Título: Evasión del Campo 14. Del infierno de un campo de concentración en Corea del Norte a la libertad
Autor: Blaine Harden
Editorial: Kailas
ISBN: 978-84-16023-27-1
Páginas: 264
PVP: 17’90€
Puedes comprarlo aquí
Sinopsis: Hace veintinueve años, Shin Dong-hyuk nació en el Campo 14, uno de los cinco centros de reclusión para presos políticos situado en las montañas de Corea del Norte. Localizado a unos 90 kilómetros al norte de Pyongyang, este campo de trabajo es un “distrito de control absoluto”, una prisión sin salida donde la única sentencia es la cadena perpetua.
Nadie nacido en el Campo 14, o en cualquiera de los otros campos norcoreanos, ha logrado escapar.
Nadie excepto Shin. Esta es su historia.
Evasión del Campo 14 es un bestseller internacional traducido a 28 idiomas. El testimonio de Shin y este libro fueron claves en la comisión de investigación de la ONU que concluyó que Corea del Norte ha cometido crímenes contra la humanidad.
De un tiempo a esta parte se ha despertado un creciente interés en Corea del Norte a raíz del reportaje hecho por Jalis de la Serna por allá en el mes de febrero para el programa En Tierra Hostil, donde pone en entredicho la pantomima creada por el gobierno coreano para mostrar al mundo que Corea del Norte es un “paraíso en la Tierra”. Se sabe por numerosos testimonios que han conseguido salir del país que el régimen de Pyongyang viola constantemente los derechos humanos torturando, deportando, encerrando en campos de concentración y condenando a muerte a los “enemigos del Estado”. También son miles de coreanos los que intentan huir del hambre y la miseria poniendo en peligro sus propias vidas cruzando la frontera con China para conseguir llegar a la tierra prometida: Seúl.
Aquí en España se han editado varios libros sobre el régimen comunista de los Kim. Uno de los publicados más recientemente es el que editó Blackie Books a principios de año: Sin ti no hay nosotros, de Suki Kim. Pero el libro del que hoy os queremos hablar es el que recoge el valioso testimonio de Shin Dong-hyuk, antes llamado Shin In Geun, la única persona –que se sepa por el momento– que ha conseguido huir de un campo de trabajo en Corea del Norte: Evasión del Campo 14. Del infierno de un campo de concentración en Corea del Norte a la libertad, publicado por Kailas Editorial.
El libro es un testimonio atroz que habla de la represión, los abusos y la explotación que ejerce el régimen totalitario norcoreano. El periodista estadounidense Blaine Harden, corresponsal del Washington Post en el nordeste asiático, conoció a Shin en el invierno de 2008 y, justo después de escuchar su historia decidió escribir un artículo sobre sus vivencias y que más tarde se convertiría en el libro que hoy comentamos.
La historia de Shin Dong-hyuk es tan brutal que desgarraría y conmovería a cualquiera. Hasta ahora nadie ha conseguido escapar del Campo 14, un lugar destinado a presos políticos y cuya existencia está demostrada por las Naciones Unidas basándose en numerosos testimonios de refugiados políticos y fotografías hechas por los satélites. Según una ley que indica que todo enemigo del partido debe pagar por sus pecados hasta la tercera generación, Shin nació dentro de las vallas de ese campo de trabajo. Fruto de un matrimonio concedido como premio a su padre por buena conducta, Shin sería la segunda generación en “purgar” los pecados cometidos por la familia de su padre. Allí Shin sólo era un esclavo. Trabajaba hasta la extenuación junto al resto de reclusos en trabajos inhumanos. Su educación se limitó a lo que los guardias le enseñaron: a leer y escribir de forma básica y unas férreas normas de comportamiento basadas en el trabajo duro y en espiar y delatar a los compañeros en caso de que su comportamiento fuera sospechoso.
Hay muchos pasajes del libro que son dolorosos de recordar para Shin, pero hay uno en concreto que le ha estado persiguiendo y torturándole el alma durante mucho tiempo: la muerte de su madre y de su hermano mayor. Y es que, aunque suene brutal y algo que sólo un monstruo haría, fue Shin quien delató el intento de fuga que planeaban su madre y su hermano. Como castigo, la primera murió ahorcada y el segundo fusilado. Shin y su padre fueron torturados durante mucho tiempo para que confesaran si ellos también habían participado en ese plan, cosa que no era cierta. Y a raíz de esas insoportables sesiones de tortura, Shin guardó un gran rencor durante mucho tiempo a su madre. Pero este episodio, aunque a nosotros nos parezca algo horrible e inhumano, para alguien que nació dentro de ese campo y educado bajo las normas de espiar y delatar, la conducta de Shin es “lógica” puesto que allí las relaciones entre las demás personas –y entre los miembros de una misma familia– son diferentes a las nuestras. Hay un pasaje del libro que ilustra a la perfección este comportamiento y la forma de ver las cosas de un preso nacido en el campo: “Al igual que en los campos de concentración nazis, los campos de trabajo norcoreanos utilizan el confinamiento, el hambre y el miedo para crear una especie de caja de Skinner, una habitación cerrada y muy vigilada en la que los guardias mantienen un control absoluto sobre los prisioneros. Y si bien Auschwitz existió solo durante tres años, el Campo 14 es una caja de Skinner que ya ha cumplido cincuenta, un continuo experimento longitudinal de represión y control mental en el que los vigilantes crían a los presos a los que controlan, aíslan y enfrentan entre ellos desde el día de su nacimiento”. [pág. 129].
Los presos nacidos dentro del campo tienen una mentalidad completamente distinta de la de otros presos políticos que van a parar allí pero que se han criado en el exterior, con lo cual tienen conocimiento de lo que hay más allá de las vallas electrificadas. Eso sí, su visión del mundo está manchada por la continua propaganda del régimen.
Pero la conducta de Shin cambió repentinamente a raíz de su amistad con un preso político procedente del exterior y con el que idearon un plan de fuga para huir juntos y llegar a China: Park Yong Chul. Park le abrió los ojos a Shin con historias sobre el mundo. Cosas que Shin, que solo había visto lo que estaba dentro del territorio cercado por las vallas, jamás habría imaginado de no ser por su nuevo amigo. Gracias a esa amistad, Shin decidió dejar de ser un chivato, un espía de los guardias. Al fin y al cabo, y en palabras de Eugene Weinstock que fue enviado al campo de concentración nazi de Buchenwald en 1943, “la supervivencia solo podía ser un logro social, no un accidente individual”. [pág. 129].
En enero de 2005, Shin consiguió huir del campo con veintitrés años, algo que nunca antes nadie había conseguido. Logró llegar a China un mes más tarde de su fuga cruzando la frontera, y dos años después llegó a Corea del Sur. Cuatro años más tarde se fue a California donde se convirtió en activista y embajador del LiNK (Liberty in North Korea). Desde entonces ha dado multitud de discursos sobre sus vivencias en el Campo 14 y no ha dejado de luchar y de dar voz a los presos políticos norcoreanos denunciando la barbarie de Corea del Norte.
Sin embargo, el régimen norcoreano, en un intento de echar por tierra el testimonio de Shin, mostró en 2014 un vídeo en el que aparecía su padre negando lo que había estado contando su hijo durante todo este tiempo. El activista, que creía que su padre había sido fusilado, conmovido por las imágenes, anunció en su cuenta de Facebook la posibilidad de abandonar su campaña contra los campos y contra el régimen de Corea del Norte al ver que su padre podría ser un rehén de éste último.
La historia de Shin es desgarradora y cruel pero también conmovedora. Es el testimonio de un hombre que consiguió la libertad escapándose de un infierno. Un infierno en el que, por desgracia, a día de hoy muchas personas sufren en Corea del Norte, el supuesto “paraíso” de los trabajadores. Evasión del Campo 14 es una lectura divulgativa y dura en muchos pasajes. Una muestra de que aún hoy en día existen la esclavitud, la explotación y los campos de trabajo en condiciones inhumanas, algo que el régimen norcoreano niega siempre e intenta desacreditar a todo testimonio que lo afirma. Son muchas las personas que han desertado, testificado y huido de un país que viola constantemente los derechos humanos y la libertad de las personas. Es innegable que algo raro sucede en las fronteras de ese estado totalitario, por mucho que el régimen se empeñe y se esfuerce en lavar su imagen.
Sobre el autor
Blaine Harden es un periodista estadounidense que colabora con PBS, Foreign Policy y The Economist. Durante veintiocho años fue corresponsal del Washington Post para África, el este de Europa y Asia, así como en Nueva York y Seattle. Previamente trabajó durante cuatro años como reportero local y nacional para el New York Times y publicó artículos en The New York Times Magazine.
Redacción: Mariona Rivas Vives
Deja una respuesta