Entrevista a Bárbara Fernández

En una mañana de primavera en la que no hace  ni frío ni calor, me dirijo a la feria del libro de Valencia, a  hacerle una entrevista a  una mujer […]
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En una mañana de primavera en la que no hace  ni frío ni calor, me dirijo a la feria del libro de Valencia, a  hacerle una entrevista a  una mujer a quién he visto en sólo una ocasión, y a la cuál dicho encuentro me bastó para considerarla digna de admirar.

Cuando llego a la caseta número 12 de Bibliocafé, en oposición al día, Bárbara que está firmando uno de sus libros  se detiene un momento y me recibe con una cálida sonrisa.

Las personas se paran ante la caseta y le hacen preguntas sobre sus  libros, mientras yo tomo nota de la modestia con que ella responde a las preguntas.

Bárbara Fernández, a primera vista es una mujer elegante y de sonrisa afable que bordea los sesenta  pero que irradia una contagiosa juventud. Ésta Asesora laboral de profesión, llegó a la escritura por un camino muy particular, casi por accidente y hoy tiene ya tres magníficos libros editados (“la llave de los mil sueños” edit. Silva. “Olga” y “Porque digo tu nombre te llevo conmigo” edit. La fábrica de los libros).

Esta entrevista tiene sabor y alma de historia, así que dejemos que ella misma nos la cuente:

 

¿Podrías contarnos cómo fue tu primer contacto con el mundo literario?

Te podría contestar que fue por casualidad, pero yo no creo en las casualidades. Pienso que casi siempre ocurren las cosas por algún motivo.

 Recuerdo con toda nitidez que fue un cuatro de enero de hace unos años cuando descubrí que tenía historias que contar, más aún, que quería contarlas, y aunque no sabía si sabría hacerlo, el blog que salió a mi encuentro no me sacó de dudas, pero me sirvió para juntar palabras.

Fue una experiencia fantástica. Empecé ese mismo día, y al siguiente se había producido el milagro. Escribí viejas historias y me encontré con que algunos me leían y me lo dijeron. Desde entonces no he dejado de escribir nuevas y viejas historias medio verdad, medio fantaseadas donde la imaginación ponía la ligadura. Y además me divertía.

 

¿Cuándo te diste cuenta de tu potencial para la escritura y sentiste la necesidad de comenzar a escribir?

A los pocos meses de estar escribiendo en el blog, insensata de mí me dio por enviar un par de relatos a unos concursos literarios. Uno según me dijeron no lo gané por poco, había metido la pata con cambios de nombres. El segundo quedó finalista y lo publicaron en una antología. Esos hechos me hicieron perder un poco la vergüenza. Tanto que me inscribí en un taller literario, donde no me enseñaron a escribir, pero sí cómo debía urdir mis medias verdades y las mentiras. Fue Catalina, una de mis profesoras la que me alentó a echarme a la piscina, aunque estuviera sin agua. Decía que el agua se ponía luego. A lo largo de varios meses fui leyendo y escribiendo lo que me proponía.  Un día cuando me corrigió un relato, me dijo: Bárbara, es un magnifico relato, pero me ha sabido a poco porque en ese relato tienes el comienzo de una novela. Me reí pensando que me tomaba el pelo, pero esas palabras se quedaron en mi mente.

Seguí con el curso, trabajando por las noches después de haber pasado toda mi jornada laborar y dejar la casa en orden. Casi a los dos años, decidí descansar de las clases. Habían sido intensas y el verano invitaba a disfrutar las noches de otra forma que escribiendo. No obstante el gusanillo de escribir ya lo tenía dentro de mi mente. Con este bagaje y mucha desvergüenza inventé a André, mi protagonista, y fingí ser Bárbara, mi “alter ego”. A ambos animé a liarse en una historia romántica plagada de sueños. Después solamente tuve que dejarme llevar por ellos. Cada noche me convocaban para contarme sus fantasías, y hubo veces que no sabíamos bien quien era quien, dónde acababa la realidad y dónde empezaba el sueño. De aquí salió mi primer libro “La llave de los mil sueños”

Luego, más sosegada escribí una novela “OLGA” y un libro de relatos cortos “Porque digo tu nombre te llevo conmigo”.

 

¿Antes de esa fecha tenías algún libro que te hubiese impactado?

A lo largo de mi vida ha habido muchos libros impactantes, algunos importantes, y otros apenas conocidos. El impacto, casi siempre depende del momento, de la época, del estado de ánimo, de la situación familiar y laboral, pero subrayar uno u otro, tiene el riesgo de confundir. Puedo hablar de escritores que de alguna manera han dejado huella en mi vida. Juan Ramón Jiménez con su Platero y yo fue un libro que me dejó un poso de ternura.  Carmen Laforet con Nada fue como una luz en la oscuridad.  Agatha Christie me hizo pasar veranos emocionantes. Ana Karenina fue una puerta a la literatura rusa.  Rabindranath Tagore me hizo entender la poesía como algo cotidiano. Durante una época fui devota de Oscar Wilde.  Kafka me metamorfoseó. Metamorfosis que todavía perdura. Jane Austen me enlazó con Virginia Wolf. Pero sobre todo me gusta Dickens. Hace poco Murakami fue un descubrimiento que poco a poco se ha ido diluyendo.

Hay muchos más pero sería interminable. Solo un libro voy a nombrarte. Un libro que tengo en la mesita de noche y que es como una herida que no cierra. «La mujer justa».

 

¿Cómo fue el proceso de editar tu primer libro?

El mundo editorial era completamente desconocido para mí. Un poco perdida miré muchas editoriales. Sin decidirme por ninguna. Pregunté a muchas gentes, las respuestas casi siempre eran contradictorias. Un día, el editor que había editado el libro que incluía mi primer relato seleccionado para ser publicado, me invitó a una presentación de un libro de su editorial.

El destino en forma de copa, y un poco de ron con hielo, hicieron el resto. Aquel día le entregué el manuscrito de La llave de los mil sueños y estoy segura que mi entusiasmo le incitó a llevar a la imprenta aquel montón de ilusiones; mi sueño de escribir y publicar una novela de la que yo solamente tenía la llave.

Encontrar la portada también fue una experiencia gozosa. En aquella comunidad literaria había un poeta pintor o quizás un pintor que ponía poemas a sus creaciones. Me atreví a pedirle que dibujara una pareja de ancianos con una mirada especial. Con esa portada se entra a mi primer libro. Siempre me quedó la duda de no saber si me gustaba más el dibujo o su regalo. Ambas cosas debo agradecer a Carlos Merchán.

 

¿Qué sentiste al tenerlo en tus manos?

Cuando lo tuve en mis manos, lo acaricié, lo mire, lo abracé, lo besé, y me sentí emocionada e incrédula de que fuera mío, de que yo hubiera escrito aquella historia. “¡Qué bonito es!” Pensé. El dibujo de la portada me tenía fascinada, aquella forma de mirarse de los dos abuelos era fantástica. Abrazada a él y sujetándolo con fuerza me tomé una copa. Y pensé: “es mi libro. Será mejor o peor, gustará o no gustará pero es mi libro y a mí me encanta.”

 

¿Qué errores cometiste al publicar tu primer libro, que te sirvieron de experiencia al editar los dos siguientes?

Pues quizá el único error que creo que cometí, aunque no me importa mucho, fue lanzarme muy deprisa a la piscina sin pensar si había agua.

Creo que pude mejorarlo si lo hubiera repasado más, aunque no fue una sensación intensa de error. Yo quería mi libro ya. Y me sentía feliz con él en en mis manos apretándolo contra mi pecho.

 

¿Podrías darnos algunas recomendaciones para aquellos escritores que recién comienzan a transitar el camino de la literatura?

Que no se rindan, que sean constantes escribiendo, que procuren que no pase un solo día sin escribir. Que no tengan miedo y que no dejen de tener ilusión por lo que escriben. Que no teman a ser rechazados por editoriales o en algunos concursos literarios. Eso es algo normal, a muchos de los grandes les ha ocurrido. Que sean honrados con su trabajo y que tengan presente que cada libro tiene un tipo de lectores.

 

¿Qué proyectos tienes ahora mismo?

Tengo terminada una novela, que ha estado en varios concursos literarios incluido el Nadal, aún a sabiendas que era casi un imposible. Claro, no me lo dieron, pero tengo una carta muy bonita diciéndome que mi novela optaba al Nadal. (risas) .

También tengo terminados dos libros de relatos cortos. Así que mis proyectos inmediatos son publicar todos esos trabajos. Y por supuesto, seguir escribiendo porque a medida que acumulo años, quiero decir más cosas, unas que sueño, otras que recuerdo, otras que vivo y otras que imagino o invento, y quiero que mis nietos las sepan, quiero que ellos lean lo que su yaya ha soñado, ha vivido o ha imaginado con la ilusión de que se sientan cercanos a mí cuando yo ya no esté con ellos. Por eso escribo. Esa es la primera razón.

Y la segunda razón tan importante como la primera, es que en el otoño de mi vida, después de mis largos años trabajando duro, quiero volver a vivir, quiero revivir y, eso lo hago escribiendo historias. Algunas son imaginadas, en otras hay retazos de mi vida. Por ello mis proyectos son seguir escribiendo para intentar que no mueran mis neuronas y pueda seguir viva.

 

En ésta entrevista queda reflejado que Bárbara es de esos seres humanos poseedores de una chispa que les hace únicos.

Con una bonita carrera literaria por delante, mucha perseverancia, nobleza y verdad, Bárbara Fernández es alguien que ha llegado para quedarse, porque sus novelas están impregnadas de esa misma chispa que la hace a ella tan especial.

 

Redactora: Jhayra Bravo Riascos

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