Con mis mejores deseos

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Tossa de Mar, 14 de marzo.

 

Urbi et orbe:

Buena manera de empezar ¿no? A la ciudad y el mundo. La ciudad es Roma. Me encanta. Si no la conocéis vale la pena hacerlo. He estado en otras capitales europeas, en Lisboa incluso dos veces, pero Roma es mi favorita. Me gusta pensar que vivimos una semana allí, en una habitación con suelo de madera y techos altos, que tenía un pequeño balcón por el que podías asomarte a la parte posterior de la Ópera. En el balcón de al lado, a veces sorprendía a mi vecino, gordo y en camiseta imperio, tendiendo los calcetines.

Una noche mi mujer y yo fuimos a cenar a La Fraschietta, una pizzería del Trastévere. Yo le había regalado por su cumpleaños su primera cámara digital, que aún funciona a la perfección, una hp indestructible, y la llevábamos siempre encima. Al llegar, la pizzería estaba llena y esperamos unos veinte minutos para que nos dieran mesa. Íbamos por el segundo plato cuando mi mujer quiso hacerme una foto. Consternada, me dijo que había perdido la cámara. Nos levantamos para ver si estaba en el bolso y el dueño de la pizzería se acercó a preguntarnos qué pasaba. Cuando se lo dijimos, empezó a dar palmadas y órdenes a los camareros. Me encantan los italianos, son fantásticos, expresivos. Gesticulan para mostrarse que están vivos. Camareros y camareras empezaron a dar vueltas y mover sillas de un modo tan aparente como ineficaz. De repente, mi mujer advirtió que tenía la cámara junto a su pie.

Avergonzados, llamamos al dueño para decírselo. Lejos de enfadarse, nos mostró una amplia sonrisa y dijo “oh, signori, sono tanto contento per lui”. Acto seguido, bajando la voz, nos dijo que de todos modos él sabía que era imposible que nos la hubieran robado, pues el resto de los comensales eran de Cáritas.

Pues ya tenemos Papa. Argentino con raíces italianas. Me gustó lo que dijo de que sus hermanos habían ido a buscarlo al fin del mundo. El humor es un grado. Ratzinger no era chispeante, precisamente. Curioso que lo mejor que ha hecho, lo que permanecerá en la historia del Papado, sea su renuncia. También me gusta el nombre, Francisco, porque hace referencia a San Francisco de Asís. Por lo demás, joven no es el hombre, no. El Vaticano debe de ser una de las pocas instituciones donde no has de ser joven o fingirlo para triunfar. Otra es el Partido Comunista Chino. Se hicieron muchos chistes sobre el hecho de ser argentino y la duración de los sermones, como si todos los argentinos fueran Mennotti, pero después se ha sabido que sólo tiene un pulmón, por lo que digo yo que los sermones serán cortos. Aunque tal vez sean largos con largas pausas. Antonio Vivaldi, que nunca fue un sacerdote muy celoso de su oficio, siempre ponía como excusa su asma para no decir misa. Y, por si fuera poco tener un solo pulmón, a la hora escasa de salir a saludar al balcón ya corría por twitter que había colaborado con la Junta Militar Argentina, aunque después se ha dicho que las fotos dándole la comunión a Videla eran falsas y uno de los medios que había apuntado la posibilidad en 2010, The Guardian, publicó una nota pidiendo prudencia ante estas informaciones. La prudencia deberían haberla tenido ellos en 2010 ¿no?

Mientras tanto, en el mundo de ilusión y fantasía de Alicia Sánchez Camacho, esta renuncia a la escolta de los mossos d’ esquadra porque no se fía de ellos, y toma otra de la policía nacional. Homs y Mas tampoco se fían del Ministerio del Interior. Debe de ser muy duro trabajar de policía, pudiéndote llevar un tiro cualquier día, y aguantar todo este mangoneo y estas niñerías. A Alicia van a acabar llamándola La Despechada. Ella, que estuvo a partir un pinyol con Artur, ese galán que entra en la madurez, proclive a las metáforas marineras, que sólo tiene una idea, pero enraizada: la de que está llamado a grandes cosas, las que sean. Lo del PP y CiU cada vez me recuerda más a esos tipos que amenazan con pegarse en un bar y piden al resto de la concurrencia que lo impidan y los separen. Y al final no pasa nada.

Y, a la chita callando, Pere Navarro, del que nos hemos reído todos, consigue que se apruebe una moción suya para una consulta a la escocesa en el Parlament, con un 77% de votos a favor, y que el PSOE replantee su relación con el PSC a la bávara. Si yo fuera Rajoy, compraría la idea de la consulta escocesa. Con habilidad inglesa, fijaría un calendario que llevaría la consulta después de 2014 y pondría en marcha medidas que favorecieran la autofinanciación de Catalunya – y de las comunidades autónomas-, pero Rajoy piensa que basta esperar que la cosa se pudra y que, por ejemplo, dejen de pagarse fármacos y sueldos en la sanidad catalana, para que el Govern de Mas caiga. Lo que aún no ha entendido y no parece que vaya a explicárselo nadie es que la gente no se enfadará con Mas, sino con él. Es cierto que la otra opción contaría con la oposición furibunda de parte de sus votantes y de su partido, pero no olvidemos que Adolfo Suárez era de Falange y pertenecía al Movimiento. Y mira.

En resumen, esperemos a ver por dónde nos sale el Papa y recemos – aun los agnósticos, los laicos, los ateos, o que se lo pidan a una energía, o que lo llamen equis- para que los políticos de esta pobre, bruta, trista i dissortada pàtria asuman un mínimo de sensatez.

 

Con mis mejores deseos.

Redacción: Jerónimo Fernández Duarte

 

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