Dragón. Capítulo uno

Johan observó con creciente ansiedad como el color celeste de sus alas se iba apagando poco a poco. Un profundo rugido se abrió paso en sus pulmones. Hacía tan sólo […]
Print Friendly, PDF & Email
0 Votos obtenidos¡Vótame!

Johan observó con creciente ansiedad como el color celeste de sus alas se iba apagando poco a poco. Un profundo rugido se abrió paso en sus pulmones. Hacía tan sólo un mes todavía conservaba sus poderes en plenas facultades. Su escamosa piel había sido de un negro brillante a la luz de la luna.

Ahora, ni siquiera podía defenderse si surgía cualquier contratiempo… De su boca apenas salía una débil llama de fuego de color naranja pálido.

―Padre, me estoy muriendo.

El dragón situado tras él acercó su cabeza a la suya y acarició su mandíbula con afecto.

―No puedes darte por vencido todavía, hijo mío.

―¿No? ―rugió de nuevo con fuerza apartando la mirada hacia el horizonte azul claro que señalaba la llegada del amanecer ― ¿No ves que mi cuerpo se está consumiendo? Dentro de poco ni siquiera podré cambiar de forma para caminar por el mundo a la luz del día.

―Sólo hay una manera de evitar tu muerte y lo sabes, hijo mío. Sé que lo has intentado pero tu alma gemela existe, todos tenemos una… Y ahora mismo, debe de estar en cualquier parte del mundo consumiéndose al igual que tú. No pierdas tiempo, ahora mismo es tu peor enemigo, Johan.

―Moriré buscándola si es necesario, padre.

Johan había alcanzado hacía un año la condición de dragón adulto. A sus cien años, sin embargo, era un dragón joven; todavía aprendiendo a controlar sus poderes y con la necesidad de encontrar una compañera, un alma gemela para incrementar su poder y completar su madurez.

Había estado buscando a su compañera durante todo aquel año sin haber tenido suerte. Se decía que cuando se llegaba a la edad adulta, la invisible conexión entre compañeros se podía percibir a través de los sentidos… podías oler su esencia e incluso visualizarla hasta llegar a localizar su paradero. Sin embargo, jamás había conseguido sentir nada. Y eso le obsesionaba y exasperaba. ¿Acaso no existía su alma gemela? Padre decía que eso no era posible, tenía que existir… Entonces, ¿por qué no acudía a su llamada? ¿Por qué enmascaraba su localización?

Si no lograban sellar su compromiso, si no se unían… Ambos morirían dentro de poco.

El proceso ya había comenzado y Johan tenía muy poco tiempo para encontrarla. Un mes, dos semanas, quizás sólo unos días…

―¿Podrás trasladarte tú sólo a la civilización? ―Inquirió Padre con inquietud.

En respuesta, el enorme dragón negro tembló visiblemente originando una nube de polvo en la cumbre deLa MontañaOscura.Su imponente imagen parpadeó hasta conseguir desaparecer del todo.

La voz de Johan flotó en el aire. Una promesa. Volvería a su hogar junto a ella o moriría en el intento.

 

Continuará…

 

Autora: Lydia Alfaro

Etiquetas: ,

Sobre pandoramgzn