Este año se temía que las lluvias pasaran por agua esta fiesta, pero por suerte lució el sol para que cientos de personas se acercaran a Barcelona para disfrutar de esta fiesta anual.
Libros, escritores, lectores. Todos se dan cita en Sant Jordi. La leyenda cuenta que un dragón atemorizaba a un pueblo de Catalunya (se dice que Montblanc, aunque varios países se atribuyen la leyenda) y todos los años le entregaban una virgen para alimentarle. Un año fue la princesa a la que le tocó en suerte ser llevada como alimento draconiano. Pero fue salvada por un caballero que dio muerte al dragón con su espada. Del dragón brotó sangre que se convirtió en una rosa roja que el caballero entregó a la princesa.
Y como todos los años Barcelona amanece el 23 de Abril entre rosas rojas y libros, ya que un 23 de abril también se conmemora el fallecimiento de los escritores Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega.
Colas inimaginables para conseguir la firma del autor del momento, nervios por la espera, emoción al comprobar después, libro en mano, que nuestro autor nos ha dejado su huella personalizada en nuestro libro favorito. Este año estuvieron entre otros Carlos Ruiz Zafón, Federico Moccia, Enrique Vila-Matas, Eduardo Mendoza, Almudena Grandes, Christopher Paolini, Laura Gallego, Eduard Punset, Albert Espinosa o Aleix Saló. Los más frikis suelen hacer el día antes un listado con los horarios y lugares en donde los autores estarán firmando (Mariona y una servidora reconocemos que estamos incluidas en ese grupo)
Este año hubo más organización en el tema de firmas, aunque en la Fnac de Plaça Catalunya hubo bastantes quejas, ya que había una única cola para varios autores lo que hizo que se acumulara demasiada gente para unos autores y para otros estuviera casi vacío. Pudimos hablar un momento con Ruiz Zafón, que entre ayudantes y movimiento de libros, nos dio las gracias por haber asistido el día anterior al Palau en donde estuvo con Buenafuente, y le pedimos que no tardara en volver a hacer un evento de ese tipo. También Vila-Matas nos comentó que París era una de las ciudades que más marcaban a las personas en el mundo (os estamos preparando un especial parisino que en breve os daremos a conocer) Màxim Huerta sonrió a nuestra cámara al ver que nos acercábamos al gran tumulto que suscitaba su presencia. Albert Espinosa tuvo el detalle de quedarse firmando libros hasta que no quedara gente, y no sólo cumplir el tiempo de rigor que se marcaba. Todo un detalle que también tiene siempre Eduard Punset con sus lectores. Moccia, siempre enfundado en su gorra, tuvo tiempo para dejar fotografiarse con todo el mundo al que firmaba libros, y sus ayudantes actuaban de improvisados fotógrafos. Ya por la tarde se formó una aglomeración bastante importante en la carpa de Casa del Libro en Passeig de Gràcia, ya que colocaron seguidos a Laura Gallego, Risto Mejide y Ana Obregón. Se vio gente repartiendo cubrelibros del último libro de Risto indicando que podían ponerse con él a la cola para que se lo firmaran. Todavía nos preguntamos el motivo de este hecho…
Os traemos las mejores imágenes del día.
Redacción: Mariona Rivas Vives y Beatriz Ibán Diezhandino
Fotografía: Beatriz Ibán Diezhandino
Ejeeeeeem!!! Ya te iba a pegar con lo de «los más frikis suelen hacer el día antes un listado con los horarios y lugares». Suerte que después has puesto esos maravillosos paréntesis jajaja. Qué gran día… pero siempre se me hace tan corto… 🙁 Ahora a esperar al año que viene y empezar la cuenta atrás de nuevo.