Bienvenidos a una reseña poco convencional de un grupo poco convencional, de nombre impronunciable y difícil de etiquetar. Ellos se autodefinen como un grupo independiente de soul futurista. Y parece una descripción bastante precisa, aunque se queda corta a la hora de catalogar semejante batiburrillo sonoro. Si bien es cierto que el R&B conforma el hilo conductor del trabajo, está tratado desde una óptica muy diferente. Y es que se nota a leguas que el disco rezuma una cuidada producción al más puro estilo hip hop. Y aquí es donde radica su verdadera grandeza, el aspecto que le confiere una apariencia muy diferente a todo lo que solemos escuchar dentro de este manido género musical, porque casi todos los experimentos en los que se mezclan ambos estilos suelen resultar apabullantemente simplones, o extremadamente barrocos . Aquí encontramos canciones deliberadamente soul revestidas de bases y beats más propios del rap, y aderezadas con manejos decentes de estructuras jazz.
Banda formada en las antípodas (Melbourne mon amour) Tawk Tomahawk es su primer disco de estudio. Y en vez de arrugarse, se marcan un farol de hercúleas proporciones. Y todos nos retiramos ante la desfachatez de su apuesta. Y ellos ganan, claro. Liderados por Nai Palm, que hace las veces de front girl, pero también de guitarrista y compositora, posee una voz memorable que se ensambla con precisión milimétrica a los instrumentos, para conformar un disco homogéneo, tremendamente escuchable pese a lo poco convencional de su propuesta.
Bien es cierto que existen canciones que harán las delicias de los puristas del género (Nakamarra), pero el grueso del disco supone una refrescante inyección de innovación (Ocelot, Boom Child). Diez canciones y un remix final para un trabajo en el que toca quitarse el sombrero ante el artwork de la portada, donde un cánido amedrenta a una bandada de pájaros de papel que dejan en el aire cintas rojas a modo de estela. El contenido del disco no es tan surrealista, pero supone un soplo de aire fresco para un estilo musical en ocasiones anquilosado. Una vuelta de tuerca a Georgia Anne Muldrow. El pasito que aún no se atrevió a dar Erykah Badu. Y nosotros encantados de que le hayan echado agallas, oiga.
Crítica: Chris Val
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