Copérnico vivió dos conciertos perfectos

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Jaime Vicens con su guitarra en formato dúo abriría el concierto,  siete cortes con una colaboración de por medio y con el recuerdo de Antonio Vega. Con la precisión de un cirujano viviríamos  momentos especiales como la cover de «Atrás»  o el duelo al sol a tres voces (subiría al escenario la hermana de Jaime Vicens) en «Tiempo muerto».  Demostraría en esos siete cortes que su capacidad para ofrecer un concierto perfecto era patente y real. Dos guitarras que junto a una parte vocal transmitirían mucho más que algunos grandes. Un telonero de excepción que enamoraría y nos haría esperar con más ganas a La Banda de Fesser.

Era el momento de La Banda de Fesser, era el momento del rock agridulce y de temas emblemáticos como «Japón», » Arde Madrid»  y  «Susi». Un concierto de fin de tour, un tour glorioso y que será mucho mejor en su siguiente edición. Una banda que sabe conjugar el mejor rock nacional de los 80/90 con la frescura del mejor brit rock, que el blues y la escena madrileña se  nota en cada acorde, un rock malasañero con aires a Calamaro, Burning y a Loquillo. Un concierto lleno de momentos perfectos como cuando Alberto se bajó a ver a los fans o cuando interpretó «I’M still standing»,  pero la banda no solo nos deleitó con un show,  interpretaron sus temas de forma sublime, enamoraron y sorprendieron. Son una big band y la mejor a nivel nacional, son el emblema del rock.  El cantante de Kitai les acompañó en  «Tu vida»  mientras Alberto tocaba los timbales.  Debo decir que Carlos hizo un concierto perfecto.

Los bises eran una obligación y  antes de «Agarrado»,  les vimos subir al escenario entre el público con una bandera que luego sacarían en «Mr Promesas»,  dieron su último recital por el momento demostrando que el rock agridulce es el mejor rock.

Crónica: Jero Romero (@jero22ind)

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