Cocorosie – Tales of a Grasswidow

Print Friendly, PDF & Email
17 Votos obtenidos¡Vótame!

Las hermanas Sierra y Bianca Cassady nos evocan habitualmente una imagen recurrente. Un bosque frondoso, tupido, que apenas deja entrar la luz del sol, y que arde en llamas de colores, desgastándose lentamente, pero sin consumirse jamás, dotando la escena de una decadente belleza caleidoscópica. Las reinas del folk marciano están de vuelta con su quinto trabajo de estudio bajo el brazo, poniendo encima de la mesa una colección de once canciones que suponen un billete de ida a bucólicos parajes sonoros.

La patente de la casa se mantiene intocable en Tales of a Grasswidow, una impronta musical que las hace inimitables. El toque naif, el gusto por la espontaneidad y lo ingenuo sin despreciar unas trabajadas letras llenas de metáforas enrevesadas, las voces líricas (aunque bien es cierto que pierden protagonismo con respecto a anteriores trabajos), la sonoridad vocal que recuerdan de forma obligada a Björk o Joanna Newsom, el uso de instrumentos poco convencionales, la comunión constante con la naturaleza usando sonidos que recuerdan a melodías ancestrales, o la forzosa colaboración (una vez más) de la omnipresente voz de Antony Hegarty (sí, el de Antony and the Johnsons, una especie de musa para estas hermanitas franco-estadounidenses, que se deja ver en esta ocasión en el segundo corte).

Pero la principal diferencia radica en un abandono de su faceta más lo-fi, que se va difuminando conforme han adoptado su ganada a pulso madurez musical (unas canas que les sientan mejor que bien). Un toque más electrónico, que recuerda por momentos a Múm. Un sonido más sombrio, por momentos difuminado. La apertura del disco, con la inconmensurable After the afterlife, es un buen ejemplo de lo descrito. Menos juguetitos infantiles, más sintetizadores. Y aún así, resulta un LP que huele a madera, forjado de forma artesanal en cabañas de paja azotadas por el viento. El single, Gravediggres, supone su apuesta más pop en un disco lleno de rincones por descubrir. Mayor amplitud de miras con reminiscencias a lo que siempre fueron, pero renovándose hasta sonar atemporales y alejadas de cualquier etiqueta. El resultado, un disco para degustar un domingo en el que las prisas no conformen el menú del día.

Crítica: Chris Val

Sobre pandoramgzn