Los Planetas – Una semana En el Motor de un Autobús

Print Friendly, PDF & Email
18 Votos obtenidos¡Vótame!

Una de las premisas de este encuentro dominical con nuestros lectores es ofrecer la visión de un disco reciente. Pero hoy nos lo saltamos a la torera. Y es que Octubre (Sony) ha acertado de pleno reeditando Una Semana En el Motor de un Autobús (1998) el que fuera tercer disco de estudio de Los Planetas. Incluyendo para la ocasión además del trabajo original ocho demos. Todo un hito generacional revisado.

J, Florent, Eric y Kieran en el cuarteto inicial. Y en el banquillo, Banin, Jesús Izquierdo y Kurt Ralske, productor del disco, grabado en Nueva York. El gran Javier Aramburu se hizo cargo del diseño y las ilustraciones.

El desamor y las drogas son los dos raíles por los que se arrastra una carretilla sonora excelsa, repleta de capas y matices, en un momento en el que (como bien relata Nando Cruz en su libro sobre este grandioso disco) la formación estaba a punto de desaparecer. Quizá de las cenizas de su autodestrucción personal surge la genialidad, a modo de pequeña llama irreductible. Quizá solo así se puede narrar con semejante sencillez el trago que supone decir adiós. Y levantarse.

J se permite el lujo de narrar en cada canción sensaciones que son tuyas. Que quizá nunca te has parado a pensar. Que están ahí, en un rincón del subconsciente, generando un nudo en la garganta que te impide beberte la vida a tragos. Que escuecen, pero que a la larga cicatrizan. “Es imposible que hayas olvidado lo que los dos podíamos hacer. Y si esto que ha pasado va a pasarnos otra vez, y si todo ha sido en vano, no tienes que volver”, nos dicen en Segundo Premio. “Esta vez ya nadie te va a preguntar, porque no aguantaría una mentira más. Y qué vas a ofrecer, si lo que antes te sirvió no tiene ya ningún valor”, patalean en Desaparecer. Y luego viene La Playa, quizá la canción que mejor expresa la amargura de los celos. “Y me fui hasta la playa para ver lo que pasaba, y te estuve persiguiendo comprobando si era cierto lo que todos me decían sobre ti”.

En Parte de lo que me Debes entra en juego el arrepentimiento “A veces pienso en lo estúpido que fui, las fuerzas que gasté, el tiempo que perdí”. Nuestro yo interior se hace eco en Un Mundo de Gente Incompleta “Sé tu mismo, repetimos una y otra vez, pero para ser yo mismo ¿Cómo tengo que ser?”. Ciencia Ficción supone una patada rabiosa contra lo establecido que bien podría convertirse en un himno de reivindicación política “Mirad vuestros negocios y nuestras familias, porque vamos a mostrar vuestra misma piedad. Porque seremos cientos por cada uno de los vuestros”. Las piernas tiemblan en Montañas de Basura, donde está presente el miedo a equivocarse “ Que me va a pasar si me entrego y no funciona, que va a pasar si me tiro al barro ahora y sale mal”. Cumpleaños total es una alegoría a los estupefacientes, Laboratorio Mágico y Toxicosmos suponen un recorrido surrealista ante los efectos que estos nos generan “Y estallan los sentidos en colores aún por inventar”.

En Línea 1 (que hace mención al autobús que utilizaba J en Granada para ir a pillar) se juntan las ganas de dejarlo “Iba a hacerlo esta mañana, levantarme de la cama, comprar algo de comida y empezar con otra vida” y la procrastinación “y después pensé mejor que no, y puse la televisión, subí a pillar un poco más, después de todo esto no está mal”. El disco se cierra con La Copa de Europa, canción catártica que invita a reflexionar sobre el tiempo perdido.

Ellos plantearon una semana en el motor de un autobús. Nosotros llevamos 15 años y todavía seguimos sin querer bajarnos. Aunque haya Pilotos, Evangelistas o hasta un Grupo de Expertos que nos lo aconseje.

Crítica: Chris Val

Sobre pandoramgzn