“Quien así te ama”, de Edith Bruck. Superviviente del Holocausto y de la vida

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Quienasiteama_cubierta30agosto.inddTítulo: Quien así te ama

Autora: Edith Bruck

Editorial: Ardicia Editorial

Traducción: Juan Pérez Andrés

ISBN: 978-84-942916-7-8

Páginas: 160

PVP: 16’50€

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Sinopsis: En 1944, Edith Bruck, judía de origen húngaro, fue deportada a Auschwitz junto con sus padres y tres de sus hermanos. A pesar de su corta edad, su hermana Eliz y ella lograron sobrevivir y fueron trasladadas sucesivamente a Dachau, Christianstadt y Bergen-Belsen, donde las tropas estadounidenses las liberaron por fin en 1945. Edith volvió a Hungría para reunirse con los pocos familiares que le quedaban y a continuación, tras una temporada en Checoslovaquia, embarcaría hacia el recién creado estado de Israel.

Este testimonio pertenece a la 2ª generación de memorias sobre el Holocausto. A diferencia de sus predecesoras, la narración no se limita al confinamiento en el lager, sino que rememora también su infancia en los años anteriores a la deportación y se adentra en la devastada Europa de posguerra, en la que aún pervive una feroz hostilidad. A partir de Quien así te ama (1959), Bruck adoptó la lengua italiana como un medio de expresión que le proporcionaba el distanciamiento emocional necesario para poder escribir sobre su terrible experiencia.

 

 

Se han escrito centenares de libros de memorias sobre el Holocausto y las barbaridades que los nazis cometieron durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, siempre quedan libros por traducir y descubrir. Como novedad literaria de este otoño, Ardicia Editorial ha publicado un nuevo libro de memorias inédito en español hasta ahora: Quien así te ama, el testimonio de Edith Bruck.

Edith, judía de origen húngaro, nos cuenta su historia con ese característico tono de aquellos que echan la mirada hacia atrás y reviven un pasado triste y doloroso. En estas páginas revive su experiencia en los lagers, los campos de trabajo nazis, pero también ese antes y después del Holocausto que, si bien fueron menos terribles, sí fueron lo bastante tristes y miserables. Edith provenía de una familia pobre y humilde. Su infancia se marcó más bien por la falta de recursos que por la abundancia de dinero y la exuberancia, características que los nazis les atribuían a los judíos. Edith tuvo una infancia pobre, pero más o menos feliz. Porque siempre hay alguien que lo pasa peor que tú y tiene más necesidades. Sin embargo, un día el nazismo irrumpe en la cotidianidad del pueblo húngaro cambiándoles la vida a todos. Cambiándole la vida a Edith.

Edith apenas contaba con trece años de edad cuando la policía fascista entró en su casa una mañana y se llevó a ella y a toda su familia a Auschwitz. Tan sólo ella, su hermana y su hermano consiguieron sobrevivir. Durísimo ese momento que rememora contando que un soldado nazi la separó de su madre en el último instante antes de ser llevada a los crematorios, salvándole sin querer la vida.

Sobrevivir día tras día en ese infierno plagado de enfermedad, hambruna y muerte que eran los campos de concentración era toda una proeza: la lucha por buscar comida, robarla en el momento preciso, e incluso ver cómo algunas mujeres llegaban al extremo de quitarle un mendrugo de pan a otra. Así de duro era el pasar hambre y así nos lo cuenta Edith con dureza y tristeza a la vez. Porque en un infierno como ese las personas se despojan de la poca humanidad que les queda olvidándose de los demás. Vivieron situaciones muy extremas: los trabajos que les encomendaban los nazis, los desplazamientos a pie de un lugar a otro y en pleno invierno y sin apenas ropa y calzado y que hicieron que Edith estuviera a punto de no contarlo en unas cuantas ocasiones. Pero la luchadora que habitaba en su interior se negaba a sucumbir y siempre volvía al mundo de los vivos para continuar sobreviviendo.

Estas son algunas de las vivencias y sufrimientos que la autora nos cuenta en el libro y que ambas hermanas tuvieron que padecer en los lagers, que no fueron pocos precisamente, a los que ambas fueron trasladadas: Auschwitz, Dachau, Christianstadt y Bergen-Belsen, de donde fueron liberadas finalmente en 1945 por las tropas americanas.

Sin embargo, la historia y la lucha de Edith no terminan en el momento de la liberación. Más adelante tuvo que seguir luchando contra marea en una Europa de posguerra, bajo el telón de acero, y contra ese odio o rencor que se despertó hacia los supervivientes de los campos. Sin hogar al que regresar y con una hermana ―la única de su familia que consiguió evitar la deportación gracias a una identidad falsa― que la consideraba más un estorbo, Edith estuvo yendo de aquí para allá con la maleta a cuestas durante un tiempo.

Con su primer marido, por quien no sentía absolutamente nada, emigró a Israel, esa tierra prometida, junto con algunos miembros de su familia. Pero la tierra de sus antepasados y de la que siempre había oído hablar a su madre, no era esa tierra maravillosa que creía. Malviviendo en apartamentos penosos con trabajos muy precarios, pasando hambre y siendo maltratada constantemente por su segundo marido, finalmente decidió volver al Viejo Continente. Se casó por tercera vez y marchó a Italia, donde reside desde entonces, conservando el apellido de su marido: Bruck. Por causas de la vida, con veinte años Edith ya había estado casada y separada tres veces.

Allí en Italia Edith escribió este libro. O más bien se diría que lo reescribió, ya que empezó a contar su historia a finales de 1945, pero con tanto traslado perdió el cuaderno que contenía el borrador de sus memorias junto con algunos poemas dedicados a su difunta madre. Cuenta que intentó reescribirlas varias veces en los países donde estuvo, pero fue en Roma, a finales de la década de los cincuenta, donde escribió este libro utilizando el italiano, una lengua completamente diferente pero que consiguió hacerse suya para reinventarse en su nueva vida.

 

Quien así te ama es el testimonio de una mujer superviviente de las barbaridades nazis y, más adelante, de los reveses que da la vida. Edith no ha dejado de luchar ni un solo día: ni cuando fue deportada, ni para sobrevivir en el infierno de los campos, ni en la posguerra, ni con los hombres con los que estuvo y que únicamente la hicieron desgraciada.

Aunque se trata de otro testimonio más sobre el Holocausto, es un importante y valioso legado que supervivientes como Edith nos obsequian a las generaciones de ahora y del futuro y que, a pesar del dolor y el horror que llenan las páginas de estos libros, son necesarios para recordar. Recordar y no olvidar que no hace mucho se desató un infierno en Europa.

 

 

edith-bruckSobre la autora

Edith Bruck nació en 1932 en Tiszakarád, un pequeño pueblo húngaro cerca de la frontera con Ucrania. Tras todas las vicisitudes que narra en el testimonio que aquí presentamos, Bruck abandonó Israel, con la intención de reunirse con una de sus hermanas, que había emigrado a Argentina. Tras un nuevo peregrinaje por distintos países europeos, se establecería definitivamente en Italia en 1954. Allí conoció a su pareja, el poeta y cineasta Nelo Risi, y entabló una estrecha amistad con Primo Levi, que la instó a escribir sobre la Shoah. Desde entonces, ha desarrollado una prolífica y variada carrera como novelista, poeta, traductora, autora teatral, guionista y directora de cine; además, ha colaborado habitualmente en diarios como Il Tempo o Corriere della Sera. Actualmente vive en Roma.

 

 

 

Redacción: Mariona Rivas Vives

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