Ayer Francois Hollande se convirtió en el nuevo presidente de la República Francesa, con un 51.67% de los votos frente al 48.33% por ciento de Sarkozy.
Parece que Francia ha decidido votar un cambio no sólo para Francia, sino para toda Europa. El conglomerado Merkel-Sarkozy (Merkozy para los amigos) corre ahora peligro. Hollande no está a favor de la política de su antecesor. Merkel, poco animada por esta victoria, ya le ha invitado a Berlín para tratar el nuevo panorama europeo. Desde España Mariano Rajoy tampoco se ha mostrado muy animado, y ha señalado que es «su obligación» llevarse bien con los presidentes de los gobiernos.
Como comienzo de su mandato, Francois Hollande ha afirmado que “mi misión es dar a la construcción europea una dimensión de crecimiento, de empleo, de prosperidad, de futuro y es lo que diré lo más pronto posible a nuestros socios europeos y en primer lugar a Alemania”.
Esperamos que esto sólo sea el comienzo de una larga prosperidad europea.
Esperemos que este cambio de presidente vaya para bien y que el conglomerado Merkozy no se convierta en Merkollande…
Todo cambio trae esperanza.