Violencia de Género: cuando el enemigo es quien debe ayudarte

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Una noche en una Comisaría de policía:
 
Sobre las 02:30 horas de la madrugada Begoña acudió a la comisaría para interponer denuncia por una agresión física causada por su pareja sentimental Paco, con el que mantenía una relación sentimental desde hacía 15 años, y con quien convivía. Ambos tenían en común una hija de cinco años, Ana.
 
A petición de Begoña, y en ejercicio de los derechos que le dispone en calidad de víctima de un delito de Violencia de Género, se procedió a solicitar un letrado de oficio para que le asistiera en la práctica de las diligencias correspondientes.
 
A la espera de que se personara en la Comisaría el colegiado, el Agente fue leyendo los derechos que le asisten a Begoña, escuchando el relato de los hechos y comenzando a realizar la denuncia.
 
Begoña no cesaba en mostrar su preocupación sobre las posibles consecuencias penales que podría sufrir Paco como consecuencia de la interposición de la denuncia. Haciendo hincapié en que no quería causarle ningún problema penal, puesto que Paco se encontraba en la actualidad en libertad provisional por haber cometido presuntamente un delito contra la Salud Pública. Tampoco quería que sufriera represalia alguna con respecto al contacto y su relación con la hija en común, la menor Ana.
 
Se le informó sobre la posibilidad de solicitar una Orden de Protección, explicándole en qué consistía dicha Orden. Ante las dudas que presentaba Begoña, y para tranquilizarla, el Agente le aconsejó esperar a que el letrado se personara, para que le explicaría más profundamente lo que suponía la Orden de Protección.
 
El Agente, informó a Begoña de su derecho a interponer denuncia, narrando el episodio de violencia vivido, así como los episodios de insultos, amenazas y coacciones producidos por Paco.
 
A pesar de sus dudas iniciales, por las circunstancias narradas anteriormente, finalmente Begoña decidió interponenr denuncia. En consecuencia, el Agente le tomó declaración.
 
Sobre las 03:30 horas, se personó en la Comisaría el letrado.
 
Begoña solicitó al letrado que le explicase el contenido de la Orden de Protección, puesto que no quería causarle un perjuicio con ello a Paco.

 
El letrado le dijo a Begoña: «Lo mejor que puedes hacer si no quieres perjudicarle es no interponer denuncia. No declares. Yo te recomiendo que si no quieres causarle ningún mal, no pongas la denuncia. Siempre que se interpone una denuncia por Violencia de Género, el juez adopta unas medidas de alejamiento, y si no quieres que pierda la relación con tu hija, yo no lo haría. Luego si quisiera ver a la niña, tendría que estar presente un mediador de por medio… Tú sabrás si quieres eso para Ana.»
 
Ante estas afirmaciones, el Agente explicó a Begoña la importancia de la denuncia, puesto que había sido agredida, y ella era lo importante, que no se preocuparía por nada más que por ella.
 
Begoña se mostraba cada vez más confusa, nerviosa, y no cesaba de repetir que no sabía que hacer.
 
El letrado, al oír los argumentos del Agente, prosiguió: «Si no declaras, si no pones denuncia, será como si no hubiera ocurrido nada, porque no hay pruebas, habrá un sobreseimiento provisional. No tendrás ningún problema con él. Yo te recomiendo que no pongas la denuncia. El policía te va a decir que pongas denuncia, porque ellos quieren que las pongais. Pero yo te recomiendo que no la pongas, porque sé lo que hay detrás»
 
El Agente informó a Begoña, que aunque no interpusiera la denuncia, iba a celebrarse un procedimiento judicial, y Paco continuaría en los calabozos de la Comisaría. Puesto que Begoña tenía miedo que lo sucedido incrementaría el enfado de Paco.
 
El letrado prosiguió: «Tranquila, además no te agobies por no interponer denuncia ahora, porque si te vuelve a pasar esto otra vez, si te vuelve a agredir, cuando interpongas denuncia por esos hechos, puedes contar lo que te ha pasado hoy»
 
El Agente al escuchar lo expuesto por el letrado le indicó a Begoña que interponiendo la denuncia, y con las actuaciones que de ello se derivasen, se haría lo posible para que lo ocurrido esa noche, no se volviese a repetir, que esa es la finalidad, puesto que bajo ningún concepto, se debe esperar a ser nuevamente víctima de una agresión para interponer la denuncia.
 
Begoña comenzó a decir que Paco era una buena persona, que siempre se había portado muy bien con la hija que tenían en común, que no podría hacerle eso, que sólo había sido un golpe, que seguro que la agresión se había producido porque en estos momentos Paco se encontraba nervioso debido a sus problemas con la justicia.
 
El Agente indicó a Begoña, que debía pensar en ella, que había sido agredida, que no debía restar importancia a la acaecido esa noche, y le explicó la importancia que tiene la interposición de la denuncia. Así como que se deben denunciar no sólo las lesiones que se captan visualmente, ya que los insultos, las amenazas o las coacciones que Begoña había sufrido con anterioridad, ya eran constitutivos por si mismos de un ilícito penal.
 
El letrado, al escuchar las exposiciones del Agente, comenzó a decir: «No tienes por qué hacerlo ahora. No tienes por qué interponer la denuncia en este momento. Si quieres, mañana podemor seguir para adelante, pero si seguimos tienes que atenerte a las consecuencias. Interponer una denuncia tiene sus consecuencias. Es preferible para ti, y para mi, que no la pongas, a que la pongas y mañana en el juicio digas que no estás de acuerdo. Que te arrepientas, o la retires. Llevo muchos años en esto y he visto muchas cosas, por eso te lo digo. Piénsatelo tranquila, vas a casa, lo hablas con tus padres, y si mañana quieres ya lo harémos mañana.»
 
Ante el cariz que comenzaba a tomar la conversación, y ver lo confusa que se encontraba Begoña, el Agente le preguntó si quería tomarse un descanso para meditarlo tranquilamente, parábamos unos minutos y más tarde lo retomaríamos. Begoña aceptó y salió al exterior de la Comisaría en compañía del letrado.
 
A su regreso, Begoña, afirmó que se lo había pensado mejor, y que no quería interponer denuncia alguna porque no deseaba perjudicar a Paco, puesto que tenía bastantes problemas con la justicia en la actualidad, y no pretendía añadirle ningún incoveniente. Begoña dijo entre sollozos que no deseaba tener que ir a visitarle junto con su hija a la cárcel.
 
En consecuencia, y comprendiendo que Begoña había tomado una decisión, el Agente le entregó las citaciones para el procedimiento judicial en calidad de víctima. Y Begoña abandonó la Comisaría junto con el letrado, sin haber puesto la denuncia.
 
Si te dijera que esto pasó de verdad, ¿Qué pensarías?
 

 
Fuente Anónima
 
 

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