Título: Suerte
Autor: Bárbara Blasco
Editorial: Ediciones Contrabando
Páginas: 199
ISBN: 978-84-940861-2-0
Precio: 12
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La novela Suerte es el punto cero de la escritora Bárbara Blasco, de quien la solapilla de interior enaltece una multiplicidad de oficios transitorios y deja claro que esta salida a descubierta no llega precedida de esos umbrales que son las antologías, las revistas y los concursos con derecho a publicación. Así pues, Suerte visita los escaparates como carta de presentación de una voz de estreno que, desde las primeras páginas, deja clara su vocación proustiana, el gusto por la literatura de interiores.
En el retablo de personajes hay uno que pronto resalta como identidad singular: Adela. Sus rasgos son los del perfil femenino en el filo herrumbroso de la madurez. Ama de casa, madre de dos hijos crecidos y autónomos, y esposa en la parada fuera de servicio de un viaje existencial repleto de frustración y melancolía. Su desnorte es palpable; tanto que confía en ese autoengaño casi pueril del tarot y la videncia que puebla los horarios televisivos de la madrugada.
Atinado contrapunto de Adela es Raúl, a quien el traje cultural le viene grande porque ha hecho del ejercicio de la docencia una sucesión de gestos hueros, un acopio de inercia. Lo mismo ha sucedido en su convivencia de pareja; ningún deseo, ninguna voz para el asombro, sólo la certeza de que lo compartido está bajo una dermis de ceniza y polvo. Raúl ha abandonado su propia autonomía de pensamiento para hacer suyo el pensar de los otros; las citas del bagaje literario son claves para explicar el mundo en la apaciguada versión de un presente vacío.
Son dos islotes perdidos en el mismo mar de lo diario, frente a un horizonte encogido, que niega cualquier expectativa. Si alguna vez, entre los dos –y aquí Proust deja un renglón áureo- “el amor es el espacio y el tiempo medido por el corazón”, el lunes vital se ha encargado de convertir en páramo el espacio afectivo compartido. Nada queda de aquella alumna, exhalando belleza y juventud en el pupitre, ni del profesor de verbo brillante capaz de seducir. Son dos extraños que comparten cama con pudorosa distancia.
Queda el reclamo del superviviente, una luz tras cualquier esquina de lo imprevisto. Y a ello se aplica Adela con la confianza decrépita de quien no tiene nada que perder. El azar no decepciona, aporta un nombre propio, Celia, una estudiante, antes inadvertida en el fondo del aula, y ahora rescatada al primer plano, tras el encuentro fortuito en una cafetería. Es el arranque de un tiempo distinto. No es guapa, pero supone ese estímulo adicional que el deseo requiere para salir del letargo. Pero es el azar siempre improvisa, confunde voluntades y sorprende con presencias nuevas y paisajes por explorar, como Morgana, la vidente.
Bárbara Blasco acierta en el dibujo de los personajes sobre un fondo urbano en el que es posible reconocer el desconcierto del yo contemporáneo. Un presente con agenda al completo, pero sin tiempo para lo que realmente importa. Y acierta también en el ritmo del hilo argumental, en la sucesión de incidencias que dejan siempre un rastro de interés y complicidad. Casi siempre, el primer libro es un ejercicio de tanteo, un aliño de taller que esconde desajustes. Suerte es una novela bien construida y ágil; no requiere ninguna benevolencia. Sólo el disfrute que ya vislumbra el latir confiado de la próxima entrega de Bárbara Blasco.
Redacción: José Luis Morante
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