Bigott – Blue Jeans

Print Friendly, PDF & Email

7 Votos obtenidos¡Vótame!

Borja Laudo se hace llamar Bigott pero lleva barba, y no bigote. Y es todo lo que debes saber de él por el momento.  Conociendo su fina ironía y su desmedido sarcasmo, seguro que preferiría que estas líneas se ocuparan en dotar de credibilidad a  alguna falacia sobre su persona, como su gusto desmedido por los insectos, que le ha llevado a dirigir seminarios sobre entomología en la prestigiosa universidad de MontPernil, con agrios debates que acabaron con los presentes hospitalizados por heridas de arma blanca.

Ya les hemos puesto en antecedentes sobre la personalidad de este insigne zaragozano. Aunque me acabe de inventar todo. Eso es lo de menos y sirve para ilustrar la idea principal: Bigott no debe ser humano. Vive en su burbuja, alejado del mundanal ruido. Con el sentido del humor por bandera (si no de qué pondría títulos a sus canciones como I Got Dengue, Mouse Mousse o Female Eunuque).

Con un regusto permanente por los ritmos tropicales, la bossa nova. Haciéndose acompañar por coros de voz pitufada (como en el single, Find a Romance), silbidos, palmas, coros femeninos repletos de adrenalina, xilófonos, letras lisérgicas alejadas de lo convencional y siempre en inglés, ritmos juguetones-infantiles-naif de los que hacen sonreír por doquier (al más puro estilo The Go! Team)  y su voz. Grave. Cavernaria. Que da la sensación de que seguirá morando el planeta Tierra una vez se apague el Sol. Inalterable al cambio, desde los medios tiempos (King of Demo) hasta cuando toca poner cara de frenética velocidad (Troupe of Royal). Consigue moldear el tiempo a su antojo. Como Dalí con sus relojes derritiéndose. La comparativa puede resultar algo gruesa. pero al final son casi vecinos, ambos surrealistas y a los dos se les conoce por su vello facial y sus excentricidades.

Blue Jeans, que así se llama su sexto disco de estudio, presenta una portada hecha a base del collage de fotografías antiguas. De mujeres, animales, vehículos motorizados o ejércitos confederados situadas de forma yuxtapuesta, en blanco y negro y en color. Y juro por lo más sagrado que es justo lo que encontraréis dentro del disco. Tal cual. Un nuevo ejercicio de la más absoluta honestidad, Bigott. Bien por ti, muchacho, no cambies nunca.

Crítica: Chris Val

Sobre Lourdes Caiminagua