«El hombre que compraba gigantes», de Luis C. Folgado de Torres

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Título: El hombre que compraba gigantes

Autor: Luis C. Folgado de Torres

Editorial: Altera

Páginas: 250

ISBN: 978-84-89779-52-5

Precio: 16,50€

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Sinopsis: Año 1865. Agustín Luengo ha sido uno de los hombres más alto de España al sufrir acromegalia (enfermedad de la hipófisis que impide detener el crecimiento). De nacencia extremeña, mostró sus hechuras por toda España viajando con un circo portugués (por aquel entonces, la media de altura de los varones españoles no rebasaba el metro cincuenta). Después de actuar ante la corte de Alfonso XII, el gigante conoce a don Pedro Velasco, fundador del Museo Antropológico de Madrid, muy conocido, entre otras cosas, por mantener embalsamada en su propia casa a su hija, Conchita, vestida de novia; la muchacha falleció al cometer él mismo un error médico. Velasco hace una extravagante propuesta al gigante extremeño: comprarle su cuerpo, pero la cosa se complica…

Éste es un libro sobre una historia real, una biografía bien documentada sobre Agustín Luengo (1849 – 1875), el hombre más alto de España, que llegó a medir 2,35 metros debido a la enfermedad que sufría (Acromegalia).

Fue vendido por su familia a Eusebio Dos Santos Marrafa, propietario del Circo Luso, por setenta reales, dos hogazas de pan blanco, un saco de media arroba de arroz, dos medidas de miel del Alentejo, una garrafa de aguardiente de Cazalla de la Sierra y dos paletas de las que curan en Frenegal, como se dice en el libro. Y ahí comienzan las aventuras y desventuras de Agustín.

Al leer este libro nos encontramos con un colorido singular, diferenciando entre los primeros años en Puebla de Alcocer, que se nos antojan grises, los años que le siguen en el circo, con un colorido vivo, y los momentos en los que se nos relata el encuentro en la corte de Alfonso XII, con colores pastel. Es algo que no podemos evitar cuando vamos leyendo sus páginas.

Se enmarca en un entorno que el autor nos describe con gran destreza, la España de mediados del siglo XIX, con una mayoría de personas analfabetas y sumamente religiosas, supersticiosos y tradicionales, que ven en las atracciones de los circos todo un espectáculo que nadie quería perderse.

Sin duda podemos afirmar que Luis Folgado ha conseguido dar voz a un personaje histórico español del no tan lejano siglo XIX con contundencia y firmeza histórica, una biografía de alguien que solo ansiaba ser normal, pero que su condición física no le permitió gozar ni uno solo de sus días.

Luis Folgado de Torres (Azuaga, Badajoz, 1963) es Licenciado en Psicología, ha dedicado buena parte de su vida a labores docentes, impartiendo conferencias y cursos por España e Iberoamérica. Sus comienzos tienen lugar en el mundo de la radio, desarrollando sus labores de redacción en Radio Sur, COPE y SER. También escribe para La Vanguardia y colabora otros medios digitales y convencionales. . El primer contacto con el mundo editorial lo consigue con “Lunas sin pisar”, Premio San Isidoro de Sevilla. Es autor de diferentes publicaciones, entre ellas la novela “La cárcel de los desvaríos”, libros de empresa como “Gracián: El jesuita que enseñaba a triunfar”, y otras obras de carácter divulgativo como “¿Hay vida después del divorcio?”

Hemos hecho una entrevista al autor, la cual compartimos con todos vosotros:

Luis Folgado: Todo sucede tras una visita al Museo Nacional de Antropología, cuatro años ha. El interior del edificio me impresiona, si bien su contenido me parece más propio de un museo de artes y costumbres que de un antropológico. Al llegar a la pequeña sala a medio iluminar donde se guarda el esqueleto de Agustín, quedo impresionado por sus dimensiones y leo la pequeña placa donde se dice que el cadáver fue adquirido por el fundador de todo aquello. Comencé entonces a tirar del hilo y el resultado ya lo sabéis.  

PM: ¿Qué es lo que te ha llevado a escribir un libro sobre él?

LF: Que se trata de una vida muy breve pero intensa hasta el límite. Lo que los sociólogos de ahora llaman “un fenómeno de alta intensidad”, que tiene lugar durante unos segundos pero con una fuerza inusual (la bomba atómica, por ejemplo). Todo ello frente a largas vidas carentes de vivencias.

PM: Un hecho de su vida que te haya impactado en mayor medida que el resto.

LF: Me llena de asombro la excelente relación de Agustín con el doctor Velasco, un médico sin escrúpulos capaz de hacerle la propuesta demoniaca de comprar su cadáver por 2,5 pesetas al día hasta su muerte. También la búsqueda incesante del amor que mostró el Gigante, aunque fuera en los lugares más sórdidos de aquel Madrid. Me llama poderosamente la atención que todo esto haya sido real.

PM: ¿Ayuda el hecho de tener estudios psicológicos a la hora de explicar la personalidad de los personajes?

LF: Imagino que sí. Sobre todo cuando Agustín debió ser un sujeto de inteligencia “fronteriza” —dada su tremenda aculturalización— y al mismo tiempo debió tener una personalidad compleja, fruto de los frecuentes cambios que sufrió su existencia. Un ser digno de estudio en lo físico pero especialmente en lo psicológico.                       

PM: ¿Estás inmerso en la trama de algún nuevo libro?

LF: Desde luego.

PM: ¿Qué proyectos futuros tienes?

LF: Me encantan las historias de perdedores, historias alucinantes de gente irrelevante. Personajes de la a anti-novela que se alejan del tópico del triunfo y la trama de la felicidad. Siempre trabajo sobre ellos. Son la mejor manera de asegurarte que nunca escribirás un best-seller.  

PM: ¿Qué dirías a los indecisos para que leyeran “El hombre que compraba gigantes”?

LF: Pues que si buscan personajes convencionales, movidos por lo de siempre, sin fuerza pero con mucho adorno, insípidos pero bellos, sigan sin leer esta obra. Por el contrario, si desean saber cómo se desarrollan las cosas cuando una abeja entra en un termitero, les aseguro que no van a necesitar marcar las páginas antes de irse a dormir.

Mucha suerte a Luis con los nuevos proyectos, esperamos tenerle de vuelta por tierras pandorianas muy pronto.

Redacción: Beatriz Ibán Diezhandino

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