Litegatuna – Cuatro cuentos muy gatunos

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Hoy en nuestra sección de Litegatuna vamos a recomendar cuatro cuentos en los que tienen un protagonismo especial nuestros amigos los gatos. Para ello hemos elegido las editoriales Thule, Kalandraka y Sd Edicions. Dos de los cuentos de los que os vamos a hablar ya os los habíamos recomendado en su momento y queremos incluirles en nuestra selección gatuna. Los otros dos estamos también seguros de que os encantarán. ¡Comencemos!

Como ya os comentábamos anteriormente el primero del que os vamos a hablar ya os lo habíamos recomendado hace tiempo en nuestro medio. Se trata de El Gato, de Paula Fontecilla Chacón, en Sd Edicions. Como ya os contábamos en su momento, es una preciosa edición en formato pequeño y de tapa dura, con páginas a todo color. Vemos unos dibujos de trazo suave, alternando la acuarela con pequeñas teselas de mosaicos y con el lápiz de color. Un gato nos cuenta en primera persona su historia. Un niño le encontró y le llevó a una casa confortable, en donde nos cuenta a lo que se dedica, lo que le gusta y a lo que juega. El pez es su principal distracción dentro de la casa, aunque el jardín le parece fascinante. Un día en la vida de un gato, hasta que las luces se difuminan en la oscura noche, y él se esconde entre los juguetes para dormir hasta el día siguiente, que volverá a encontrarse con ese mundo de color que tanto le fascina y en el que siempre encuentra algo a lo que jugar.

El otro cuento que ya os habíamos traído hace unos meses es el de la Editorial Kalandraka, Gatito y la nieve, de Rosell y Kitzing. Tenemos un precioso y cuidado cuento, con formato pequeño y apaisado, tapa dura e interior de hojas con brillo a todo color. Imágenes de suaves colores pastel y alegres escenas, y un texto claro y que hace perfecta su comprensión. Pero no solo tenemos una bella edición. La historia que cuenta tiene una enseñanza de fondo que hace muy recomendable su lectura. Dos amigos diferentes que se aceptan y se quieren, que se respetan y que encuentran la forma de que los dos puedan estar agusto jugando y disfrutando del día. Tenemos la recomendación de las madres que dicen que es mejor jugar en el exterior, algo que parece que actualmente va desapareciendo. Aparece el mítico juego del escondite (lo bueno nunca pasa de moda) y es ahí donde aparecen los problemas para nuestros amigos Gatito y Conejita. Gatito no es capaz de encontrar a Conejita por lo blanca que es, ya que el exterior está todo nevado, y cuando deciden jugar al escondite en el sótano, Conejita no encuentra a Gatito porque no se distingue bien siendo negro y ocultándose en la oscuridad de ese sótano. Pero al salir de nuevo al exterior, dieron con la solución gracias a que empezaba a nevar. Gatito ya no era tan negro con los copos de nieve por encima y Conejita estaba llena de manchas de carbón, con lo que tampoco ella era tan blanca. Vemos cómo los dos amigos se van adaptando el uno al otro, hasta llegar a un entendimiento común que a los dos les satisface en el juego. Porque lo importante es la amistad. Si existe la amistad, cualquier inconveniente que pueda surgir tiene solución.

Otro de los cuentos que queremos recomendaros hoy es el de Óscar y los gatos lunares, de Rymond y Ceccoli, de Thule Editorial. Tapa dura y gran formato para un cuento de gran belleza tanto por el texto como por las ilustraciones. Thule sabe cómo editar cuentos y eso se nota tanto en éste como en el que recomendaremos a continuación.

Tenemos 32 páginas de dibujos en tonos suaves y diálogos precisos. Una preciosa historia en la que Óscar, un pequeño gato casero, vemos cómo salto a salto va subiendo más y más alto hasta llegar a la misma Luna. Es allí donde se dará cuenta que, aunque los llamados gatos lunares son muy divertidos y la nata que allí hay es más que apetecible, su niño le espera en casa, llamándole desesperado.

A veces una buena amistad es mucho más fuerte que las ganas de seguir divirtiéndose allá donde nadie creería que has estado. Una historia para soñar con gatos lunares, con vacas que van de la Luna a Venus y sobre todo para disfrutar de la amistad entre un gato y su niño.

Por último, tenemos en la misma editorial Por qué los gatos no llevan sombrero, de Victoria Pérez Escrivá y Ester García. En mayor formato que el anterior y también de tapa dura, en esta ocasión tenemos un cuento que nos envuelve con humor entre sus ilustraciones de trazo suave y sus reflexiones gatunas.

Está claro que una cosa siempre lleva a la otra, y si un gato quisiera llevar sombrero, ¡quién sabe en lo que se acabaría convirtiendo! Pronto querría que su sombrero hiciera juego con un buen traje, con unos brillantes zapatos… y de ahí pasaría a tener que trabajar para poder comprar más sombreros, más trajes y más zapatos. Y un gato no trabajaría nunca, por lo que sería mejor que no empezaran a llevar sombrero… ¡por si acaso!

Hay que destacar que este precioso cuento ganó en el 2012 el Premio Dragón Ilustrado. Muy merecido, sin ninguna duda.