo tipo de artículos exclusivos. Pandora Magazine estuvo esos cuatro días sin perderse detalle de los eventos y disfrutando al 100% del ambiente y la diversión que nos propone dicho acontecimiento. Y aquí os traemos una crónica sobre lo más importante y destacado del salón.

¡Empecemos!

El Salón del Manga es un evento que muchísima gente espera con ansias e ilusión todos los años. Algunos pensarán que es un salón donde pandas de frikis del manga y los videojuegos se reúnen para comprar más frikadas de las suyas; para otros es muchísimo más que un espacio de ocio. Es un lugar para adquirir todo tipo de merchandising de las series preferidas, de encontrar gangas, de enterarse de los nuevos lanzamientos que próximamente las editoriales lanzarán con ilusión al mercado para gran satisfacción de los otakus, de emocionarse ante la presencia de algún mangaka japonés que viene especialmente al salón para reunirse con sus fans occidentales, también es un lugar idóneo para exhibir con orgullo los disfraces de sus personajes preferidos que con gran esfuerzo han estado confeccionando y añadiéndole los complementos adecuados para perfeccionarlo.

El ambiente era fabuloso: gente por doquier cotilleando y comprando manga, haciendo fotos, exhibiendo sus disfraces, cantando en el karaoke, bailando y comiendo ramen.

En el salón se podía disfrutar de paraditas de toda clase: desde los típicos stands de tiendas de comic, de las editoriales más importantes -Ivrea, Planeta, Norma, EDT no iban a faltar al evento- y distribuidoras de anime como Selecta Visión, hasta puestos de ramen y sushi para llevar, paraditas de merchandising atiborradas de posters, peluches, camisetas, chapas y disfraces. Incluso hay que destacar en especial las paraditas de esos pequeños comercios dedicados exclusivamente a difundir la cultura nipona que vendían todo tipo de artículos fabulosos (como figuritas, literatura japonesa, libros sobre sus mitos y su cultura en general).

Y hablando de stands… como devota admiradora que soy de Japón y de su cultura me gustaría hacer también una mención especial al stand de la Editorial Satori, que aprovechando el Salón del Manga presentó la publicación de su último libro sobre cultura japonesa: Yokai, Monstruos y Fantasmas en Japón, escrito por Chiyo Chida y Andrés Pérez Riobó. Esta editorial es una maravilla, la adoro. Personalmente creo que hacen una magnífica tarea tanto a la hora de presentarnos un catálogo variado e interesante y con muy buenas traducciones como las ediciones de sus libros, que sinceramente son una preciosidad. Ese día me llevé una de sus joyitas literarias, Namiko (de Tokutomi Roka), libro que deseaba desde hacía mucho tiempo. Si buscáis buena lectura japonesa os recomiendo echarle un vistazo a su catálogo. No tiene desperdicio.

Exposiciones

En esos cuatro días que duró el salón pudimos disfrutar de unas cuantas exposiciones (dos de ellas conmemorativas) que a muchos fans les encantó…

La mejor exposición de todas: la de la mítica serie Dragon Ball. Siempre ha sido uno de los mangas más queridos y venerados por la gente y, pese a los años que han pasado, dicha serie sigue acumulando seguidores por todo el mundo. Ahora en España Dragon Ball está de celebración por los veinte años de la primera edición española. Son muchos años disfrutando de luchas, malos malísimos queriendo destruir el mundo, de búsquedas incansables de las míticas bolas de dragón y sobre todo de grandes personajes que han hecho de esta serie un fenómeno social. ¡Y qué mejor forma para celebrarlo que organizar una encantadora exposición sobre este veneradísimo manga y su mangaka Akira Toriyama! Y eso sin mencionar la edición especial, limitada y numerada que Planeta ha sacado para gran satisfacción de muchos amantes de este manga: en una preciosa caja vienen incluidos dos volúmenes de lujo que van desde el inicio de la historia hasta el primer torneo.

Y hablando de Dragon Ball… ¿sabíais que en esta edición del salón se batió el récord Guiness de más personas disfrazadas de los personajes de la serie? Fueron un total de 307 personas de todas las edades, y gracias a ellas se consiguió homenajear de una forma muy original a la más que mítica serie.

Otra exposición conmemorativa, aunque un poco más pequeñita era la de Porco Rosso. Esta película es una de las obras maestras del Gran Hayao Miyazaki y precisamente también cumple veinte años. El cerdo caza recompensas de Ghibli lleva volando por los aires desde 1992 y para homenajearlo debidamente se le preparó esta pequeña exposición con imágenes de la película y de su proceso creativo.

La tercera exposición: por lo visto el cosplay siempre ha sido y será el alma del Salón del Manga pero este año se ha notado mucho más, no sólo por la cantidad de gente que ha venido disfrazada sino también por esa pequeña exposición -aunque increíble y fabulosa- de varios trajes de cosplay expuestos maravillosamente en varios escaparates. Como que nos dejaron sin palabras de lo bonitos y bien hechos que estaban.

Y para finalizar las exposiciones de este año hay que mencionar una en particular: Manga a la carta. Este año el tema del Salón ha sido la gastronomía japonesa y ¿cómo no iba a faltar un pequeño repaso de la cocina nipona que siempre está muy presente en el manga y el anime? Aquí se encontraban algunos de los personajes más queridos y famosos –y sobre todo los más glotones– del manga. Por supuesto no iban a faltar personajes como Luffy de One Piece, Ranma de Ranma 1/2 o Miaka de Fushigi Yugi.

Conferencias y Mesas redondas

Mi compañera Elia y yo asistimos a una conferencia de lo más interesante sobre la esgrima japonesa. Se trataba de comentar las formas y los movimientos de la esgrima japonesa y compararlo con las escenas de lucha del manga. Un excelente y curioso trabajo que nos enseñó algunas cosillas sobre las katanas que muchos de los presentes no teníamos ni idea. ¿Lo mejor? Los momentos en que dos jóvenes hacían una exhibición de los movimientos con espadas de madera.

También hubo otras conferencias igual de interesantes como por ejemplo la que se llamaba Cosplay, el arte japonés del disfraz. Mesas redondas sobre temas diversos como el manga en el mundo árabe, el futuro del anime en la televisión, etc. Y uno de los encuentros más esperados fue el encuentro con los dobladores de la versión catalana de la serie One Piece.

Demostración de Aikido y esgrima japonesa

El sábado día 3 los de la Asociación Wa Rei Ryu nos ofrecieron un fabuloso espectáculo de aikido –un arte marcial que consiste en derrotar al adversario sin dañarlo- y de formas y movimientos de esgrima japonesa. Lo hicieron tan bien que se nos pusieron los pelos de punta, impresionante.

Gastronomía japonesa

Al ser la gastronomía japonesa el tema principal de esta edición del Salón era evidente contar con la presencia de varios talleres de cocina. Uno de los invitados estrella fue Takashi Ochiai, dueño y pastelero artesano de la Pastelería Ochiai de Barcelona, que nos enseñó a todos los presentes cómo hacer un dorayaki y un pastelillo mochi. Otros talleres de cocina igual de apetitosos fueron el de corte de pescado para sushi y cómo hacer okonomiyaki, gyoza, onigiri o ramen. Mmm… se te hacía a boca agua y te rugían las tripas con solo ver y oler esos platos típicos.

Y hasta aquí la crónica sobre el Salón del Manga. Un evento importante donde los otakus y los fans de Japón pueden disfrutar a sus anchas de varios días de manga, anime, cultura japonesa y degustando su deliciosa gastronomía.

¡El año que viene sin duda repetiremos!

Redacción: Mariona Rivas Vives

Fotografías: Elia Berné Vives y Mariona Rivas Vives