Autor: John Hersey
Editorial: Debate Editorial (Penguin Random House)
Traducción y prólogo: Juan Gabriel Vásquez
ISBN: 978-84-9992-517-2
Páginas: 192
PVP: 19’90€
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Sinopsis: El verano de 1945, William Shawn, director ejecutivo de The New Yorker, habló con el reportero John Hersey sobre la idea de publicar un relato que ilustrara la dimensión humana de los efectos de la bomba atómica en Hiroshima, pues le causaba estupor comprobar que, pese a la gran cantidad de información sobre la bomba que recibían, se estaba ignorando lo que realmente había ocurrido en Hiroshima. El reportero aceptó el encargo.
Hersey viajó a Hiroshima para investigar y entrevistar a varios supervivientes de la explosión de la bomba atómica, lanzada el 6 de agosto de 1945, y decidió que el retrato lo conformarían seis testimonios: una oficinista, Toshiko Sasaki; un médico, el Dr. Masakazu Fuji; una viuda a cargo de sus tres hijos pequeños, Hatsuyo Nakamura; un misionero alemán, el padre Wilhem Kleinsorge; un joven cirujano, el Dr. Terufumi Sasaki y un pastor metodista, el reverendo Kiyoshi Tanimoto.
La publicación de Hiroshima trajo consigo una enorme conmoción. El reportaje se publicó en una edición monotemática de The New Yorker el 31 de agosto de 1946. La revista se agotó inmediatamente y de todo el mundo llegó una avalancha de peticiones de reimpresión. Su difusión corrió como la pólvora y en pocos meses la editorial Alfred A. Knopf lo publicó como libro, permitiendo que al año siguiente ya se hubiera traducido y publicado prácticamente en todo el mundo.
En la actualidad Hiroshima lleva vendidos más de un millón de ejemplares y es un referente del periodismo de investigación y un clásico de la literatura de guerra. Es el único artículo, entre los millares de textos escritos sobre la bomba atómica, que describe cómo era la vida para las personas que habían sobrevivido a un ataque nuclear. Y está considerado como «el más famoso artículo de revista jamás publicado».
Poco después de que los americanos lanzaran la bomba atómica, el director ejecutivo de The New Yorker, William Shawn, le encargó al periodista John Hersey que escribiera un reportaje sobre la misma, pero que se alejara de todo lo que ya se había escrito hasta el momento y se centrara en otro punto de vista distinto: el de las personas. El resultado de las investigaciones y entrevistas con los habitantes que el periodista llevó a cabo en Hiroshima fue la reunión de los testimonios de seis supervivientes de la bomba atómica reunidos en este libro: Hiroshima. Un brillante y necesario ensayo que, con el motivo del setenta aniversario de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, Debate Editorial ha rescatado y desempolvado.
En el verano de 1945 John Hersey, que se encontraba en Singapur, aceptó la tarea de escribir el artículo para contar con todo detalle las dimensiones que provocaron el horror de la bomba atómica centrándose en las víctimas. Sólo en las víctimas. Cuando Hersey llegó a Hiroshima se encontró con un paisaje desolador: una ciudad arrasada y en ruinas, hospitales desbordados de heridos y muertos, gente desesperada buscando a los suyos…
El periodista pasó unos meses en Japón investigando, documentándose y hablando con los supervivientes, hasta que finalmente reunió los testimonios de seis personas: Hatsuyo Nakamura, una viuda con tres hijos pequeños; el Dr. Terufumi Sasaki, un joven cirujano; el padre Wilhem Kleinsorge, un misionero alemán; Toshiko Sasaki, una joven oficinista; el Dr. Masakazu Fujii y Kiyoshi Tanimoto, un pastor metodista.
Hersey repasa el antes, el durante y el después describiendo qué estaban haciendo y dónde estaban esas seis personas aquel fatídico 6 de agosto de 1945: cómo les pilló por sorpresa el impacto de la bomba; las heridas que les causó la explosión y cómo quedaron sepultados bajo los escombros de los edificios donde se encontraban; cómo escarbaron entre la runa para salir al exterior y ayudar a los suyos; lo que sintieron al ver la ciudad arrasada, los incendios, el desfile de heridos graves arrastrándose como podían para que fuesen socorridos, y sobre todo los cadáveres que se iba encontrando por doquier; la crisis sanitaria con la que se encontraron los pocos médicos y enfermeras que, pese a sus heridas, aún estaban en condiciones de ayudar a los cientos de heridos que iban llegando desde todos los rincones de la ciudad y cómo intentaban cumplir con su deber con el poco equipo sanitario del que disponían en esos momentos.
Muchos lograron sobrevivir y seguir adelante con sus vidas pese a todo el dolor tanto físico como psicológico que les causó la bomba. Pero no solamente tuvieron que enfrentarse a una difícil posguerra, pues la radiactividad a la que se expusieron miles de personas les desarrolló con el tiempo terribles enfermedades: cáncer, leucemia, queloides, cansancio, deformaciones de los fetos… Y a los hibakushas, es decir las “personas que habían sido bombardeadas”, se les trató con desprecio viéndose marginados por la misma sociedad japonesa.
Hiroshima es, en resumen, un reportaje único en el que se describe cómo era la vida para las personas que habían sobrevivido al ataque nuclear. El ambiente devastador, cruel y triste que dejó la bomba queda plasmado y se describe en sus páginas tal y como fueron, sin piedad y sin suavizar las numerosas escenas apocalípticas de caos, desesperación y muertos que presenciaron estos seis testimonios. Pero a pesar de esos momentos duros y devastadores también asoman escenas agradables y de esperanza en los cuales siempre hay personas dispuestas a ayudar al prójimo incluso en los peores momentos.
La publicación de Hiroshima en agosto de 1946 causó una gran conmoción entre la gente por todas esas imágenes devastadoras que se describen en el libro y por poner cara, nombre y apellidos a muchas de las víctimas de una bomba que, en boca de muchos americanos “era un mal necesario para terminar con la guerra”, cosa que hoy en día está de sobras demostrado que no era necesario llevar a cabo semejante atrocidad y que muy bien lo explica Juan Gabriel Vásquez en el prólogo de esta edición del libro.
Los ejemplares de la primera tirada de Hiroshima se agotaron ipso facto. Al cabo de unos meses se publicó en formato libro y un año más tarde ya se había traducido prácticamente por todo el mundo. Incluso se llegó a leer el libro íntegramente por radio. Con el tiempo Hiroshima se ha convertido en todo un referente del periodismo de investigación y un clásico de la literatura de guerra. Una lectura sobrecogedora e imprescindible que, al igual que todas esas memorias de supervivientes de los campos de concentración nazis, su principal fin es el de no olvidar y evitar que se repita de nuevo este cruento episodio de la humanidad. Todo sea por la paz.
John Hersey nació en Tientsin, China, en 1914, donde vivió hasta 1925, año en que su familia regresó a Estados Unidos. Estudió en Yale y más tarde completó sus estudios en Cambridge. En el otoño de 1937 se incorporó a la revista Time, para la que trabajó como corresponsal en el frente del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. En 1945 ganó el premio Pulitzer por su primera novela, La campana de la libertad, sobre la ocupación militar estadounidense en una pequeña localidad italiana. Tras publicar Hiroshima en la revista The New Yorker, se convirtió en un crítico acérrimo de las armas nucleares. Su segunda novela, La pared, una minuciosa investigación histórica sobre la destrucción nazi del gueto de Varsovia, se publicó en 1950. A ésta siguieron otras novelas como El junco y el río, El amante de la guerra, El comprador de niños, Mi petición de más espacio o Demasiado lejos para ir andando. Murió el 24 de marzo de 1993 en su casa de Key West. Un obituario publicado en The New Yorker afirmaba que es posible que Hiroshima hubiera sido «el más famoso artículo de revista jamás publicado» y continuaba afirmando que «si hubo alguna vez un tema proclive a hacer que un escritor fuera recargado y un artículo farragoso, ése era la bomba de Hiroshima; pero el reportaje de Hersey fue tan meticuloso, sus frases y párrafos tan claros, serenos y contenidos, que el horror de la historia que tenía que contar nos resultó especialmente espeluznante».
Redacción: Mariona Rivas Vives
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