Siempre que surge una nueva editorial con una propuesta diferente, siento la necesidad de darle voz, por eso cuando llegó hasta mí Miquel Deya, fundador de la Editorial Foc, y me enseñó sus ideas, me vi obligada a realizar ésta entrevista. La Editorial Foc, ingresa en el mundo literario con las ideas muy claras, y dispuesta a llenar un vacío en nuestro mercado. Ya iba siendo hora de que la frescura de un equipo como éste aportara ese toque de juventud y de (por qué no decirlo) riesgo por la literatura en general y los nuevos valores en particular. Foc, apuesta fuerte por la poesía, y puedes llegar a ellos desde cualquier rincón del mundo.
Dejaré que seáis vosotros quienes saquéis vuestras propias conclusiones leyendo el resultado de mi charla con Miquel Deya, quién después de un recorrido profesional por Tusquets y el grupo Planeta ha decidido viajar en solitario e instalarse de manera sólida y muy merecida con una editorial que ha llegado para quedarse.
PM: ¿En qué cree usted que consiste el oficio del editor?
MD: Cuando fundamos Foc pensamos mucho acerca de qué y cómo queríamos editar. A diferencia de otras editoriales nosotros no salimos con un plan editorial preestablecido. Somos una editorial digital y lo digital es inmediato, en cambio constante, vive y crece de un modo inabarcable. Por ello pensamos que para encontrar a las voces y a las obras para nuestro catálogo debíamos reflejar eso de algún modo, y lo hicimos buscando en la red de esta manera. Nuestro catálogo está premeditado en el sentido de que publicamos después de trabajar con el autor, es decir, hemos pensado antes qué hacer… Pero no lo está en el sentido que no sabemos qué va a ser lo siguiente, la literatura está ahí y al final se encuentra. En definitiva, creemos que editar es, de un modo u otro, acercarse al pulso del presente, adelantarse un poco a él cuando se pueda, y es lo que intentamos reflejar en nuestro catálogo.
PM: ¿Qué lleva a un hombre emprendedor y que quiere vivir de su trabajo, tal y como está la situación, a montar una editorial que apuesta tan fuerte por la poesía, uno de los géneros que menos vende?
MD: Desde el nacimiento de la escritura producir literatura ha sido un bien. La Antigua Biblioteca de Alejandría era un símbolo de poder. Hoy en día no ha cambiado, las bibliotecas más grandes del mundo son un signo de poder económico: la del Congreso de los Estados Unidos, la británica o la del Vaticano, por poner ejemplos rápidos. El conocimiento es un bien que va más allá del negocio, es crear algo. Hoy en día tenemos en la red la mediateca más grande de la historia. Con muchos defectos, ¿quién lo duda?, pero es cultura. La poesía forma parte de ella y voy a decir una obviedad, nadie puede ocupar su puesto y si no es rentable… Bueno, si no es rentable seguiremos trabajando en ella porque quizás no todo lo rentable se traduce en dinero rápido. Supongo que eso me priva de ser un hombre de negocios y me convierte en otra cosa, no lo sé, pero no sé renunciar a algo tan importante sólo por su rendimiento económico.
PM: ¿Qué nuevas propuestas nos trae Editorial Foc?
MD: Fundamos Foc para aprovechar todas las ventajas que la tecnología nos permite ofrecer al autor y al lector. Queremos acercarnos a ellos y para ello les damos facilidades, buenos libros a un muy buen precio y con un servicio a la altura: el lector tiene una cuenta con su biblioteca y los libros que ha comprado siempre disponibles para bajar. Nuestro catálogo abarca voces de todos los países pues ya contamos con autores de México, Argentina, Chile y, por supuesto, España. Es otra de las ventajas de la edición digital, el poder contactar, publicar y distribuir sin tener en cuenta las distancias que ya sólo existen en lo físico. Publico a autores a los que jamás he visto en persona y que, sin embargo, tengo la sensación de conocer pues he trabajado su obra que es, de algún modo, parte de ellos mismos y que hace que haya una amistad entre nosotros. Creo, y me gustaría, que eso se vea en nuestros libros y en el modo en el que funcionamos.
PM: Si tuviera que tomarse un café con tres poetas del Siglo XX, ¿cuáles serían?
MD: Sin duda serían José Manuel Capelo Gonçalves, Alejandra Pizarnik y John Giorno. No a la vez, eso sí, no sé cómo se caerían la verdad. Pero sí son tres poetas vitales, inteligentes, claros, cuyos versos llegan con una facilidad que te hace entender lo diferente y necesaria que es la poesía como género literario. Da igual lo poco que te guste la poesía, lo poco que sepas o hayas leído, leer sus versos es una experiencia. No diré que, ahora que busco poetas, lo haga esperando que alguien escriba cómo uno de ellos. Es imposible e inútil porque ya existen sus obras y no hace falta que vuelvan a existir, pero sí que espero que la poesía que publico produzca lo mismo, o algo muy parecido.
PM: ¿Se está haciendo buena poesía en estos momentos?
MD: Siempre se hace buena poesía y ahora no es una excepción, es cuestión de saber dónde y cómo, o de tener la perseverancia para saber dónde y cómo. De tener la curiosidad necesaria para encontrar aquella que te llegue. No es más difícil que decantarse por un género de música o por otro, por ejemplo, y además te hace más culto y más sensible. Yo no creo que haya un modelo de poesía, o de literatura, que sea académico o dogmático, como un monolito que ejemplifique lo que la poesía es y al que haya que imitar. El arte, la creación, no es algo permanente, su ejecución está viva. Puede que algo que hoy pasa desapercibido o nos parezca banal sea comprendido y ensalzado en la posteridad, que algo denostado hoy se vea como paradigma de la escritura de principios del siglo XXI en un futuro. Por eso creo que hay que ser curioso, leer, aprender en el proceso e ir avanzando hasta la buena poesía, hacia la literatura que más te llene como lector, como persona mejor dicho. Internet es inabarcable, crece cada día y la red en castellano es basta, casi infinita, jamás tuvimos tanta poseía tan cerca. En Foc la encontramos y ya no importa desde qué país se escribe mientras sea esa poesía que emociona.
PM: ¿Cree que la poesía está tan muerta como diagnostican algunos?
MD: Rotundamente no. ¿Alguna vez en la historia de la humanidad se escribió tanta poesía como en estos últimos años? Es más fácil que nunca y hay centenares de miles de grupos, revistas literarias, foros, concursos y un larguísimo etcétera.
Lo que pasa con la poesía es que, al igual que el resto del arte, ha evolucionado, ha transgredido sus propias normas y sus formas más contemporáneas se han entendido poco y casi nunca perdonado. También es cierto que, a veces, se ha ejecutado con poca autocrítica y hay un parte de ese alejamiento que es necesariamente imputable a las obras publicadas. Esto nos lleva a un momento en el que es posible leer a críticos literarios, o a gente que decir ejercer cómo tal, que dicen no leer y no entender la poesía, incluso presumir de ello, y denostarla con toda la rabia del que ignora. Pero la poesía no está muerta, la curiosidad hacia ella, como decía antes, ha disminuido. Hay paciencia para buscar la novela que te guste pero no la hay para buscar la poesía que te guste. A veces se cree que la poesía es sólo un género cuando no es así, no lo ha sido jamás. En Foc ponemos nuestro grano de arena y apostamos por un amplio abanico de voces, técnicas líricas, temáticas, sensibilidades, etcétera para ayudar a incentivar esa curiosidad, para mostrar que no existe una poesía, como no existe una novela o un ensayo. Uno de nuestros mayores logros sería propiciar que uno de nuestros libros llevará al lector a conocer más poesía, cualquiera, da igual, leer es un acto constructivo y de sinergia, estamos seguros de ello.
PM: Como lector, antes de convertirse en editor, ¿cómo se formó, qué referencias le marcaron a la hora de decidir convertirse en editor?
MD: Tuve la inmensa suerte de que en casa había libros. En mi pueblo natal no había librería, ni creo que la haya nunca, y la biblioteca se inauguró hacia los noventa. Sólo iba a las librerías cuando me acercaba a la ciudad, que no era muy a menudo y era muy difícil encontrar algunos libros. Así que mis lecturas eran caóticas, muy irregulares y sobre todo, para bien y para mal, tenía que conformarme con lo que había y encontraba. En realidad empecé a ir un poco más allá cuando internet entró en casa, yo era de estos que se leían los libros en una pantalla de 60hz gorda como una pelota de baloncesto y encantado de la vida. No tenía otra opción. Fue una de las razones por las que me decidí a montar una editorial digital: la red llega a más sitios más fácilmente que el camión que transporta los libros.
En cuanto a mi formación como editor, he trabajado con muchos editores y he tenido la suerte de ver, de primera mano, muchas metodologías y maneras de proceder. Por lo demás, no tengo un editor o una editorial fetiche, admiro aspectos concretos de cada una de ellas, y por supuesto de sus editores, pero intento ser yo mismo y aplicar a Foc todo aquello en lo que creo que consiste y aporta la edición a la literatura.
PM: ¿Cómo ve usted como editor el panorama de la literatura española actual?
MD: El mundo de la edición y la literatura está cambiando. Internet ha hecho evolucionar todo aquello que tiene que ver con el consumo del arte: el vídeo, la radio, la música y la edición.
La edición en este sentido creo que es el caso más especial. El libro no había evolucionado en formato desde hace demasiado tiempo. Si lo comparas con la música o los audiovisuales es ridículo ver lo poco que se ha innovado el libro. En este sentido puede que cueste un poco más. Una herramienta nueva implica nuevas ventajas y nuevos retos, no todos están por la labor y nadie parece saber muy bien qué hacer, qué tipo de negocio o solución habrá. Es un periodo inquieto y muy removido pero, justamente por eso, creo que es uno de los momentos más interesantes de la historia de la edición. Todos estamos pendientes de todos los lugares, viendo cómo evoluciona el cambio, cómo responden los lectores y qué vías van apareciendo. Además lo observamos a una escala mundial e inmediata. A mí me fascina poder formar parte de ello, aunque sea de una manera muy modesta, y creo que el panorama se acabará beneficiando de todos estos cambios, lo que es seguro es que está creciendo y, con ello, enriqueciendo. Con ello quizás peco de optimista en el sentido que se cometen, y se cometerán errores que pueden crear cierto lastre, pero incluso ellos son buenos, errar es el camino más corto para aprender y después mejorar. Hay que aprender de ellos y no repetirlos, eso sí.
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Como os podéis dar cuenta, la Editorial Foc es una editorial diferente, capaz de publicar lo que le apetece, lo que considera valioso, sin regirse por los vigentes criterios comerciales que lideran el actual mercado editorial; a mí parecer algo digno de admirar. No dejéis de tenerla en cuenta y apostar por el talento joven e innovador de éste nuevo equipo.
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Redacción: Jhayra Elizabeth Bravo.
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