Mo Yan, un Nobel con polémica

Desde que se dio a conocer el Premio Nobel de Literatura de este año sólo se ha dicho lo mismo: ¿quién es este tal Mo Yan? ¿Alguien ha leído algo […]
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Desde que se dio a conocer el Premio Nobel de Literatura de este año sólo se ha dicho lo mismo: ¿quién es este tal Mo Yan? ¿Alguien ha leído algo suyo? ¿De verdad que se merece el premio?

En Occidente se le conoce sobre todo por su novela Sorgo Rojo, historia que Zhang Yimou adaptó a la gran pantalla en 1987 y cuyo film se llevó el Oso de Oro de Berlín al año siguiente. Aquí en España se han publicado algunas de sus novelas aunque han pasado por las librerías de una forma muy discreta. Ahora gracias al Nobel esto cambiará un poco y la fama de este escritor será más reconocida: en breves las editoriales empezarán a buscar traductores y a editar sus novelas, mientras que las librerías y sus escaparates le dedicarán un rinconcito especial.

Pero… ¿quién este hombre? ¿Dónde nació? ¿Qué novelas ha escrito?

Guan Moyen nació en 1955 en el seno de una familia de granjeros muy humilde en Gaomi, en la provincia de Shandong. Mo Yan no es más que un seudónimo que eligió. Al parecer, cuando publicó su primera novela, su familia le pidió que no fuera tan franco y sincero al escribir debido a los tiempos que corrían (situémonos en la China de Mao y su Revolución Cultural). Así que el escritor novel eligió este curioso seudónimo cuyo significado en mandarín culto viene a decir “no hables” o “abstente de hacer comentarios”. Más adelante él mismo reconoció que era una forma de “morderse la lengua y ser prudente”.

Tuvo una infancia muy difícil caracterizada por las privaciones y el hambre. A los 12 años tuvo que dejar la escuela para ponerse a trabajar en el campo y a los 18 entró a trabajar en una fábrica de petróleo, en plena Revolución Cultural. Fue a los 20 años, cuando se alistó en el Ejército Popular de Liberación, cuando empezó a escribir sus primeros relatos. En 1981 publicó su primera novela, Lluvia en una noche de primavera. Y gracias al puesto que obtuvo en la Escuela de Arte y Literatura del Ejército en 1984, pudo dedicar más tiempo a escribir.

Sus influencias literarias vienen principalmente de Lu Xun (el padre de la literatura china contemporánea) y de figuras occidentales como Gabriel García Márquez, William Faulkner y León Tolstoi; incluso se le ha llegado a comparar con Kafka por su sentido del humor bastante negro.

Ha publicado en chino numerosos relatos y novelas, pero aquí en España sólo se han llegado a traducir algunas, como por ejemplo: Grandes pechos, amplias caderas (libro que fue prohibido por las autoridades), Las baladas del ajo, La República del Vino, La vida y la muerte me están desgastando, Rana y Shifu, harías cualquier cosa por divertirte, todas publicadas por la editorial Kailas. Sorgo Rojo está publicada por la editorial El Aleph.

Ahora, con el Premio Nobel -que el mes que viene podrá ir a Estocolmo a recogerlo en persona y sin ningún problema- su éxito y fama serán más internacionales que nunca. Según el jurado, se le otorga el galardón porque «muestra con cuentos populares de un realismo alucinatorio la historia actual y contemporánea».

Sin embargo, el hecho de que Mo Yan ganara el Nobel ha creado cierta polémica, sobre todo entre algunos activistas y escritores chinos, ya que éste nunca se declaró abiertamente a favor de los perseguidos en China por sus opiniones políticas.

Por otro lado, el régimen de Pekín, antes bastante descontento con la Academia Sueca por los anteriores galardones concedidos, ahora está eufórico por su nuevo ganador. Hay que recordar que en el año 2000 Gao Xingjian fue el primer chino en recibir el Nobel de Literatura, pero que al tener la nacionalidad medio francesa, estar en el exilio y tener sus obras prohibidas no fue reconocido oficialmente. El otro premio no reconocido por el régimen chino fue el Nobel de la Paz que se le concedió al disidente Liu Xiaobo en 2010, que por cierto está cumpliendo una condena de once años en la cárcel desde 2009.

Y por ahí sigue la polémica: el régimen chino se siente realmente orgulloso de este premio a diferencia de los otros dos anteriores, mientras que algunos activistas y escritores chinos lo critican por su falta de compromiso político y consideran que no solamente es inmerecido este galardón sino que también es desconcertante.

Un ejemplo: Yi Shicun, un ensayista y crítico literario en Pekín ha declarado: «No tiene sentido. Sus trabajos son de la década de 1980, cuando fue influido por la literatura latinoamericana. No creo que haya creado sus propias cosas. No le consideramos un innovador en literatura china. En el lado político, canta en sintonía con un régimen no democrático. Es inapropiado que gane el Nobel de Literatura. Como escritor influyente, no ha utilizado su peso para hablar a favor de los intelectuales y los presos políticos».

LIAO YIWU

Y sin ir más lejos, Liao Yiwu -ganador del Premio de la Paz de los Libreros Alemanes 2012 por su imperturbable protesta  contra la represión política en China- afirmó en la Feria del Libro de Fráncfort que «Mo Yan hace pocos meses organizó un acto con cien escritores en el que cada uno de ellos transcribió un texto de Mao como muestra de fidelidad al régimen. Eso da una idea del personaje, es un canalla. Hay muchos parámetros según los cuales se puede medir a un escritor. Pero China es una dictadura y en una dictadura un escritor no puede dejar de un lado la moral.”

En el fondo es comprensible que muchos intelectuales y activistas piensen así de alguien que supuestamente se decanta más por el régimen que por defender la libertad y luchar contra la represión política. Pero también hay que ver otra perspectiva: la del mismo Mo Yan que se defiende de sus críticos ante los medios afirmando: «Creo que muchos de mis críticos no han leído nunca mis libros. Si lo hubieran hecho, habrían comprendido que se han escrito bajo una gran presión y me han expuesto a grandes riesgos». También ha llegado a decir: «Trabajo en China, escribo en China bajo líderes del Partido Comunista. Pero mi obra no puede quedar restringida por los partidos políticos».

Algo de razón no le falta y desde luego que su obra no puede quedar restringida. Ni la suya ni la de nadie, que para algo se lucha por la libertad de expresión.

Otro punto que hay que tener en cuenta en la obra de Mo Yan: su obra está caracterizada por una fuerte crítica social, inspirada en  esos pueblos y aldeas de su infancia. Mo “no hables” Yan es un autor que ha sabido cómo expresar lo que quería decir sorteando la censura y mordiéndose la lengua como medio para sobrevivir en su país.

Al margen de polémicas y opiniones políticas -y en mi humilde opinión de lectora-, me da la sensación de que es un autor interesante al que se le podría dar una oportunidad leyendo alguna de sus novelas. Lo mejor es juzgar por nosotros mismos –los lectores- y comprobar si en verdad Mo Yan es merecedor de este gran premio.

Redacción: Mariona Rivas Vives

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