«El amor en tiempos de los desguaces de coches» de David Minayo, crítica y entrevista

Print Friendly, PDF & Email

6 Votos obtenidos¡Vótame!

.

1544362_10202426747246199_859285870_nTítulo: El amor en tiempos de los desguaces de coches

Autor: David Minayo

Editorial: Vitruvio

Colección: Baños del Carmen nº415

ISBN: 978-84-942042-6-5

Páginas: 109

Se puede comprar aquí

 

El amor en tiempos de los desguaces de coches supone un libro muy esperado ya que su autor, David Minayo, ha sabido crear una enorme expectación con la calidad de las lecturas realizadas en lugares relevantes y con los poemas que han circulado por las redes sociales, a modo de avanzadilla, para la presentación que tendrá lugar el próximo jueves 6 de febrero  a las 19.30 en el clásico Rincón de Don Antonio en el Café Comercial.

Aunque lleva un tiempo dedicándose de manera anónima a la lírica, ha conseguido dar el salto a las librerías con un poemario bien construido y estable, en el que los poemas cantan a un tema común, el amor; mejor dicho, el desamor, en todas sus variantes y con diferentes rangos de implicación personal en las composiciones.

Con una clara influencia en sus lecturas de la línea clara y urbana de los poetas de la experiencia y los grupos de música contemporáneos, David se sostiene sobre unos preceptos poéticos de sencillez en una imagen muy eficaz y accesible, a la par que emotiva. No debe uno buscar en sus versos secretos enroscados, dobles intenciones o trampas simbólicas bajo nuevos enigmas retóricos. Es la voz de un hombre cuyo narrador poético está muy cerca de su propio alma y, por tanto, de una franqueza que otras líricas se esfuerzan por enmascarar. Es la poesía de los versos sinceros, los que nos impulsan a abordar a otra persona y expresarle nuestra atracción, a conocer el mundo cotidiano y reducido que, en el fondo, es el que nos dibuja: encontrar el amor, compartir la vida, la felicidad que luego, las más veces, por descuido o desencuentros, termina como uno de esos coches abandonados en los desguaces que vemos en la carretera.

Retoma este volumen la más pura tradición becqueriana, con un lavado de cara cómodo y atractivo para los lectores del ahora,  indemne a cualquier objeción o prejuicio de oscuridad y remilgos que se le suelen atribuir a la poesía por parte del gran público. Estamos ante un libro que es precisamente eso: poemas emotivos, directos, que podrías escuchar con música de cantautor cuando enciendes la radio tras un desengaño amoroso. David los devuelve a la hoja, sin precisar más música que aquella de la propia sonoridad que la palabra le otorga, sin artificios.

No obstante, el autor es un auténtico poeta con el don preternatural de la intuición más poderosa: le otorga una comprensión innata de que la expresión lírica debe entenderse como conjunto, como canto complejo y completo, una metáfora en la que cada lector debe poner su propia alma. No cae jamás en la simpleza y, en ocasiones, ofrece una perspectiva que puede rozar el surrealismo conceptivo (Vales Marineris), el lenguaje cinematográfico (Berlin) o la reflexión afortunada cercana al aforismo que suele integrarse de manera natural en cada poema.

El libro, físicamente, cumple con los preceptos de calidad de la colección Baños del Carmen: cubierta en negro brillante con solapas, parte de una colección que integra a grandes poetas de la literatura española. No hay erratas importantes. Papel grueso, denso, agradable al tacto. Buena distribución en librerías. Vitruvio continúa siendo un referente en la poesía contemporánea.

En conclusión, un libro recomendable para el lector avezado de poesía como el que busca iniciarse en la misma sin esfuerzo pero con paso firme. El primer salto lírico y  de un autor cuya progresión apunta brillante y se debe seguir de cerca.

 

Ocho preguntas con David Minayo

1798506_394135400721713_2082372238_n

David Minayo

 

Fernando López Guisado: ¿Qué puede contar David Minayo de sí mismo a los lectores (aunque su primer apellido sea otro)?

David Minayo: ¿Quieres que te cuente lo de mi pseudónimo? En realidad mi apellido se lo robé a mi padre, que es pintor y firma los cuadros como «Minayo», pero sobre todo lo adopté en recuerdo a una de las personas más especiales de mi vida, mi abuela Mercedes, un ser excepcional e inolvidable.

FLG: Tu primer libro llega de la mano de una estupenda editorial, Vitruvio. ¿Cómo nace El amor en tiempos de los desguaces de coches?

DM: Estoy muy contento por aparecer en Vitruvio, y más aún en la colección Baños del Carmen. Recuerdo que uno de los primeros libros de poesía que compré fue El ruiseñor y tú, una antología del gran José Ángel Valente que devoré en un par de tardes de verano… Era el número cien de Baños del Carmen. ¿Quién me iba a decir que unos años después estaría yo en esa misma colección, compartiendo estantería con tantos grandísimos poetas? Tengo que agradecerle su confianza a Pablo Méndez, responsable de la editorial, que ha hecho posible ese sueño, y también a ti, Fernando, que me has apoyado desde el principio y me diste la confianza necesaria para llegar hasta aquí.

FLG: ¿Qué nos puedes contar sobre el libro, el calendario de presentaciones y actos asociados al mismo?

DM: El amor en tiempos de los desguaces de coches comenzó a escribirse hace casi cuatro años, aunque uno de los poemas, Recuérdame, es de 2005. Es un poemario de noches solitarias, que recorre los parques del pasado evocando amores viejos, que lleva mucho de mí, pero intenta también identificarse con el sentimiento universal que todos llevamos dentro. Respecto a los actos, el jueves, seis de febrero, será la presentación oficial en el Rincón de don Antonio del mítico Café Comercial de Madrid, un lugar con mucha tradición literaria. Estaré acompañado por Pablo Méndez, capitán de Vitruvio, y mi amigo Fernando López Guisado, al que creo que conoces. Más adelante, y si todo sale bien, me sentaré junto a otro gran amigo y poeta, Abel Santos, en el Ateneo de Barcelona, para hacer una presentación conjunta de El amor en tiempos de los desguaces de coches y su nuevo libro, Todo descansa en la superficie, que acaba de aparecer también con Vitruvio. Pero esto no es todo: tengo en mente otra presentación, más informal,  junto al actor Daniel Ghersi, dramatizando algunos… ya te iré contando.

FLG: En los poemas se respira siempre una sensación de canto al desamor. Se dice que el poeta, para escribir, debe sufrir… ¿Es tu caso? ¿Se identifica la lírica con la angustia?

DM: Pues supongo que depende de la poesía que quieras hacer. El amor en tiempos de los desguaces de coches tiene mucho de autobiográfico, pero me he permitido algunas licencias en gran parte de los poemas. No creo que se deba sufrir para escribir poesía, pero sí creo necesario conocer bien el mecanismo de los temas de los que quieras hablar.

FLG: Muchos autores consideran que la poesía no vale la pena por la falta de respuesta de los medios de comunicación, del público… ¿Verías alguna solución a esos problemas?

DM: La poesía ocupa su pequeña parcela en la España actual; es cierto que esa parcela es pequeña, pero yo creo que es un rincón de mucha calidad, no sólo por los poetas que lo habitan, sino por los lectores que lo visitan.

FLG: ¿Cuáles son tus influencias? ¿Cuáles son los autores o libros que te han impulsado o inspirado para escribir?

DM: Mi primera influencia no fue un poeta en el estricto sentido de la palabra, sino Joan Manuel Serrat, a quien admiro profundamente y al que, cuando era niño, no paraba de escuchar, casi a diario, gracias a la afición de mi padre por sus discos. Todavía puedo repetir de memoria la letra de canciones como Tio Alberto, Pueblo Blanco o Penélope; de hecho, en el libro hay una referencia a él en uno de los poemas. Más tarde pasé por el inolvidable José Ángel Buesa, de cuya lírica aún sigo enamorado, y después quedé gratamente impresionado por Benjamín Prado, que supuso un cambio rompedor en la concepción que hasta ese momento tenía de la poesía. Supongo que mi voz lleva un poco de todos ellos, pero las ganas de escribir me vienen de mucho antes, cuando en clase de matemáticas, en vez de atender al profesor, inventaba historias de miedo en los cuadernos… y así me fue.

FLG: ¿Cuál es tu perspectiva sobre el acto de escritura, sigues un método o te dejas llevar por la inspiración según llega?

DM: Dejo que la inspiración llegue por sí sola, nunca me he obligado a buscarla ni he escrito sin ganas; puedo pasar largas temporadas sin recurrir al papel y luego no parar de escribir en varios días. Aún así, siempre me acompaña mi libreta —en forma de Galaxy Note— que es donde apunto todas las ideas que me van surgiendo, esas que llegan cuando menos las esperas.

FLG: Por último, la marca de la casa… ¿Por qué escribe David Minayo?

DM: Te remito a una frase de mi película preferida: ¿Por qué sale el sol por la mañana? ¿Por qué brillan las estrellas en la gran cortina de la noche? Quién sabe… Todos tenemos la necesidad de salir de nosotros mismos: unos lo harán jugando al futbol, otros pintarán al óleo. Cada persona tiene su propio tobogán de escape.

Sobre Fernando López Guisado

Fernando López Guisado (Madrid, 1977) combina la escritura, la divulgación cultural y la reseña literaria con la Imagen Radiológica. Ha publicado: Aromas de Soledad, El Altar de los Siglos, Porque nunca fue suyo, La Letra Perdida (2ª edición 2014, edición ecuatoriana 2015 en El Quirófano Ed.), Rocío para Drácula (premio de la Asociación de Editores de Poesía 2014) y Montaña rusa. Aparece en numerosas antologías y ha coordinado el volumen Anatomías Secretas en torno a la figura del licántropo. Colabora con diversos medios y revistas de difusión cultural. Conduce la bitácora digital Buenas Noches Nueva Orleans. Ha realizado labores de profesor de taller de creación, asesor literario y jurado en diversos certámenes. Durante las noches de invierno, brilla por la radiación acumulada.