¿Qué nos pasa con Eurovisión?

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Pues eso, ¿qué nos pasa?

El español tiende siempre, y desde siempre, a quitarse el valor que tiene. Menospreciamos a nuestros ilustres pero, si hay algo que nos nubla la razón y nos ciega, es Eurovisión.

Hables con quién hables, comentes con quién lo comentes, “nuestra” canción siempre es buena, la actuación brillante y el jurado una panda de gilipollas.

¿De verdad?

Veamos, Eurovisión está muerta, es un hecho; y para muestra un botón. Se han inventado las mil y una para salvarla: cantar en inglés, traer a Timberlake a pasearse por un continente que dudo mucho sepa situar en el mapamundi, o reubicar Australia. Quién sabe, tal vez sean los más europeos de la otra cara del globo.

Eurovisión es un recuerdo para muchos, recuerdo de lo que fuimos, de lo que vimos o de cómo lo vivimos pero sólo eso, un recuerdo.

Eurovisión es ese primer novio que te dibuja una sonrisa pero no quieres volver a ver, éramos unos niñatos y el festival se quedó en eso, en cuando todos éramos unos niñatos.

Vale, era divertido cuando eras un piojo. Ese día cenabas latas y tortilla de patata, podías beber Coca-Cola y te dejaban trasnochar, pero nada más. Quédate con eso, pero no intentes imitarlo.

En general las canciones a concurso son aburridas. Hechas toda y cada una de ellas en base a un mismo compás, cantadas, cada vez más, en la misma lengua y con diferencias en las coreografías o en la vestimenta, poco más.

La música no es puesta en valor, otras muchas cosas priman, todos los sabemos y aun así nos empeñamos en querer participar y vitorear lo que debería de darnos, cuando menos, vergüenza ajena.

¿Estás seguro de qué España siempre es de las mejores?, ¿o qué se merece estar en otro lugar distinto al que ostenta desde hace años?

Se da un curioso fenómeno con ello al igual que el que se da con el fútbol (por poner un ejemplo de amplio espectro), nuestra selección siempre es buena, los demás están equivocados……

Pues no. Espabila. España presenta canciones lamentables de cantantes del montón falseando una voz que no tienen. Todos dan mucho valor al grito y la potencia, pero sin control todo queda en un griterío sin sentido.

En resumen, conocer la música que nos rodea no se suple tragándose 4 horas de televisión. Sal de casa, acércate a la música de tu ciudad, pídete una caña, lleva a tus niños a conciertos, edúcalos en la diversidad musical y puede que, tal vez entonces, abras tus oídos a algo más que ruido.

Eurovisión está muerta, ¡viva la música!

Sobre Laura Espasandin

Aprendiz de todo y baterista en R2.