«Él es marqués. Vive en un castillo que heredó de sus antepasados, aislado del mundo, encerrado entre sus frías paredes, huyendo de los rumores que lo acusan de haber cometido un crimen atroz.
Yo soy Micaela, y soy la panadera. Hace poco que me he instalado en este bonito pueblo costero, donde me he montado una panadería chulísima. Me va bastante bien, porque mi pan es tradicional, el mejor de la zona, nada de masa congelada.
¿Y qué pueden tener en común un marqués y una panadera?
Aparentemente, nada.
A menos que sea yo misma la que reparta el pan a domicilio cada mañana en mi vieja furgoneta y que el castillo se encuentre en mi lista de clientes. Y que una mañana me colara en él para que me firmaran un recibo y de esta forma, un tanto brusca, hubiera conocido al famoso marqués.
Tal vez, a pesar de nuestros mundos distintos, tengamos más en común de lo que nos podríamos llegar a imaginar.»
FICHA TÉCNICA DEL LIBRO
Autora: Lina Galán
Editorial: Planeta de Libros
Sello: Zafiro
ISBN: 9788408177562
Género: Erótico/Romántico
Número de páginas: 300
La vida de Micaela no ha sido fácil. Siendo una marginada desde pequeña se refugiaba en la panadería de sus padres y en la lectura, la cual era su pasión. Hasta que cumplió los dieciocho años y, por ignorancia o trastorno hormonal, a saber… empezó a frecuentar a gente nada recomendable, sobre todo a una persona en particular que, con su verborrea y encanto, consigue sumerger a Micaela en una espiral de autodestrucción. Hasta que un día su mala cabeza e inmadurez le meten en un lío muy serio que le causará remordimiento de conciencia de por vida. Ocho años después, restablecida y más madura, acaba levantando su propia panadería en un pueblo situado en la costa de Tarragona. Con esfuerzo, ganas y mucha ilusión dará forma a su sueño con ayuda de amigos muy pintorescos. Entre las direcciones de las entregas a domicilio se encuentra la del Castillo del Marqués de Requesens, un hombre huraño y atormentado que más que hablar, ladra. Pero Micaela no se achanta ante sus desaires y consigue darle vidilla a su día a día. Pero lo bueno dura poco y el pasado siempre regresa para ponerte la vida patas arriba y de la peor de las maneras. A ver cómo se las ingenia Micaela con la panadería, con el Marqués y con todo lo que se le avecina.
Bueno, bueno, bueno… qué sorpresa me he llevado con esta novela y, por supuesto, con su autora. Es lo primero que leo de Lina y sin duda alguna no será lo único. Ahora como siempre hago voy a entrar en materia y os hablaré sobre los personajes, la pluma de la autora mis impresiones y qué es lo que vais a encontrar en esta historia. Empecemos con nuestros protagonistas: Micaela y el Marqués.
Micaela: una mujer que aún sintiéndose atormentada por el pasado, decide seguir adelante. Es curiosa, impulsiva, con una boquita de piñón de mucho cuidado, no tiene filtro y, a la par, es bondadosa, cariñosa, muy carismática, apasionada, perseverante y muy ingeniosa. Su cabezonería hará que en más de una ocasión la líe con el Marqués. Pero es un toma y daca que mantiene a ambos en guardia, y sobre todo, expectantes por conocer el siguiente movimiento del otro. Los monólogos que mantiene consigo misma no tienen desperdicio ninguno os lo aseguro.
El Marqués de Requesens: un hombre hosco, retraído y desagradable en muchas ocasiones. Vive enclaustrado en el castillo como penitencia de sus errores pasados. Al igual que Micaela, el remordimiento no le deja vivir y las cicatrices, tanto internas como externas, serán las encargadas de recordárselo cada día. Un soplo de aire fresco en forma de cotilla y deslenguada panadera hará que su vida de un giro. No podrá resistirse al dulce y maravilloso aroma a pan recién hecho que desprende Micaela.
Hay un gran elenco de personajes secundarios y, como siempre, os voy a dar a conocer un poco a los que más me han llamado la atención.
Salva: un chico que está más que acostumbrado a que lo juzguen a primera vista. Será el «salvador» de Micaela cuando más ayuda necesitará, aparecerá de la nada para hacerle la tarea más fácil.También tiene secretos pero, lo que tiene de rudo, lo tiene de bonachón y protector. Micaela no sabrá vivir sin él.
Claudia: una auténtica guerrera, es un torbellino de rizos que aparecerá en el momento menos oportuno, pero se ganará el corazón de Micaela y acabará formando parte de esta pequeña y pintoresca familia junto a Salva.
Paula: un amor de mujer, es todo bondad y se ofrece para lo que sea necesario, ya que su vida es bastante monótona. Este personaje en especial, me ha tocado mucho el corazón por su fragilidad por un lado, y por su fuerza y valentía por otro. Otra aportación a esa familia pintoresca que se va creando.
La señora Berta y el señor José: dos ancianos encantadores al igual que chismosos que dan mucho juego a la historia.
Doña Julia: ama de llaves del castillo del Marqués. A mi parecer esta mujer debería tomar «fave de Fuca» en cantidades industriales.
Joel: un muchachito que me lo como con tomate.
Es maravilloso ver cómo los personajes secundarios te enganchan al igual que los protagonistas. No en todas las novelas que, en mi caso he leído, ha sido así ni mucho menos. Son activos en todo momento durante el desarrollo de la trama, tienen mucho carisma, mucha mala baba y unos valores dignos de admirar. A mí parecer son esenciales todos y cada uno de ellos.
Los protagonistas son de todo menos planos, tienen fuerza, personalidad y son mal hablados a más no poder (al igual que los secundarios), pero aún y con eso, son personajes que transmiten todas las emociones habidas y por haber, haciéndote sentir a flor de piel. Te hacen reír, llorar, suspirar, tensarte a lo largo de la trama y maldecir en hebreo.
De la pluma de Lina tengo que decir que me tiene fascinada no, lo de después. Está muy bien elaborada y con su sencillo lenguaje coloquial hace que te adentres en la historia sin remedio. Me encanta el desparpajo con el que dota a los personajes a los que, dicho sea de paso, no les bastaría una garrafa de 8 litros para lo que se suele llamar «el bote de los tacos».
Con unos diálogos muy fluidos, con evoluciones constantes por parte de los personajes en general y los giros argumentales tan bestiales que le da a la trama, os aseguro que su lectura es una auténtica delicia. Tan pronto te tiene en lo más alto mordiéndote las uñas por la tensión, como te baja en caída libre por la cantidad de emociones que te despierta.
El planteamiento está muy bien desarrollado y expuesto. El nudo de la trama es constante con los diferentes frentes abiertos que existen y el desenlace es una maravilla. A mi parecer ni le falta ni le sobra nada. Es una historia que está perfectamente hilada y con un final cerrado que sabe a gloria.
Las escenas más que de pasión… digamos que son encuentros apoteósicos. Evidentemente, al ser una novela erótica, están descritas al detalle y son explícitas, pero con mucha calidad y algo que va más allá del sexo. Creo que no son excesivas y como siempre digo, prefiero la calidad a la cantidad. En otras novelas suelen abusar más que nada para rellenar lo que la propia trama no consigue y este, para mi regocijo, no es el caso.
La historia está narrada en primera persona casi en su totalidad por Micaela, aunque hay algún que otro capítulo narrado por el Marqués. Me encanta esta manera de narrar porque, en mi caso, me ayuda a conectar y empatizar más con los personajes. El único «pero» que le encuentro es no haber conocido mucho más desde la perspectiva del Marqués, ya que lo considero algo muy relevante, pero es mi vena egoísta lecturil la que habla.
El libro consta de 300 páginas, divididas en 28 capítulos de extensión media, un prólogo y un epílogo, en este último da varios saltos en el tiempo hacia adelante y es una auténtica maravilla.
En esta novela he encontrado muchas reflexiones y puntos de inflexión que, en nuestro día a día, tendríamos que tener en cuenta. Se tocan temas muy serios como la violencia de género, delincuencia, secuestros, asesinatos, traiciones, mentiras, chantajes, prejuicios y un largo etcétera. ¿Cómo os habéis quedado? pues seguro que como yo conforme iba leyendo la novela. He alucinado con todo lo que han podido dar de sí la panadera y el Marqués.
¿Mis reflexiones e impresiones?
El permitirte segundas oportunidades, ayudar pero permitir ser ayudado, perdonarte a tí mismo y a la gente que te quiere y te rodea. El pasado no se puede modificar, pero se puede hacer el esfuerzo de cambiar para suplir, en cierto modo, la culpa que puedas acarrear. No juzgar a primera vista a una persona, porque te puede sorprender su potencial, su lealtad y su enorme corazón. No debemos ser tan impulsivos ya que nos podemos arrepentir de nuestros actos. La perseverancia puede ser un don o una maldición pero, como suelo decir, quién no arriesga no gana. Pero lo que más me ha llegado es que nunca, bajo ningún concepto, hay que perder la esperanza ni con nosotros mismos ni con los demás.
«Eres el ingrediente que me faltaba» es una historia muy divertida con ciertos tintes de «la Bella y la Bestia» con trama, suspense y acción. Una novela formada por personajes perfectamente imperfectos que conseguirán atraparte y llegarte al corazón. Déjate envolver por el maravilloso olor del pan recién hecho y date la oportunidad de encontrar el ingrediente que te falta para que tu felicidad sea plena. Es una lectura que recomiendo leer sin duda alguna.
Por si queréis haceros con un ejemplar os dejo el enlace de compra de la editorial (AQUI)
Vivo en Lliçà d’Amunt, un pueblo cercano a Barcelona, junto a mi marido, mis dos hijos adolescentes y dos gatos.
Después de años alejada de los estudios, porque nunca es tarde, obtuve hace poco el título de Educadora Infantil, algo vocacional que llevaba demasiado tiempo deseando hacer, aunque ejercer en estos tiempos haya resultado demasiado complicado.
Y como yo parezco hacerlo todo un poco tarde, hace sólo algo más de un año decidí autopublicar mi primera novela, a la que ya han seguido algunas más. De esta experiencia maravillosa sólo puedo tener palabras de agradecimiento para mi familia, la auténtica sufridora de mis horas frente al ordenador, y para tantas y tantas personas que me han apoyado, animado y felicitado, tanto cercanas como en la distancia. Y sobre todo para esos lectores que disfrutan con mis historias, sin los que toda esta locura, a estas alturas de mi vida, no hubiese podido ser una realidad.
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