Si eres de los que cuando viajan, no pueden evitar entrar en una librería y comprar por lo menos un libro de bolsillo, París es tu ciudad.
La ciudad entera está repleta de librerías, pero también de mercadillos en donde adquirir libros a un precio más que asequible. Por supuesto tenemos los libreros del Sena, donde podemos encontrar libros antiguos de todo tipo en francés. La zona del Barrio Latino es la que más librerías concentra (en general, el 5º y el 6º distrito, o arrondissement) teniendo siempre ofertas en muchas de ellas.
Puedes hacer turismo literario, tanto en cuanto a librerías como a visitar casas en donde vivieron o frecuentaban escritores famosos. Muchos de los escritores de la Generación Perdida tienen su lugar en París, y siempre tiene un encanto especial ver la casa en la que vivió unos años Hemingway (solo por fuera, ya que está habitada por particulares) o dónde se reunían todos, como en el Cafe de Flore.
Pero en este artículo vamos a enseñaros la Librería Shakespeare&Co por dentro y por fuera.
Primero hay que decir que esta librería consta de dos locales. Uno de ellos es casi para mirar y no tocar, ya que contiene ediciones especiales e incluso firmadas por sus autores a precios prohibitivos. Y el local que más se visita es el que alberga libros de ediciones más nuevas, y en donde se hacen charlas y lecturas todas las semanas.
Esta librería era frecuentada por todos los escritores que vivían en el París de los años veinte en adelante. Iban a que Sylvia Beach, la propietaria, les prestara o vendiera algún libro, ya que era prácticamente el único sitio en donde se podían encontrar libros de habla inglesa en la capital francesa. Joyce, Hemingway, Fitzgerald o Stein frecuentaban los pasillos de esta librería muy a menudo. Por ejemplo, el Ulises de Joyce fue publicado primeramente por Sylvia Beach.
Pero no solo se prestaban o vendían libros. Era punto de encuentro de estos escritores, y en la planta de arriba servía como dormitorio para los artistas que llegaban a París y no tenían ingresos como para vivir en otro sitio. Sylvia Beach les daba alojamiento gratuito, y esta tradición ha seguido en vigor hasta nuestros días simplemente por unas horas de trabajo en la librería. Algo que puede sorprendernos por la época en la que nos ha tocado vivir, pero esta librería siempre ha sido y será especial.
Y ahora hablemos del presente. La librería está situada en el quinto distrito enfrente de varios puestos de libreros del Sena. En la planta baja encontramos casi al entrar un pozo, en donde la gente tira monedas. Hay también un rincón de poesía, en donde a veces la gente pega fragmentos de papel con sus poemas favoritos. Los pasillos, estrechos y repletos de libros, incitan a pasarse horas allí, con ese olor a libro por todas partes. Podemos subir las escaleras y ver los espacios que tiene para las charlas y lecturas de todas las semanas, incluso hay una zona con un piano, en donde suelen ponerse a tocar para que la visita a la librería sea inolvidable. No podéis iros de allí sin dejar algo escrito en el muro que tienen en esa planta. La gente deja billetes de metro, tickets de la compra, post-it con frases hablando de su visita a París o sobre la propia librería.
Toda la librería está adornada con frases y papel de pared adecuado al lugar. Suelos de madera que cruje a nuestro paso. Puedes coger un libro y quedarte allí mismo a leerlo, mientras disfrutas de una tarde en las sillas de la entrada, donde podrás llevarte un café y unos macarrons para disfrutar doblemente de la lectura, o bien en la zona de lectura de arriba, entre cómodos cojines.
Y si optamos por llevarnos un libro, no os olvidéis pedir que os lo sellen con el sello de la librería. Un magnífico recuerdo físico para nuestra biblioteca particular. El recuerdo que nos llevaremos en la memoria para siempre, no tiene precio.
Redacción y Fotografía: Beatriz Ibán Diezhandino
Queremos agradecer a los libreros de la Shakespeare&Co que estaban en ese momento allí por facilitarnos el trabajo,
y a David Delannet, que nos abrió camino para poder realizar el reportaje fotográfico dentro de la librería.
Y pensar que hace años estuve en París y no pude ir a esta librería… :'( ¡No me lo perdonaré nunca! Pero juro que la próxima vez haré una parada de necesidad en este rinconcito mágico de París 😀